El secretario general del PSOE asegura que "tenderá la mano a todas las fuerzas progresistas" para "liderar el cambio político" que necesita España
Sumar, hablar, pactar para cambiar, así define el socialista salmantino David Serrada la propuesta de Pedro Sánchez de un gobierno progresista. El secretario general del PSOE ha viajado hasta Lisboa para analizar junto al primer ministro y líder de los socialistas lusos, António Costa, los escenarios postelectorales en España, aún sin pacto de Gobierno, y en el país vecino, donde hubo una inédita alianza entre tres partidos de izquierda.
Parece ser que Portugal es el espejo político en el que se mira el líder socialista español y por eso ha anunciado que intentará un pacto de izquierdas para gobernar, rechazando cualquier coalición entre su formación y el Partido Popular. Eso sí, siempre y cuando el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, fracase en su intento de formar Gobierno. Al igual que Portugal, España "necesita un cambio" hacia un gobierno fuerte, progresista y con capacidad de diálogo, dijo Sánchez en declaraciones a la prensa.
El líder socialista considera que «se necesita mano izquierda, a la hora de forjar pactos sólidos, y eso la derecha no lo entiende». Sánchez cree que el PP confundió en la pasada legislatura «mayoría absoluta con absolutismo» y asegura rotundo que «diremos no a cualquier candidato o candidata del Partido Popular».
Sánchez reiteró su negativa a que se celebre un referéndum en Cataluña por ser "inconstitucional" y avisó que repetir elecciones en España sería "aplazar el problema".
"El partido de Pablo Iglesias (Podemos) sabe que el referéndum en Cataluña es inconstitucional", dijo. "El 27 de septiembre, los catalanes votaron mayoritariamente contra la independencia de Cataluña. Queremos que los catalanes voten un nuevo acuerdo, no una ruptura", aseveró.
Portugal, que celebró elecciones legislativas el 4 de octubre del 2015, estuvo casi dos meses sin Gobierno hasta que se forjó una inesperada e inédita alianza entre los moderados del PS y la izquierda radical del Bloque de Izquierda (aliada en la UE a Podemos y el Syriza) y el ortodoxo Partido Comunista de Portugal (PCP). El pacto entre el PS y ambos partidos, dos fuerzas críticas con el euro y la Unión Europea (UE), es de ámbito parlamentario y no tiene reflejo en la composición de Gobierno, formado por miembros del Partido Socialista y afines.
Este acuerdo, basado en la anulación de los recortes de la época del rescate financiero (2011-2014) en Portugal, desbancó del poder a los conservadores del Partido Social Demócrata (PSD), que se habían presentado en coalición con el democristiano CDS-PP.
La alianza de centro-derecha, liderada por Pedro Passos Coelho (primer ministro entre 2011 y 2015), ganó los comicios del 4 de octubre con seis puntos porcentuales de diferencia sobre los socialistas, aunque lejos de la mayoría absoluta, que suma toda la izquierda junta.
En España el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy ganó con un 28% de respaldo las elecciones del 20 de diciembre, seis puntos más que el PSOE, pero ninguna de las dos formaciones suma de momento apoyos suficientes en el Parlamento.