La cueva o escondrijo de la bajada al río por San Pedro

Hace unos meses hablábamos de la fuente del pastor, situada en la trasera de la plaza de toros,después de cruzar el regato -y no confundir con la que había al lado de la carretera, esa fuente que muy poquita gente de Ledesma conocía y conoce, y que un servidor se acordaba muy bien de ella, y así hablando con unos y con otros, las hermanas Vicente Guerra dieron con ella y en un relato anterior la dimos a conocer un poco más a través de fotografías de estas dos hermanas, Ana Mari y Mari Carmen-. En este nuevo relato, y desde la fuente del pastor, cruzamos el barrio de Santa Elena y bajamos la cuesta del río, dejando atrás la Calzada de San Pedro, y después de sortear algunos recovecos por un camino de cabras y casi llegando al último puente del regato, mirando a la derecha y conociendo bien ese lugar, nos encontramos una pequeña cueva, llamemosla también caseta o escondrijo.Y al igual que la fuente de pastor, no todos los ledesminos saben dónde está. Es cierto que también, como sucede con la fuente del pastor, para llegar a esta pequeña cueva hay que cruzar el regato. Aclaramos que a la fuente se puede ir por otra parte, no así a la cueva.

Está cueva es natural. Está formada por dos rocas bastante altas que se van cerrando en la altura. En las fotografías asentamos que está justo donde el poste de los cables. Y podemos decir que es una caseta o cueva natural. Y lo de escondrijo, ¿a que viene? Ese nombre viene a raíz de que allí nos escondíamos cuando hacíamos novillos, digamos que no íbamos a clase, o para fumar cuando eramos adolescentes. Muchas mas cosas se hacían en esa caseta o cueva,como jugar a las cartas, a los cromos, leerse unos tebeos, guardar cosas y un etcétera. Osea,que era como nuestra segunda casa, un refugio.Y qué alegría cuando hablando con Monika Sánchez Villoria, que es la que nos ha facilitado estas fotografías y a la que le yo saco unas décadas, me cuenta que ellas también iban allí con el mismo propósito que íbamos tres décadas antes -me supongo que el propósito de ellas no era el fumar como hacíamos nosotros,lo digo en plan de aclaración-.

Y así entre relatos y relatos vamos abriendo nuevos horizontes en esta villa de Bletisa para los que no conozcan bien todos estos ricones, al igual que pata caballo, del cual ya hemos hablado en un artículo anterior, y no hace mucho un joven me preguntaba la historia o fábula de pata caballo. Me quedé un tanto extrañado, y sin ánimo de que nadie se ofenda, ¿es que ahora los padres no le cuentan esas cosas tan ledeminas a sus hijos? Habrá algunos que sí, por supuesto, y otros no. En tal caso, para eso estamos aquí con estos agradables e instructivos relatos de nuestra Ledesma. Gracias a todos los que los leeis.

Texto: Monette González / Fotos: Monika Sánchez Villoria