En estos días ha saltado a los medios de comunicación un fraude sanitario llevado a cabo por cerca de medio millar de médicos del sistema sanitario público y por el cobro de comisiones ilegales de una empresa que comercializa prótesis de rodilla denominada Traiber. Tema que no me es ajeno porque en una tesis doctoral realizada en el servicio de traumatología del Hospital Universitario de nuestra ciudad se ha valorado la influencia de estas intervenciones en la calidad de vida relacionada con la Salud y, su principal conclusión es que las prótesis mejoran de manera significativa el Bienestar y la Calidad de Vida de los pacientes.
La primera consecuencia que se puede sacar de esta mala noticia es que ningún ámbito ni sector profesional está exento de la corrupción porque actualmente es un proceso endémico. Pero en mi opinión este fraude es más grave porque afecta a uno de los pilares básicos del Estado del Bienestar y, fundamentalmente, porque se juega con un valor imprescindible para la Vida, la Salud.
No llego a comprender como profesionales sanitarios pueden haber caído en el más grave de los conflictos de interés que tienen los médicos, como es anteponer el interés económico al interés primario que es la Salud. Debe ser por el contexto general y medioambiental que conlleva a valorar sólo lo que es tangible y en una cuenta de ahorros. Porque, además, este proceder ataca a la credibilidad del buen sistema sanitario que disfrutamos, a su Calidad Asistencial y a la Seguridad de los Pacientes. Componentes que hay que conseguir por encima de Todo. Porque cuando hablamos de Seguridad del Paciente nos estamos refiriendo a tratar de cumplir con el viejo aforismo hipocrático <<Primun Non Nocere>>. Es decir, ante todo, hagamos lo que hagamos con los pacientes y usuarios del sistema sanitario y social, no hay que provocar daño o efecto adverso. Se trata, por tanto, de cumplir con el componente ético de no maleficencia que es un nivel de mínimos.
Este proceder daña al sistema Sanitario español en su conjunto por varios motivos: uno, porque los facultativos investigados ejercen en cerca de una treintena de hospitales públicos y clínicas privadas de Cataluña, aunque las prácticas irregulares se extienden por toda España, según información obtenida por investigación judicial de la propia empresa. Dos, porque perjudica a una actitud esencial para el proceso asistencial y terapéutico como es la relación de confianza entre el paciente y el médico. Tres, porque lo ocurrido tiene que ver con algo que un profesional no puede tener y que debe controlar, el conflicto de interés entre la Atención de Calidad y su interés económico. Tres, porque también ha ocurrido en un hospital universitario donde se trata de educar y formar en valores profesionales y éticos que previenen y protegen frente a estos eventos y contextos socioeconómicos que van en contra de la Calidad y de la Seguridad del Paciente. Este aspecto tiene que ver con que últimamente a muchos hospitales se les ha dado la denominación de universitarios sin cumplir los criterios y requisitos básicos.
En mi opinión cabe esperar dos cosas, una, que los fallos en la calidad de las prótesis no tengan efectos adversos transcendentes, que se están controlando y reparando, desde el punto de vista de la Salud en los pacientes que fueron sometidos a estas intervenciones fraudulentas y, dos, que la justicia caiga sobre estos irresponsables e incompetentes éticos.
Por otra parte, también habrá que buscar y delimitar las responsabilidades de los equipos de gestión de los hospitales, gerencia y dirección médica, por no haber detectado estas conductas y, por tanto, por permitir este tipo de fraude de manera continuada y en tantas intervenciones. Motivo que me lleva a pronunciarme de nuevo por la necesaria e imprescindible profesionalización de la Gestión Sanitaria del Sistema Nacional de la Salud dado que actualmente tienen perfiles competenciales bajos y/o sociopolíticos y, su prioridad es la eficiencia a través de la administración y no la efectividad clínica y la Seguridad del Paciente a través de la gestión. Un gestor competente esta obligado a controlar y supervisar los procesos asistenciales de los distintos servicios y los recursos humanos y materiales que se utilizan en los mismos en base criterios científicos y técnicos de calidad y de seguridad. En consecuencia, también existen y tienen responsabilidades.
En mi opinión, se debe seguir teniendo confianza en la fortaleza del Sistema Sanitario español y en la calidad asistencial y ética de sus profesionales porque este proceder ha ocurrido en 47 profesionales cuando en el sistema existen más de 200.000 médicos. En 2014, 238.240 y, esto ha ocurrido en el 0,02% de los profesionales. Por tanto, Salud, confianza y Felices Fiestas.
JAMCA
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