Álvaro Vallejo y José Luis Carrera, junto a dos compañeros del parque de Palencia, participan de forma voluntaria en las labores de rescate a los refugiados que llegan a la isla griega (GALERÍA DE FOTOS Y VÍDEO)
Dos bomberos salmantinos, Álvaro Vallejo y José Luis Carrera, junto a otros dos compañeros del parque de Palencia (David Barrio y Javier de Abajo), se encuentran desde este 1 de enero en Lesbos para dar relevo a otros compañeros que han pasado las navidades en la isla griega atendiendo a los refugiados que llegan en barcas.
La imagen de Alan, el niño kurdo que apareció ahogado en una playa de Turquía, fue el arranque de una iniciativa impulsada por bomberos profesionales de Castilla y León que ya se ha convertido en ONG (G-Fire Bomberos CyL) y que desde el pasado 9 de diciembre permanece en la isla griega de Lesbos participando en las labores de rescate.
Su labor es completamente altruista. Son los propios bomberos los que se sufragan el viaje hasta Lesbos y los gastos de manutención, que los pagan con las aportaciones que reciben en la ONG a través del número de cuenta (ES43 30585201552720010749), en su página web (www.gfire.org) y en Facebook (/gfire.specialistgroupcyl).
Familiares de los bomberos salmantinos han asegurado a este periódico que "están allí incomunicados, sin tiempo para mucho más que ayudar, haciendo guardias nocturnas y lo que surja". Álvaro y José Luis se quedarán en Lesbos hasta el próximo 15 de enero. La ONG G-Fire, desde el día 9 de diciembre, envía grupos de cuatro bomberos que se relevan cada 15 días hasta que pase el invierno, cese el problema o se queden sin fondos.
"Íbamos a ver en qué podíamos ayudar y al segundo día a las 6 de la mañana ya estábamos en el agua". Así relatan estos profesionales la aventura iniciada en la isla griega de Lesbos a primeros del mes de diciembre. Isla a la que van y vienen de forma constante profesionales que arriesgan su vida en las labores de rescate de personas que cada día arriban a la costa griega.
"El objetivo es realizar una evolución de la zona y crear un soporte logístico para llevar a cabo una misión duradera en el tiempo, dependiendo de los recursos y de las necesidades en la zona".
Por ello también, pedimos de la ayuda de la sociedad, G-Fire no tiene ningún tipo de ayuda institucional, toda la financiación es de sus miembros, y de donantes privados que creen en esta ONGD", comenta la organización. "Esperamos ayudar en esta misión. Queremos dar lo que tenemos, nuestro trabajo y nuestras manos", comentan.
La realidad supera la imaginación. Nada más llegar ves como llegan embarcaciones que rompen el motor o se quedan sin combustible. "Hoy hemos salido al mar a empujar a una de estas embarcaciones a la playa, cuyo motor había empezado a fallar a unos 200 metros y que a falta de escasos 30 metros para llegar, quedo a la deriva", explican.
Los voluntarios explican que es impresionante ver lo afectuosas que son estas personas, que seguro, llevan tiempo sin ver a nadie mover un dedo por ellos. "Se llevan consigo las fotos que se han sacado con nosotros, y nosotros nos quedamos con la satisfacción de recibir un agradecimiento tan sincero".
La historia que relatan es conmovedora al afirmar que varias barcas más se quedan paradas durante horas en medio de la nada, pero al haber buena mar no ha ocurrido nada en el tiempo que han tardado los barcos guardacostas en ir a socorrerles.
Como anécdota cuentan que hace un par de días se acercó un periodista de origen sirio. Al parecer estuvo viendo la recepción de dos botes que son los que hasta ahora recibimos en las condiciones más adversas. Había decidido hacer un donativo de 200 euros que había recaudado en Dinamarca. "Ha sido muy gratificante sentirnos valorados por una persona involucrada que ha visto como trabajamos", dicen.
"Aprovechamos para agradecer todos los donativos que son una parte esencial en este proyecto, pero no todo son buenas noticias. Hace poco nos llegó una información de la muerte de 3 niños en un naufragio cercano a la Isla de Chios. Nadie se hace eco de ello y nosotros no estuvimos allí para verlo", explican. Oficialmente han fallecido 3.700 personas en el Mar Egeo en 2015, la gran mayoría desde septiembre.
Según cuentan "no hay ninguna diferencia entre ellos y nosotros, solamente que cayeron en el lado de los que padecen el horror. Y nosotros, hoy, no". Y es que en Lesbos la Navidad nunca llegó, o quizá se quedó por el camino, como muchas de las personas que intentan llegar cada día a esta isla.