Viernes, 19 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Alfredo García Vicente, investigación, pasión e Inés Luna
X
Un estudio riguroso

Alfredo García Vicente, investigación, pasión e Inés Luna

Actualizado 13/01/2016
Charo Alonso

El profesor de Química e historiador ofrece una conferencia bajo el título "Una salmantina transgresora, original y moderna"

[Img #527791]

Entusiasmo. Si algo define las conferencias del profesor de Química, licenciado en Historia del Arte y concienzudo investigador Alfredo García Vicente, es el entusiasmo con el que se dirige a su auditorio y consigue implicarles en esa historia que ya no es suya, de los suyos, sino de todos. El salón de conferencias del Colegio de Médicos se llenó, la tarde noche del martes día 12, de su talento como orador y de las fotografías, muchas de ellas inéditas para el gran público, de la que es el objeto de su investigación tenaz, Inés Luna Terrero, definida por el profesor García Vicente como "Una salmantina transgresora, original y moderna".

Dedicado al estudio de este personaje, que representa el inicio de la modernidad salmantina y que tanto tiene de novelesco, Alfredo García Vicente hace un ejercicio de memoria y el trabajo riguroso propio de un científico que se sabe deudor de quienes le precedieron: el historiador Salvador Llopis, el estudioso Luis Arias Gonzalez, su propia prima, Macu Vicente, el cineasta Martín Patino y hasta su segura servidora? todos fascinados por la vida y el tiempo de una mujer irrepetible que supo conservar, quién sabe cómo, el acervo documental familiar que ahora custodia el Director del Archivo Histórico Provincial de Salamanca, Luis Miguel Rodríguez Alfajeme, involucrado en la investigación sobre Inés Luna ¿Cuántos han sido los que han ayudado a este historiador de lo nuestro, a este proyecto constante y tenaz que vive como propio desde que, muy niño, en Moronta, veía desde el tejado de su casa los tejadillos de la casa de Inés y oía a su abuela hablar de la Dama Luna? Fascinado y enamorado, como todo aquel que se acerque a esta inquietante historia, Alfredo García Vicente sabe muy bien apartarse de los recuerdos novelescos y las charlas de cocina. Suyo es el rigor del científico que le sirve para buscar datos, contrastar documentos, revisar errores y, en ocasiones, derribar mitos. La suya es la voz exacta del historiador, pero un historiador apasionado por su investigación, riguroso pero curioso y fascinado, objetivo, pero siempre enamorado.

[Img #527792] Nos remonta al siglo XV, cuando aquel antepasado de Inés, a cuyo entierro acudió Felipe II, inició el ingente patrimonio de los Luna Terrero. Juan de Figueroa, señor de Monleón tuvo una descendencia que acrecentó el patrimonio y engrandeció la leyenda hasta que a finales del siglo XIX, una inusual pareja se instala en Salamanca: ella, dama de heredades, él, un emprendedor que trae a la ciudad provinciana la "fábrica de la luz" y la instala en lo que ahora son las actuales naves del Museo del Comercio. Inusual pareja de la que nace una niña cuya vida choca violentamente con el atrasado campo de la dehesa charra. Doña Inés Luna Terrero, convertida en heredera de un ingente patrimonio, es una viajera valiente que gestiona sus fincas, se pasea en pantalones por la pacata Salamanca, supera un primer enamoramiento con el hijo de un rentero ?una tragedia de la que es víctima la familia del propio historiador- y hasta se cartea con un novio, el conde de Aguilera "que le sale rana". Doña Inés Luna es un personaje del que se cuentan demasiadas cosas en la tierra de Alfredo García Vicente, por eso, documento tras documento, el historiador busca a los actores del drama. Al médico Perfecto Montero, que también asistió al parto del actual investigador, a la hija secreta que no era tal, sino una niña otorgada como huérfana de guerra que no supuso la alegría deseada, sino una tragedia más al descubrirse que era una enferma? documento tras documento, la vida de Inés Luna tiene un biógrafo excepcional en la persona de este conferenciante entusiasta que desgrana la vida de protagonista a lo largo de una historia, la nuestra, trágica y ciertamente llena de claroscuros.

Inés Luna ha sorteado el olvido y la maledicencia con la que la provincia opacó su figura envolviéndola en extravagancia e historias irreales como el hecho de que montara desnuda a caballo por su finca o usara como brazaletes los bastardos de sus tierras. Convertida en una leyenda, la Dama Luna necesitaba de estudios rigurosos, investigaciones serias, documentos contrastados, trabajo de campo objetivo y desinteresado. Todo eso con constancia y empuje lo lleva a cabo Alfredo García Vicente, de ahí su pasión divulgadora por mostrarnos la otra cara de una historia silenciada y tergiversada. Nuestra intrahistoria necesita estudiosos con enjundia, con archivo, paciencia y rigor científico, por eso, tanto Alfredo como Eladio Sanz, especialista en la personalidad de Carlos Luna como promotor de la energía eléctrica en Salamanca, son un ejemplo de trabajo riguroso y libre de toda atadura y de intereses espúreos. No tan lejos los tiempos en los que no se podía acceder a los archivos de la familia Luna Terreros, el olvido y quizás la hagiografía han recubierto con la pátina de lo irreal la historia de un tiempo que es el nuestro, de ahí la necesidad de trabajos biográficos e históricos objetivos, contumaces en el dato y además, profundamente amenos y divulgativos. Necesitamos conocer nuestra intrahistoria particular, la de nuestros pueblos, gentes y leyendas? y todo desde el archivo, el documento, la solidez del dato? y el apasionamiento por conocer, saber, descubrir y compartir. Por eso nos son tan necesarias las palabras de Alfredo García Vicente, por eso será tan necesario el libro de Eladio Sanz. Por eso escucharles siempre es un privilegio y abismarse en la fascinante historia de Inés Luna sigue siendo una aventura constante de la que aprender también sobre nosotros mismos.

Charo Alonso

Escritora, profesora de Lengua y Literatura

Comentarios...