Volverá a ser el mes de diciembre, donde el actual presidente del Gobierno D. Mariano Rajoy, subirá a los auditorios, y desde allí nos lanzara sus proclamas, sus promesas, sus convicciones, sus medidas, y también sus mentiras, aderezadas de medias verdades, tal y como ocurrió hace ahora cuatro años, y también sin el más mínimo sonrojo, con el fin de volver a sentarse en la poltrona de la Moncloa, y así continuar, manejando los hilos de este País, maltrecho, para la gran mayoría de sus ciudadanos- los paganos de turno- todo el mundo sabe a quienes me refiero, luego están los "otros" ?también sabemos quiénes son-; serán como siempre los beneficiados de este conglomerado, de este tren, del que no quieren bajarse y, bien se puede demostrar el porqué. Espero que, aquellos paganos, los de siempre, tomen buena nota que piensen razonen y decidan, el no tolerar más mentiras maquilladas de verdad, no se dejen embaucar por la palabrería, tengan presente lo que hemos perdido, aquello que costo sangre, sudor y lágrimas el conquistar y hagan valer su voto. Es lamentable que, aquellos que pasamos toda una serie de zozobras, a lo largo de los años, para llegar hasta a aquí, se vean ahora menoscabados sus derechos, tan solo por tener unos dirigentes, unos políticos, unos "listos" de cuello duro y guante blanco, que han desvalijado no ya, la caja del dinero,-que si- sino de los valores logrados, de la libertad, de los derechos conseguidos bajo la coartada de la crisis, de una crisis en la que estos "salvapatrias", sus banqueros y los amigos de ingeniería jurídica y financiera nos metieron, y lo más vergonzoso, es que nosotros mismos, con nuestro aguante, y conformismo hemos venido tolerando, siempre mitigados, bajo el signo de la esperanza y dando una lección de sacrificio y tolerancia, hemos sabido cuanto menos dignificar que; España, mantenga su respeto y su crédito, lo han hecho ciudadanos, que aún se encuentran en grandes dificultades para salir adelante, para volver a recobrar los derechos que nunca debió perder. (Casa Trabajo Dignidad) Ciudadanos, desamparados, dejados en las "cunetas" de la desigualdad.
Nos recordaba Daniel Montero autor del libro (que recomiendo su lectura)? ? El Club de los Pringaos- La esfera de los libros 2012, libro electrónico (J.A Diseño electrónico S.L) nos relata con precisión, con muchos pasajes, exposiciones, razonamientos y datos numéricos del desequilibrio fiscal de este País, de quien lo mantiene, de quien paga y quien se libra, del zarpazo de los impuestos vía recaudación, haciendo público que "Hacienda no somos todos". Y como al amparo de las leyes, legislaciones caducas y beneplácito, político estamos unos con la amenaza permanente, otros descuidados de la misma. (?) El mismo no viene a recordar que:
Fue el 27 de septiembre de 2009, el actual presidente del Gobierno, el popular Mariano Rajoy, se presentó ante un auditorio plagado de militantes en la ciudad sevillana de Dos Hermanas. Y allí, frente a treinta mil personas de su electorado, frente a las cámaras de televisión y frente a todos los posibles votantes y futuros paganos que seguían su intervención desde sus casas, lanzó una frase demoledora. Sencilla. De esas que gustan en política porque llegan a todo el mundo. Justo lo que cualquier ciudadano quiere escuchar en siete palabras: «La subida de impuestos no es necesaria».
Unos días antes, su antagonista en el gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, aprobó de forma definitiva los Presupuestos Generales para 2010 y con ello tomó la decisión de subir los impuestos a todos los españoles para paliar la crisis galopante. «La subida de impuestos no se justifica y es insolidaria con las clases medias y las clases trabajadoras», terminó Rajoy su intervención entre vítores.
Desde aquel día, el actual presidente, en lucha por inscribir su nombre en el buzón del palacio de La Moncloa, se cansó de repetir una y otra vez a voz en grito que si llegaba al gobierno dejaría intactos los impuestos. Primero lo juró durante la campaña electoral, luego en un vídeo promocional del partido, donde calificaba la subida fiscal del PSOE como un «auténtico insulto» para los ciudadanos. Y por último cerró su promesa en su propio debate de investidura, celebrado el 19 de diciembre de 2011. «Yo tengo la intención de no subir los impuestos, porque creo que en un momento como este, y más a los medianos y pequeños empresarios con los momentos que están pasando, no me parece lo más razonable». Diez días después, el nuevo presidente, sin el menor rubor y por el bien de todos como bandera, aprobó una subida fiscal que supone ?de media? que los españoles, esos que le confiaron el voto, pagarán 800 euros más al año para mantener los servicios públicos. Luego vino lo de los bancos, el IVA y los recortes en todos los ministerios, etcétera, para llegar al borde de este nuevo mes de diciembre de 2015, entre mazapanes, polvorones, villancicos y a toque de pandereta anunciarnos elecciones tras una singladura de cuatro penosos años.
Esta vez le tocó a su mano derecha dar la cara. -Ahora también-. Rajoy se hizo a un lado y evitó el desgaste. Después de las promesas públicas de igualdad, de los cantos a la contención fiscal, tras prometer ayudas a los que menos tienen, y no traspasar aquellos derechos adquiridos.
La nueva vicepresidenta primera del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, fue quien anunció a todos los ciudadanos una «subida temporal» de impuestos. Y remarcó lo de «temporal», como si el adjetivo tuviera la capacidad mágica de borrar de nuestras mentes más de un año de promesas con intención electoral. Ante semejante actitud surge una pregunta. ¿Y este tongo dónde se reclama? Usted me promete una cosa para alcanzar el poder, yo confío en su palabra y le doy mi voto. Y cuando no han pasado ni dos semanas, hace exactamente lo contrario de lo que me prometió. Perfecto. Así es como el pagano se queda, una y otra vez, con cara de tonto.
Es un secreto a voces: en nuestro país los que más tienen no son los que más aportan; el sistema fiscal está completamente descompensado y una franja concreta de la población es la que lo mantiene, mientras los grandes capitales, las multinacionales, aquellas que viven de las rentas o de la especulación financiera son los mejor tratados por el Estado. La dictadura del capitalismo le llaman los sectores más duros a esta práctica.
Por eso les digo, que en esta ocasión no es un voto cualquiera, hay que pararse a pensar, a recapacitar y tener el temple y las ideas claras para llegar a las urnas, para que no recibamos una vez más el menosprecio de unos políticos, mediocres, vacíos donde tan solo el mantener, su impunidad, sus butacas y sus privilegios, son su primera misión. Eso en vez de servir a su País, y de sentirse orgulloso de haber sido elegido, y ganado la confianza, para tener claro, que está en este cargo con libre responsabilidad contraída, afán de servicio, donde el trabajo con humildad, y dedicación sean su mejor aval y reconocimiento. Y? aquí lo dejo? Ustedes sabrán lo que hacen?
Fermín González
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.