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De cine
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De cine

Actualizado 22/11/2015
Aniano Gago

13/noviembre/viernes

Voy a Toldanos con Rodrigo. El salón de la casa lo he remodelado y los albañiles ya han acabado el trabajo. La casa sigue siendo un pozo sin fondo, pero seguiré haciendo reformas. Me entusiasma entrar en la vieja casa de mis abuelos y mis padres porque encierra sensaciones especiales. Y el olor, y el sabor de los guisos de mi madre. Es como recobrar la historia, reencontrarse con la niñez, sentir el pasado en el presente.

[Img #484998]Comemos en casa de Ángel Barrena un conejo guisado. Magnífico. Le digo que cada vez cocina mejor y lanza una sonrisa de satisfacción mientras me dice que hay que estar "al plato y a las tajadas". En Toldanos siempre me cae alguna enseñanza. Después me muestra unas tenazas de cocina de hace siglos, de una forja que ya no se hace. Al lado de las tenazas tenía colgada sobre la chimenea la badila de los braseros de antaño, cuando la calefacción casera se limitaba a unos trozos de encina al rojo vivo que poco a poco se consumían cubriéndose de cernada. Cuando el calor disminuía se removían las brasas, casi siempre de cisco, con la badila para revivirlas. El brasero ya lo utilizaban los etruscos y los romanos. Mesonero Romanos fue un adelantado en el siglo XIX y advirtió que "el brasero desaparecerá como muebles añejo, retrógrado y mal sonante; y será sustituido por la chimenea francesa, suiza o de Albión; y la badila dará lugar al fuelle; y soplaremos en vez de escarbar".

El brasero, cuando hacía ? o hace - una mala combustión es peligroso porque desprende monóxido de carbono que puede matar a una persona en media hora. El fuerte dolor de cabeza y nauseas indican que algo va mal. Más de una vez yo me atufé, como se decía, y se dice, en Toldanos, pero con las primeras somnolencias siempre mi madre abría las ventanas y el oxígeno regresaba. Más de una desgracia se produjo en Toldanos por culpa del brasero, ese invento sencillo que establecía el final de las veladas en los largos y crudos inviernos de aquellos pueblos, que ya no son estos. En torno a la mesa camilla se hacía la conversación familiar; a veces se unía algún vecino de confianza. Terminado el calor del brasero esperaba la cama, que en invierno estaba helada, como si las sábanas y la almohada acabaran de salir del congelador.

Después regresamos a Valladolid. Desde el coche no me canso de contemplar los campos sembrados que despiertan al verdor entremezclados con una niebla ligera. Ya en casa me sobresalta la noticia de un atentado islamista en París. ¡Qué locura! ¿Habrá forma de parar a estos fanáticos? Dicen los noticiarios que mañana habrá máxima alerta en España. Da miedo, pero la vida no podemos pararla. No puedo evitar pensar en el atentado de los trenes en Madrid. Mañana viajaré en AVE a Huelva para asistir a su Festival de Cine Iberoamericano.

14/noviembre/sábado

La exclusiva noticia de estos días, la pretendida independencia de Cataluña, ha sido comida por la masacre terrorista de París. Así es siempre: una noticia oscurece a otra. El problema de estos tiempos es que hay tantas noticias y tan importantes que a veces se diluyen. Tienen su vida pero después mueren como el agua del río que llega a la mar. El gran desastre de los refugiados sirios, que hace unas semanas ocupaban gran parte de los informativos en radios y televisiones y las portadas de los periódicos, hoy ya son breves apuntes; la guerra en Siria ocupa espacios reducidos y los grandes problemas de bancarrota de Grecia se han olvidado.

Sucede esto de forma continuada, como si un dinosaurio se tragara la actualidad. Es lo que tiene el mundo globalizado, que todo afecta a todo, pase donde pase; nada nos es ajeno, pero todo a la vez es efímero. Sólo lo cercano, lo propio, lo que te toca en directo el alma, nos preocupa y ocupa de forma continuada. Razón llevaba el portugués Torga cuando decía que "lo más universal estaba en la puerta de nuestra casa".

El tren llega puntual; metido entre una niebla espesa aparece en la estación con la cara de un pato. A Madrid. Viaje tranquilo que aprovecho para leer "Historia del mundo contada para escépticos", de Juan Eslava Galán, escritor polifacético que s entrega lo mismo a la novela, al ensayo o la historia. Y todo con brillantez y conocimiento. ¡Qué envidia!, con lo que a mi me cuesta hacer cualquier apunte.

De Madrid a Sevilla lectura, y de cuando en cuando, una mirada al paisaje. Grandes llanuras rodeadas de montañas. Castilla-La Mancha, de viñas en otoño, caducas, de amarillos canela, de rojos guinda. Esta tierra siempre se parece a Alonso Quijano y a Sancho: me los recuerdan las ventas en lontananza. Andalucía, de grandes extensiones de naranjos, limoneros y nuevas plantaciones de olivos. El sol traspasa la niebla con dificultad. Los pueblos se van tornando blancos, las tierras rojas, negras, y el cielo se azula. Algunas palmeras se yerguen junto a los cortijos y los postes de hierro de las eléctricas picotean toda la enorme extensión.

