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"La clave para alcanzar los 101 años está en trabajar mucho y tener paciencia"
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Beatriz Pérez Cabezas, una de las vecinas más longevas del barrio del Oeste

"La clave para alcanzar los 101 años está en trabajar mucho y tener paciencia"

Actualizado 04/01/2016
Santos Gozalo

Sobrepasa el siglo de vida, y se muestra enérgica, alegre y, sobre todo, dispuesta a participar en las actividades de su barrio

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Beatriz Pérez Cabezas es más que una centenaria. Tiene 101 años y aún se muestra enérgica, alegre y, sobre todo, dispuesta a participar en las actividades de su barrio. Este año ella ha sido la encargada de encender la iluminación navideña de la plaza del Oeste. Una experiencia grata, divertida, que le ha permitido estrechar lazos con el resto de vecinos. En una entrevista con Salamancartv Al Día, Beatriz habla también de cómo vivió la Guerra Civil y la posguerra, y revela algo por lo que cualquiera pagaría millones de euros: cómo superar el siglo de vida en buenas condiciones físicas y mentales.

Pregunta.- Este año ha encendido la iluminación navideña de la plaza del Oeste. ¿Cómo ha vivido ese momento?

R.- Lo pasé muy bien. Fue divertido. Al adentrarme en la plaza vi a mucha gente y eso me animó. Algunos de los presentes se acercaron a saludarme y estuve conversando con ellos durante unos minutos. Lo cierto es que acabó siendo un día especial, bonito, porque en todo momento me sentí arropada tanto por mis vecinos como por mi familia.

P.- ¿Cuántos años lleva viviendo en el barrio?

R.- Concretamente en esta zona llevo unos 38 años. En su día, me trasladé aquí para vivir con una de mis hijas, que había dado a luz a un niño hacía poco tiempo.

P.- ¿Cómo era antes este lugar?

R.- Los recuerdos más nítidos que tengo sobre este punto de la capital son de hace muchos años, incluso de antes de la guerra. En mi juventud, cuando veníamos de mi pueblo a Salamanca, teníamos que recorrer la carretera Ledesma. En esa zona estaba el fielato, el punto de control que las personas que llegábamos de los municipios debíamos pasar para acceder a la ciudad. Las autoridades trataban de evitar el contrabando. Además, me acuerdo de la fábrica de alquitrán. Se alzaba aquí y desprendía un hedor muy fuerte.

P.- ¿Qué cambios ha experimentado el barrio?

R.- Ha ido creciendo poco a poco y ahora hay muchas iniciativas culturales. Me encanta, por ejemplo, la galería urbana. Los dibujos son preciosos, llenan de vida las calles del barrio.

P.- ¿Cómo son sus vecinos?

R.- Quienes pueblan estas calles se caracteriza por ser buenos y atentos. A veces, cuando me ven, acuden a mí y se ofrecen para llevarme del brazo.

P.- ¿A qué dedica su tiempo libre?

R.- Antes iba a misa por las mañanas, pero en estos momentos me encuentro un poco justa de fuerzas para llegar y prefiero quedarme en casa. Por las tardes sí suelo salir. Voy a la asociación de mayores a jugar al bingo o a las cartas. Me lo paso bien y me sirve de distracción.

P.- Ha conocido la Guerra Civil y la posguerra. ¿Cómo recuerda aquellos años?

R.- Fueron épocas muy duras, malas. Reinaba la escasez, vivíamos con poco. Además, recuerdo que un mes después de casarme estalló la guerra. Nos cogió en un pueblo de Salamanca, Arabayona de Mógica, donde nacieron cuatro de mis seis hijos. Mi marido se dedicaba a hacer carros para transportar, entre otros productos, el trigo. Él era el que traía el dinero a casa, puesto que entonces no había trabajo para las mujeres. Y menos en los pueblos.

P.- ¿Cuál es la fórmula para superar el siglo de vida?

R.- La clave para sobrepasar los 100 años de vida está en trabajar mucho y tener paciencia.

P.- ¿Qué le pide al año 2016?

R.- Soy muy mayor y me conformo con seguir así, como hasta ahora. Pero va ser difícil, ya que cada vez me canso más.

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