Nosotros

Sí. Nosotros. ¿Quiénes somos nosotros? Hemos sido Charlie Hebdo. Hemos sido Paris. ¿Y Mali? ¿Alguien ha dicho "nosotros somos Mali"? ¿Alguien se ha puesto en algún lado la bandera de Mali este fin de semana pasado? ¿Alguien ha tenido la idea de reflejarla en la fachada del Ayuntamiento, por ejemplo? Mejor dicho: ¿Alguien sabe cómo es la bandera de este país ?y de paso dónde se encuentra esa sufrida tierra -? Qué pasa ¿los muertos no eran suficientes? ¿Cuál es el mínimo de muertos necesario para que se nos ocurra convocar una manifestación? ¿O es que para ciertos lugares da igual también el número de muertos?

Retrocedamos algo en la historia: Todos fuimos Nueva York. Todos fuimos Madrid. Fuimos también Londres. Pero? ¿y Bali? ¿Se acuerda alguien de los atentados cometidos allí? ¿Alguien se puso en algún lugar visible la bandera de Indonesia? Es más ¿Conocen ustedes la bandera de Indonesia? y la saben diferenciar a primera vista de la de Polonia? ¿Y Mumbay? Recordarán a Esperanza Aguirre entre las ruinas de un hotel indio tras un tremendo ataque terrorista. ¿Se puso alguien la bandera india? ¿Y la de Kenia? ¿Alguien dijo sentirse keniata cuando volaron un enorme edificio los terroristas? ¿Alguien ha dicho ser yemení tras alguno de los ataques sin fin que están librando los mismos nihilistas que en el resto de lugares que he mencionado?

La duda, las dudas, no son sólo mías. Mi amigo Ramón las planteó el otro día públicamente en las redes sociales y no hago más que darle la razón con el corazón encogido. ¿Y por qué se me encoge el corazón? Pues porque toda la cadena de preguntas que acabo de plantear la sé responder, salvo la primera. Nadie ha dicho que sea Mali, nadie ha dicho que sea Bali, nadie ha dicho que sea Nairobi, ni a nadie se le ocurre sentirse Sanaa. Entonces, cuando decimos "nosotros somos?" ¿a quiénes nos referimos? Esta es la cuestión que me cuesta mucho más responder y que me encoge el corazón. No es la violencia en sí misma el resorte que nos haga sentir solidarios con las víctimas. Acaban ustedes de tener en los párrafos anteriores una ristra de pruebas concluyentes. Es la violencia contra lo que consideramos nuestro. ¿Y por qué consideramos nuestro Paris? ¿Y por qué nos importa un bledo Nigeria? ¿A alguien se le ha ocurrido proclamar "yo soy Xinjiang"? ¿Saben ustedes situarlo en el mapa?

Es más ¿por qué limitamos ese "nosotros" estrictamente a la violencia terrorista? ¿No nos importan nada las víctimas de las guerras sucesivas? ¿Alguien, aparte de mí, se ha sentido colombiano al oír los desastres del conflicto que ha estado asolando a mi querido segundo país desde hace décadas interminables? ¿Es alguien Darfur? Y Somalia ¿somos algunos Somalia? ¿O pasamos del tema mientras no nos toquen "nuestros barcos" por el Cuerno de África? ¿Y el Congo? ¿Alguien sabe lo que está sucediendo en uno de los países, por llamarle algo, más desgraciados del mundo? Y ¿por qué nos detenemos en las guerras? Vayamos más allá: ¿Alguien se acuerda de Haití? Las desgracias humanas, por muy masivas que sean ¿no nos interesan ya unos pocos días después de salir en los medios de comunicación? ¿Por qué? ¿Somos en realidad tan papanatas como para que nos marquen el ritmo de nuestras preocupaciones desde los telediarios?

El ser humano tiene una mente compleja. Y selectiva. Está claro que "nosotros" no somos cualquier ser humano que sufre. Ese "nosotros" tiene límites bastante más estrechos: casi todos nos lo hemos pasado bien en París, es parte de la historia de nuestros placeres personales, lo consideramos un poco nuestro; Nueva York nos la conocemos como si pisáramos todas las semanas la quinta avenida; Londres? qué decir de Londres? O de Roma? O de Bruselas? Pero ese "nosotros" que usamos con la conciencia tan tranquila, es un nosotros excluyente. No diría que racista: la raza de las víctimas en Bataclán no era rasgo de interés para los noticieros. Pero es un "nosotros" limitado, discriminador y, a fin de cuentas, vergonzoso. Propongo, como Ramón, que nos lo hagamos mirar.