Viernes, 05 de diciembre de 2025
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¿Aquelarre químico de laboratorio o hijos fruto del amor?
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POR Angel Hernandez Torres

¿Aquelarre químico de laboratorio o hijos fruto del amor?

Reflexiones sobre las palabras del obispo de Córdoba, referentes a la fecundación in vitro y con las que "lo único que se consigue es que muchos cristianos,se alejen más de la Iglesia Católica"

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Ayer no consideré oportuno expresar mi opinión a cerca de las palabras del obispo de Córdoba, representante máximo de la Iglesia Católica en la ciudad del califato y por tanto, supuestamente "la voz" de la Conferencia Episcopal Española y del Vaticano para todos y cada uno de los cordobeses católicos. Y la primera reflexión que se me viene a la mente es si éstas, para mi, poco afortunadas palabras han de pronunciarse precisamente en el día en que los católicos y cristianos conmemoramos y celebramos la venida del Salvador.

Dice este buen señor cura, que "el hijo tiene derecho a proceder de una relación de amor entre sus padres y nunca como fruto de un aquelarre químico de laboratorio". Solo le ha faltado añadir que "solamente se debe hacer el amor con el objeto de concebir un hijo y que usar métodos anticonceptivos está "penado" por la Iglesia Católica, que también es la mía.

Por tanto, si esto es así, aquellos matrimonios o parejas que por cuestiones de los caprichos de la naturaleza, que ansían formar una familia, dar amor a un hijo, criarlo, cuidarlo, respetarlo, educarlo, etc., no pueden concebir hijos por el método "tradicional", están contribuyendo a fomentar un "aquelarre químico". ¡Genial!

Según wikipendia, desde el punto de vista cristiano, "el aquelarre es un acto de invocación y adoración a Lucifer". ¡Impresionante! Un hijo que, repito, viene al mundo por fecundación in vitro, no es un hijo deseado, fruto del amor o, como dice D. Demetrio, no es un don de Dios. Será, digo yo, un don de la ciencia, del médico, del hospital, de las inmensas pruebas a las que han de someterse los padres, del dinero que cuesta, etc. Pero nunca un don de Dios y mucho menos fruto del amor. ¡Estamos bien!

Como decía aquél, es un niño "de paja y no de polvo" y por tanto es fruto de un aquelarre y para nada en armonía con el amor que esa pareja se profesa, la cual, para el Obispo, no tiene derecho a incrementar su amor con el nacimiento de un hijo a través de una "piteta de laboratorio". ¡Cuánto más leo su artículo, más alucino!

Dice el Salmo 127 "Los hijos son un regalo del Señor; los frutos del vientre son nuestra recompensa". Pues dejemos pues que los hijos nazcan según la voluntad de Dios, y si ha de ser de la única forma posible, por problemas de esterilidad o similares, que no venga nadie a calificar con palabras absurdas ni a juzgar a unos padres que han sufrido porque no podían como este cura quiere. Con estas reflexiones lo único que se consigue es que muchos cristianos, que se ven forzados a estas circunstancias, se alejen más de la Iglesia Católica, la sigan viendo como una institución trasnochada y para nada representativa del mandamiento del Amor de Jesús.

No quiero terminar sin hacer mención a otras lindezas que el citado Obispo ha querido utilizar como guinda a este turrón navideño que, al menos a mi, se me ha atragantado. Dice monseñor:

"El hombre aporta particularmente la cobertura, la protección y la seguridad, es decir, el varón es signo de fortaleza y representa la autoridad que ayuda a crecer". Por lo que respecta a la mujer, "tiene una aportación específica, da calor al hogar, acogida, ternura. El genio femenino enriquece grandemente la familia", de modo que, "cuanto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos en la casa"

Dicho de otro modo: El hombre es igual a macho, autoritario, el que decide qué, cómo, cuándo, cuánto y donde y la mujer en la cocina, que solo puede aspirar a realizar las tareas del hogar, a "dar calor cuando el hombre la busca" , con la bata y la cofia, cambiando pañales, sumisa, callada y más vale que sea fértil, porque de lo contrario, es peor que la "serpiente".

¡Cuánto me gustaría que este sacerdote prestara más atención a las palabras del Papa Francisco, cuando refiriéndose a los Centros de Ayuda, les invitó a "seguir protegiendo a las personas más vulnerables, que tienen el derecho a nacer a la vida, así como a cuántos piden una existencia más sana y digna". Estos si son mensajes que construyen y no estas salidas de tono, que por mucha sonrisa que se ponga, no dejan de ser una falta de respeto a muchas familias y, sobre todo, una salida de tono que dice muy poco de por dónde debe caminar la Iglesia Católica.

Angel Hernandez Torres, cofrade