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Bondad, generosidad ,solidaridad ¿son nuestros valores en Navidad? - See more at:...
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Bondad, generosidad ,solidaridad ¿son nuestros valores en Navidad? - See more at:...

Actualizado 22/12/2015
Isaura Díaz Figueiredo

Cuando lean este escrito La Navidad llama a nuestra puerta. Les deseo que nunca repartan adioses, que olviden las caras de tristeza, ahuyentando así los duros momentos que la vida nos depare, y dejen siempre, en cada hora del día, un espacio abierto a la llamada del amigo, y más abierta? si es extraño.

CUENTO

Duendecillos GENEROSOS

[Img #505410]Hace muchos años en un pueblo de la Sierra, tenía su hogar y trabajo, un zapatero, pobre, ¡muy, muy pobre!, que trabajando día y noche apenas cubría las necesidades primarias.

La gente acudía a la ciudad a comprar zapatos y hacer arreglos a los usados (eran más baratos) y el pobre Luis, no vendía, ni arreglaba lo viejos zapatos de sus vecinos.

Llega Navidad, hace ¡mucho, mucho frío!, los esposos no tiene ni un céntimo para pasar la "Noche Buena"; estaban sus dineros congelados como el braserillo, entre hielos de deudas y anticipos, no podía comprar leña, ni cuero, imprescindible para su trabajo, no obstante la imaginación no les dejaba, y a pesar de las lagrimas ocultas, ponían buena intención, -inventaban - proyectos- renovar móldelos, hacer nuevos trabajos.

-Éste es mi último par de tiras de piel ?comenta Luis, muy apenado a su mujer- Mañana terminaré mi último par de zapatos. Si los vendo podemos llevarnos a la boca, un poco de sopa caliente, si no lo les vendo ¿qué vamos hacer después de habernos partido el cuerpo y alma por vivir decentemente de mí trabajo?

El señor Luis se fue a dormir, y cuando más profundo era el sueño, algo raro ocurre en el rincón de trabajo de la humilde casa.

Tres pequeños bebés duendes, habían escapado de los cuneros, cubiertos solo con el pañal. Conocer y vivir aventuras era lo suyo, pronto se dan cuenta que el frío invierno está fuera de sus calentitas cunas, ven una tira de cuero sobre la mesa zapatera y se preguntan ¿nos envolvemos con ella y nos quitará el temblor que sentimos?

-No- responde uno de los bebés duende-, he visto una luz que dice lo mal que esta familia pasa cada día, hagamos algo bueno por ellos. Al final lo nuestro es solo una aventura.

Dicho y hecho, los tres duendecillos, Abatur, Leprechaun, y Sumiziuss cual expertos zapateros comienzan a trabajar: cosen, puntean, estiran el cuero, brillan, con la meticulosidad de unos zapateros experimentados.

Aquel par de zapatos pueden verse en la Noche de Navidad colgados en la ventana de la esperanza; nadie fue capaz de hacer algo tan perfecto, puntadas finas y pequeñas?un deleite para los sentidos y para los pies.

Llegó la hora en que el despertador suena

-Cucú, cucú, cucurucu

-¡Son las siete mujer! debemos levantarnos para ir a la feria e intentar buscar clientes que nos traigan zapatos para arreglar, o deseen comprar hacer unos nuevos.

-Noelia nada dice, baja la vista y espera que el Dios en el que cree, no les deje a un lado

¡Sorpresa!

-¡Noelia!, ¡Noelia!, ¿mira sí lo que veo es verdad o es un sueño? Aquellas tiras de cuero se han convertido en los zapatos perfectos, elegantes, bellos, cómodos, jamás he visto nada parecido. Los voy a poner en el escaparate, y esperar, si los que bajan a la feria les gustan.

Asi lo hizo, nada más poner los zapatos en la vitrina, entra un hombre decidido a comprarlos, y a buen precio se los deja. Gracias a esa venta puede Luis comprar más cuero y hacer más zapatos. Deja (como es habitual en él) el cuero encima de su mesa de trabajo y otra vez al despertarse, los duendes traviesos salen de las cunas y comienzan el trabajo, consiguen ésta vez, hacer dos pares.

Y así un día y otro. El señor Luis se hizo famoso, sus zapatos eran los de mejor calidad, mejor terminados y fáciles de llevar, vamos que eran dos alas en los pies, los pudientes admiran su trabajo y en agradecimiento daban más dinero, de lo que ponía en la etiqueta.

La curiosidad picó a nuestro buen Luis, porque no entendía como dejando unas tiras de cuero por la noche, de mañana aparecían los más bellos y perfectos zapatos. ¡Claro que descubrió a los sabidillos duendecillos!, supo que le ayudaban y estaban desnudos como el Niño en su cunita.

El zapatero se asombra y entristece, lo comenta a su esposa, y entre los dos deciden preparar una cesta llena de ropa; Noelia tejió polainas y jerséis con la ilusión de hacer algo bonito para el hijo que no tenían, Luis hizo unos zapatos chicos, ¡muy chicos! Con la piel mas fina, para delicados piececillos.

Era la Noche más grande del año, "Noche Buena"

Lo envuelven todo en un bonito paquete, lo dejan sobre la mesa de trabajo y tranquilos van a dormir.

Los pequeños duendes, vuelven a aparecer a las doce de la noche, y viendo aquel paquete con sus nombres, lo abren, no sin ciertas dudas.

-¿Será para nosotros?

Claro que era para ellos, se ponen la ropa que había tejido Noelia, con sus colores favoritos, hecha de lana cálida y suave, calzan los chiquitines zapatos que Luis hizo con esmerado cuidado. Se alejan del hogar de los zapateros y muy agradecidos cantan:

-Por fin somos duendecillos elegantes

Por fin somos pastores de ilusiones

Por fin somos un trocito de Navidad?

Señor Luis y señora Noelia cuando despertaron el día 25, se alegraron al ver que los duendes se habían llevado el regalo. No volvieron a saber de ellos, el zapatero pobre siguió trabajando y sus piezas eran las que tenían mayor prestigio, jamás faltó un cliente a su tienda, y precisamente a quienes un día les habían negado unas míseras monedas para poder comer, no les cobraba el arreglo de sus zapatos o sandalias.

Ustedes pueden sacar las enseñanzas que con esta fabula o cuento quise transmitirles. Socrates hablaba que la bondad une el estado del alma, por lo general los seres humanos son bondadosos con aquellos cercanos, con personas que aman, pero Jesús dijo que debemos amar a nuestros enemigos, a los que nos quieren mal, a los ingratos, sería un buen momento para comenzar a ver la vida de otra forma, sin olvidar la generosidad.

Unos días llenos de Amor y Paz. No olvidemos a los que están prisioneros de la palabra, del odio y "del dolor del dolor" Que los guardianes del infierno puedan ser derrotarlos, romper sus cadenas, y hacer juntos un canto a la desesperanza.

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