Hay quien dice que el panorama político está más interesante que nunca, a mí personalmente me parece que está más divertido, porque las prepotencias se han apagado. Actos como lo del amamantamiento en el congreso o los rastas tienen su punto de humor después de ver las caras de los de siempre. Pero no nos engañemos que aquí ni unos ni otros han sudado.
Lo de llevar al niño lo hacen también las fraternidades religiosas, y lo hemos hecho quiénes no teníamos donde dejarlos y trabajábamos fuera de hora. Pero cuando se tiene una guardería abajo puede convertirse de algo natural y bonito más cercano a un exhibicionismo de cara a la galería.
El funcionar por apariencias hace que algunos teman los piojos de los rastas que dicen estar más limpios que los del PP.
Yo creo que sería una oportunidad de llegar a una mayoría que hiciera una ley de educación duradera, de sanidad o de servicios sociales. Pero habría que hacerlo diferente. No con iluminados sino con personas que hayan encontrado soluciones en cada sector y le hayan dedicado su vida a la vocación y servicio a los demás.
Yo negocio todos los días para buscar un mejor futuro para jóvenes víctimas de este sistema y el mal ejemplo educativo.
Pero estos cabeza de partido me parecen simples y acomodados, no me generan grandes esperanzas. Unos creen en las privatizaciones y otros en los funcionarios. Sobre el papel los funcionarios, pero la realidad que algunos vivimos nos lleva a pensar que los funcionarios no debe bastar con aprender unos papeles y garantizar un trabajo de por vida a pesar de su incompetencia en algunos casos mientras otros son responsables y van más allá incluso de lo que les corresponde.
Un pastor es un hombre sabio, que sabe de sus ovejas y de campo. Pero el funcionario que no es un hombre sabio es aquel que no le resuelve el problema de los papeles y le dificulta su trabajo en vez de facilitárselo.
Hay procurar que los que estamos acomodados no nos creamos en posesión de la verdad, ni mejores que los que sufren.
Esto no es cuestión de proclamas políticas. Rescatar a las personas en vez de los bancos, lo suscribo ya, pero no es regalar dinero para comprar votos a cambio de no regenerar la sociedad. Hay que invertir en personas en las que se crea, no hacer caridad para que dependan de vosotros. Tenemos que buscar personas libres que trabajen por un mundo más justo y mejor repartido.
Hubo momentos más difíciles en los que se pactó, no sois tan especiales.
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