Estamos para bien o mal viviendo un periodo de acontecimientos increíbles. Tras la niebla pude observar como aún existen lugares de paz y sosiego, "el Convento de las Dueñas", en Salamanca, conocido popularmente por éste nombre, aunque en realidad se llama de "Santa María".
No quise perder detalles de aquellas sabias palabras que salían de la boca del "bardo". Fundado en 1419 por Juana Rodríguez Maldonado, esposa de Fernando Alfonso de Olivera, "eran estas las casas donde habitaba" y que su primer esposo había mandado construir -Juan Sánchez de Sevilla- quien desde 1390 desempeñó el oficio de Contador Mayor de la Corte de Castilla.
La buena intención de Dª Juana fue la creación de "un beaterio", en el que pudieran retirarse señoras nobles, por lo que recibió del pueblo salmantino el nombre de "Las Dueñas"
Nota: dueña es mujer monja o beata que vive en comunidad, suele ser viuda, su misión es acompañar a la señora principal y cuidar de las criadas. Lleva toca más corta, que la diferencia de la señora.
"Una historia de la Fundación" -comenta el bardo- es copia de 1698 encontrándose en el Archivo Conventual.
"La donación de las casas que hizo dicha Juana Rodriguez, tuvo en principio un gran milagro del que dieron testimonio religiosas muy graves e muy ancianas?lo que por tradición se ha recopilado es esto.
Señora Juana Rodríguez tenía en sus casas dos grandes amigas beatas de esta orden, mujeres santas?las cuales tenían por devoción a una imagen de Nuestra Señora que había en el Convento de San Estevan, la cual hoy está en el retablo de Santa María.
Con esta devoción frecuentaban diariamente el convento. Un día la imagen se fue vagando tras ellas, ni lo echaron de ver. Cuando llegaron a la casa la hallaron en el oratorio parecioles un milagro, échala de menos el sacristán y no pudo pensar sino que la beatas la habían robado, y se hicieron esa inventa. Enfadado salió a buscarla. La primera estación fue a la casa de esta señora donde vivían las beatas, donde la halló, y aunque ellas juraban que nada tenían que ver con lo hallado, pecando de cortesía, no hizo más averiguaciones, se llevó la imagen al convento, no dando crédito a lo que ellas llamaban milagro. Más sucedió lo mismo otras dos veces con crédito al milagro entonces, ya que la Soberana Virgen quiso que se entendiera que quería ser honrada en aquella casa que tenía por suya.
Mandó la señora de las casas con tan patente milagro y con buenas razones, que aceptaría darle a las dos beatas e hacer donación y que en su caso se hiciera un monasterio de la Orden, el cual se llame Nuestra Señora de la Consolación y de las Dueñas".
Fue autorizada dicha donación a finales del año 1419, pronto la habitaron religiosas dominicas, Había sido un bello palacio mudéjar de finales del siglo XIV del que aún se conservan algunos restos, tal es un arco de herradura apuntado de ladrillo con alfiz, en el claustro superior, y en las albanegas azulejos negros y verdes, entre piezas blancas hacen una decoración relajante y sensible.
El dormitorio del noviciado, debió de ser la cámara principal de la casa, con planta cuadrada y pavimento de azulejo, con dos puertas de yesería.
Sobre 1533 se construye el templo y el claustro, dichas construcciones están superpuestas a lo edificado.
La iglesia es muy sencilla, obra del fraile dominico Martin de Santiago, consta de una sola nave en estilo gótico, cubierto por siete bóvedas de crucería en terceletes, rematada en un ábside con retablo barroco.
El exterior de la iglesia es sobrio, destaca la fachada plateresca, con un primer orden apilastrado doble, que apoya en ménsulas y doseteles, para alojar estatuas de santos. El segundo cuerpo, ornamentadas columnas escoltan y guardan el nicho donde está la imagen de la Virgen, además como no podía ser de otra forma, a Santo Domingo de Guzmán, y San Francisco, algunos estudiosos las atribuyen a Luis Salvador Carmona.
Pero lo que vamos a contemplar ahora es de una gran belleza-el claustro-edificado en el año de gracia de 1533, teniendo que adecuar su planta actual, a las disposiciones del anterior, por lo que desarrolla una singular planta pentagonal irregular, el lado menor es de dos arcos, mientras los otros alcanzan seis o siete arcos, vinculado a la obra de Rodrigo Gil de Hontañón, consta de dos plantas. La inferior con arcos escarzanos sobre columnas y medallones con cabezas enjutas. La superior adintelada con columnas y zapatas. Los capiteles de fantasía y variedad inagotable son de escultor desconocido, labrándose en las enjutas monstruos grutescos.
El bardo recibe sus reales, aunque bien pudiera caer algún doblón o maravedí. Haciendo sonar las monedas en la bolsa, le escucho cantando a las nubes de la sonrisa y esperanza:
"Cruzados hacen cruzados,
Escudos pintan escudos
Y tahúres muy desnudos con dados ganas condados,
Ducados dejan ducados
Y coronas Majestad,
¡Verdad,
Verdad!"
Nota:
Albanegas= red, Terceletes =nervios de apoyo; Ménsula= voladizo, Doseteles=pedestales
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