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Abengoa descarta vender la planta de bioetanol de Babilafuente a corto plazo
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la multinacional opta por no vender activos

Abengoa descarta vender la planta de bioetanol de Babilafuente a corto plazo

Actualizado 11/12/2015
Redacción

La banca asume que sin nuevos socios tendrá que aportar 100 millones para terminar el año y evitar que se adelante la entrada en concurso de acreedores

Abengoa no venderá ningún activo a corto plazo y por lo tanto se descarta que lo haga también con la planta de bioetanol de Babilafuente. La multinacional española tendrá respiración asistida, al menos hasta finales de año. Tras las últimas reuniones de los principales bancos acreedores (reunidos en torno al llamado G7), se aceptaría como «mal menor» que en última instancia se verían obligados a financiar los 100 millones de euros que la compañía energética necesita antes de finales de año para no cerrar sus puertas, es decir, pagar las nóminas de la plantilla y costear suministros básicos para seguir operando como la electricidad.

Fuentes del sector apuntaron que la prioridad ahora es buscar a fondos de inversión que quieran entrar como socios, incluso aunque sean considerados de alto riesgo (´hedge funds') o incluso los polémicos fondos 'buitre'. La clave, apuntaron, es que aporten el capital necesario sobre todo a corto plazo, aunque es previsible que a cambio exijan garantías severas sobre ventas futuras o inmuebles a nombre de la empresa. En cualquier caso, la banca ha rechazado la posibilidad de malvender activos a corto plazo ni de realizar nuevas hipotecas, puesto que la filial más cotizada (Abengoa Yield) ya tiene sus acciones puestas como prenda en varios emisiones de bonos, informa El Norte de Castilla.

Así, entre las firmas que ya han mostrado interés por entrar en Abengoa figuran la australiana Macquarie, un grupo bancario especializado en financiar infraestructuras que lleva operando en España desde hace 10 años. También aparece el fondo Brookfield, que ya tiene experiencia en el sector de las energías renovables.

Por ello, el objetivo de la banca va más allá de terminar el año, aunque ven fundamental evitar una suspensión de pagos anticipada para no descuadrar los buenos resultados que están obteniendo este 2015, lo que penalizaría luego su cotización. Su mirada está puesta en marzo de 2016.

Para entonces tendría que poner sobre la mesa otros 300 millones a fin de costear los pagos más acuciantes del primer trimestre (sueldos, luz, etcétera), y eso contando con retrasar los abonos a proveedores. La ley prevé un plazo de tres meses (más otro adicional) para negociar la solución financiera a una empresa una vez declarado el preconcurso de acreedores y Abengoa lo hizo el 26 de noviembre, de ahí la necesidad de llegar a la próxima Semana Santa sin cambios a peor en la situación actual.

Necesario agotar los plazos

De no caer antes en la quiebra, el Banco de España ha confirmado a las entidades acreedoras en distintos contactos mantenidos en los últimos días que tendrían tres años para provisionar el dinero que les debe Abengoa (8.800 millones de euros en total) con arreglo a la nueva legislación del sector financiero, en vez de los 12 meses a los que se reduciría dicho plazo de adelantarse la entrada en concurso.

Lo que parece descartado, al menos a corto plazo, es la llegada de algún 'caballero blanco', es decir, algún socio industrial que además de aportar capital apoye y sustente el proyecto industrial ya en marcha. Ferrovial era uno de los nombres que se manejaban entre las entidades acreedoras, pero fuentes de este grupo han descartado un posible interés en esta operación porque están centrados en el negocio de la construcción de infraestructuras y las concesiones, de manera que entrar con fuerza en el área de las energías renovables (donde opera Abengoa) no entra en sus planes.

El escenario plausible sería agotar el plazo para negociar y, de no aparecer otra solución, entrar en el concurso de acreedores y ya entonces buscar distintas alternativas como ocurrió con Pescanova. En esta última, no obstante, la banca ha terminado haciéndose con la mayoría del capital social (casi el 80%) tras aceptar una quita de hasta el 70%, opción que ven inviable en Abengoa por lo abultado de un pasivo sobre el que, además, aún existen algunas dudas.

La banca, de hecho, contempla que la deuda real de Abengoa termine superando los 24.700 millones declarados en última instancia por la empresa (según sus cuentas cerradas a 30 de septiembre), aunque no lo podrá verificar hasta realizar un análisis 'forensic', aún sin fecha y que podría realizarse si finalmente se declara el concurso. Mientras tanto, utiliza los datos que está recopilando KPMG, que además de realizar un 'mapa' del pasivo total de la compañía energética, desglosado por áreas, filiales y países, actúa como coordinador en las negociaciones.

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