Un poco de reflexión, por favor

Como ya he dicho alguna otra vez, tras unos resultados electorales todos ganan, y ahora no iba a ser menos por aquello de que el que no se contenta es porque no quiere. Tanto si miramos en el conjunto de la provincia como el de España, los resultados son casi equiparables, aunque con alguna matización. El PP pierde muchos votos, pero gana las elecciones; el PSOE pierde electores, pero menos de los que la mayoría o sus contrincantes esperaban; Podemos logra un buen resultado en el conjunto del país, no en Salamanca; y Ciudadanos, todo lo contrario, logra el escaño en nuestra provincia y se queda a la mitad de las expectativas que había generado en las encuestas nacionales.

Si analizamos el resultado sin entrar a valorar datos, todos contentos, pero la cosa ya no es igual a poco que se profundice en los números. El gran perdedor, aun ganando las elecciones, ha sido el PP, tanto en la provincia como en el conjunto de España. La política de recortes y la corrupción le ha llevado a este resultado, que podía haber sido peor si estas elecciones se hubieran celebrado hace un año, porque los populares llevan trabajando estos comicios desde que le vieron 'las orejas al lobo'.

En la provincia de Salamanca esto se traduce en una pérdida de casi el 18 % de los votos emitidos respecto a 2011, casi el mismo dato porcentual logrado por Ciudadanos y que le ha llevado a lograr un escaño, lo cual demuestra un claro trasvase del voto a favor de la formación naranja. Y mientras, la izquierda se fagocita. El PSOE pierde en Salamanca un 5 % de los votos a favor de Podemos, que suma los de UPyD y una parte de IU, los primeros ya camino de la extinción y los segundos, poco después.

Y en el conjunto del país los resultados no difieren en exceso a excepción del éxito del partido de Pablo Iglesias por el desencanto de Ciudadanos, que aunque el resultado es más que bueno para ser la primera vez que acudía a una generales, se queda muy por debajo de las expectativas generadas en las encuestas, donde incluso alguna situaba al partido de Rivera codeándose con el PP. Podemos ha obtenido un resultado extraordinario, aunque también parte de su optimismo se quedó solo en las redes sociales. Y el PSOE, al que todos daban como el gran derrotado, saca fuerzas de flaqueza y logra afianzarse como el segundo partido más votado y en número de escaños.

Ahora bien, con todo esto caben algunas reflexiones. El PP debe analizar los datos obtenidos en la provincia ahora y un poco más allá. Es cierto que la pérdida de votos es inferior a la media en el conjunto de los pueblos y ciudades salmantinas, pero por eso mismo debe contrastar los números con los cosechados en las elecciones municipales y sacar menos pecho. Hace medio año perdió plazas tan importantes como Peñaranda, Alba de Tormes, Villamayor o Vitigudino sin la más mínima autocrítica, quedando demostrado ahora que no fue causa ni de la desafección política ni de las herencias recibidas por sus candidatos, por lo tanto, a reflexionar tocan.

Lo mismo debería de exigírsele al PSOE, aunque el partido de Pablos parte desde una situación bien distinta, la opuesta al PP en nuestra provincia, por lo que si se considera esa variable, le salva el aprobado en estos comicios. En cuanto a Ciudadanos, el partido naranja no ha hecho otra cosa que recoger lo que ha tirado el PP, circunstancia que puede aplicarse a Podemos en el caso del PSOE.

Y en el plano nacional, pues ahora toca gobernar, aunque de momento no sabemos a quién, pues el mapa político quizá sea el más complejo que jamás haya tenido el Congreso. Pero para solucionar situaciones como la que se presenta están los buenos políticos, porque gobernar con mayoría absoluta lo hace cualquiera, y no voy a dar nombres. Ahora es cuando se puede medir la categoría de los políticos que nos representan.