Parece que aún no nos hemos acabado de desperezar del verano, con este clima cada vez más loco, e inmersos en plena vorágine electoral, la nueva ornamentación de luces en las calles nos confiesa que estamos a punto de despedirnos de un año más. Las Navidades han llegado, y llenarán de alegría e ilusión nuestros hogares durante un par de semanas, en que todos, en mayor o menor medida, intentaremos volver a sentirnos niños. Pero, quizá por ello, es también tiempo de acordarse de aquellos que, por cuestiones de la economía, se ven privados de poder disfrutar como deberían de estas fechas tan entrañables, algo que se antoja especialmente doloroso si tomamos en consideración que entre ellos hay muchos niños. Y es que la pobreza infantil cabalga mucho más rápido de lo que debería entre nuestra sociedad, llevando en sus alforjas la ilusión por la Navidad de esos niños a quien se les está robando la infancia, mientras unos y otros miran para otro lado.
Pero si hablamos de deseos rotos, por la fecha que es, también podemos hablar de promesas rotas, pues este año la Navidad en España viene sazonada de tintes electorales. Mirando atrás se da uno cuenta de cuánto se ha prometido y nunca cumplido en esta malherida provincia nuestra. A la mil veces repetida promesa de reapertura del ferrocarril de la Vía de la Plata, que los grandes partidos hace un lustro ya ni se esfuerzan en hacer, pues de hecho comenzaron hace dos años su desmantelamiento en varios puntos de León, Zamora y Salamanca, se suman muchas otras. ¿Qué fue del puente internacional de Masueco? ¿Y de la rehabilitación del tren de La Fregeneda? ¿Por qué sigue adelante el proyecto de la mina de uranio de Retortillo una vez destapadas las irregularidades en la concesión de los permisos? ¿Qué pasará con el balneario de Retortillo si finalmente se pone en marcha la mina? ¿Por qué las plusvalías del mineral salmantino seguirán engordando el capital foráneo? ¿Qué tienen que decir nuestros representantes de los más de 3.000 habitantes que ha perdido la provincia en el último año? Son algunas preguntas, que en realidad podrían continuarse en una lista casi interminable. Interrogantes que hacen que, al echar la vista atrás, se pueda percibir lo poco que hemos avanzado en ciertas cuestiones. Y es que, el 30 de diciembre de 2011, en un alegato de las ilusiones que fijaba para el año nuevo, nuestro ilustre escritor y paisano de La Fuente de San Esteban, Paco Cañamero, en su columna Del Yeltes al Huebra, del ya finado periódico El Adelanto de Salamanca, manifestaba como deseo: "Que la autonomía de Castilla y León se divida en dos y el viejo reino de León recupere su sello histórico. Pero sobre todo que Salamanca tenga unos políticos dignos y con categoría, que no se preocupen del pueblo únicamente en los tiempos de elecciones. Que definitivamente se vuelva a abrir la entrañable línea férrea del Duero después de tantas y tantas promesas." Tristemente, cuatro años después seguimos exactamente en las mismas en todo ello, pareciendo un escrito realizado ayer mismo. Es como si el tiempo no pasase para esta provincia, salvo para el envejecimiento y la despoblación.
Pero dejando a un lado la materia política, estas son fechas de alegría, de reencuentros. Muchos de los jóvenes (y no tan jóvenes) españoles que la crisis ha empujado a irse a trabajar al extranjero vuelven estos días al hogar, a esa patria que no les da lo que precisan para poder llevar adelante su proyecto vital. Las distintas comarcas salmantinas, como secular tierra de emigración (pues en nuestro caso no se circunscribe solo a la crisis estallada en 2007, sino que viene de más atrás), se vuelven a convertir en zonas llenas de vida, con el regreso de los que se fueron, de los que nunca se debieron haber ido. Aunque las generaciones van pasando y a los hijos de los emigrados les empiezan a estorbar unos pueblos en los que apenas han amasado recuerdos, y van abandonando poco a poco su regreso navideño a la tierra de sus ancestros.
Con la arribada de la Nochebuena, llegarán a los pueblos ramajeros, riberanos, vitigudinenses o del Abadengo muchos hijos y nietos de la tierra, descendientes de estas comarcas, pero también del exilio económico, de una forzada emigración que acabará empujando a la mayoría de sus descendientes al desarraigo respecto a su patria chica. No obstante, tras la llegada de los Reyes Magos, aquellos que llenen estas dos semanas los pueblos de vida seguirán los pasos de los camellos que transportan a los magos de Oriente, dejando su huella pero, sobre todo, su ausencia. También muchos de nuestros paisanos, aquellos a quienes no les fue tan bien como esperaban, dormirán en cajeros o al raso estas Navidades, algunos de ellos sin poder volver a una tierra que seguramente sigan añorando. No siempre las cosas salen bien, pero sobre todo no siempre la gente anima a seguir formando parte de una sociedad que desprecia a quien no tiene, mientras mitifica al que tiene de sobra y no comparte.
La Navidad ha llegado, disfrutemos de la compañía de los nuestros en estas fechas, riamos juntos, y aprovechemos a envolvernos en esa maravillosa áurea de fraternidad, amistad y familiaridad que se ofrece ante nosotros. Decía Antonio Machado "Cuando recordar no pueda, ¿Dónde mi recuerdo irá? Una cosa es el recuerdo y otra cosa es recordar". Aprovechemos estos días para amasar recuerdos bonitos con nuestros allegados, a disfrutar de su compañía, y que el recuerdo vaya después donde quiera, que nos quiten lo bailao. ¡Feliz Navidad!
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.