Sevilla, estación de Santa Justa. Un coche me espera para ir a Huelva. Hotel donde recalan los artistas del Festival de Cine Iberoamericano. Este sí que es un mundo en el mundo. Al llegar me encuentro con Soledad Villamil y su marido Federico Olivera. Argentinos encantadores. Soledad fue la protagonista de "El secreto de sus ojos", Óscar a la mejor película extranjera en 2010. El protagonista fue Ricardo Darín. Historia emocionante e interpretaciones deslumbrantes. Reconozco mi debilidad por los argentinos. A Soledad y Federico los conocí en este Festival el año pasado. En esta ocasión han venido como miembros del Jurado.

La inauguración del Festival fue austera. Estaban previstos sketch cómicos, pero el luto con Francia obliga a olvidarse de alegrías. ¡Qué tristeza! Recuerdo a Voltaire: "los tigres matan por hambre, por comida; los humanos por un texto". Es verdad, la religión, en sus múltiples vertientes ha ocasionado a lo largo de la historia infinidad de muertos. Ahora son los islamistas locos los que nos tienen acogotados.

Por la noche se inaugura el Festival. El guión recogía momentos de risa y alegría. Pero se suprimió y se cambió por un homenaje a Francia y un alegato contra el terrorismo. El director del Festival, Pedro Castillo, fue el responsable de un acto lleno de emoción. Minuto de silencio y "marsellesa" incluidos. Hay veces que la vida sigue, pero dando a los minutos y las horas un respiro, un pensamiento, un abrazo, un cambio de timón. Todo por la libertad, la igualdad y la fraternidad. Y la democracia.

15/noviembre/domingo

Día de cine completo. Un festival es un carrusel donde se mezclan películas, artistas, jurados, periodistas, público espectador, premios, aplausos, risas y lágrimas. Y moqueta roja por la calle. La ciudad engalanada, llena de carteles anunciadores del evento y gente guapa paseando al compás. La actriz Belén Rueda y el actor Mariano Peña, estrellas del celuloide y la televisión, llenan el ambiente y son el centro de cientos de miradas admiradoras. Destaca un hecho: el Festival premia a otro: a la SEMINCI, de Valladolid, por su 60 cumpleaños. En estos tiempos cainitas, de competencias separadoras, la generosidad es un ejemplo muy positivo. Así lo destaca el alcalde vallisoletano, Óscar Puente, al recoger el Premio de La Luz, la de Huelva. Una luz para iluminar la niebla de Valladolid.

16/noviembre/lunes

Tiempo magnífico, de sol y playa, en pleno noviembre. Es el sur, es el clima de una tierra maravillosa, de Andalucía. Huele a salitre, a marisma y mar abierta. Me desplazo con Violeta a comer a Isla Cristina. En Casa Pepín Diego nos sirve mojama con manzanilla, de la buena, y un guiso marinero de Isabel: papas con atún. ¡Qué gustazo! En la noche, más cine. Y música de tierras sudamericanas. A bailar, a bailar.

17/noviembre/martes

Otro día luminoso, de luz limpia, veinte grados, un lujo. Doy un largo paseo hasta la mar por entre las calles estrechas del Huelva antiguo. Aguas tranquilas, de luz reflejada, y montañas de blanquísima sal al fondo. Barcos de poco calado de desplazan con pereza de una punta a la otra. Pasan bandos de gansos dominando tierra y cielo. Algunas gaviotas se mueven intranquilas. Miro y mis ojos no se cansan de contemplar una belleza armoniosa, sencilla, luminosa. El día transcurre entre artistas, directores de cine y películas. La vida es una ficción entre cañas de cerveza y vinos blancos del Condado. Al final del día el recuerdo me lleva a mi madre, que hoy hubiera cumplido 99 años.

18/noviembre/miércoles

Escribo un artículo para el periódico del Festival. Una crónica global de alguien que llega de fuera a esta ciudad, a Huelva. Resalto el ambiente, la llegada de artistas de primer nivel, y el movimiento del público en torno a los cines. Y critico que algunos de los principales medios onubenses decidieran no informar de todo lo que sucede en el Festival. Sólo pinceladas. O hacer alguna entrevista, como al director Fernando Colomo, y no resaltar adecuadamente que estaba en Huelva como Jurado de la 41 edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. Tremendo. Todo por cuestión de dinero, de inyección publicitaria. Si me pagan hago información, si no me pagan, olvido lo que suceda. Fraude a los lectores y oyentes, desprecio al público.

Esto no sólo pasa en Huelva, sucede en muchas más partes de España. La crisis económica tiene acorraladas a las empresas mediáticas, y ya no saben qué hacer para sacar dinero y sobrevivir. "La Vanguardia" del Conde Godó ha estado calentando el independentismo porque Artur Mas le untaba bien. Ahora ha mandado parar, asustado, ya muy tarde, después de hacer tanto daño. Eso es lo que pasa: que la única libertad real es la libertad económica, lo demás buenas intenciones, aunque a veces es mucho. El Conde Godó por dinero se hizo republicano. Y se haría lo que fuera para mantener su estatus y su poder mediático. ¡ Qué vergüenza! Y ¡ qué pena!

En Barcelona, en Huelva, y en tantos y tantos sitios el periodismo está alcanzando las más altas cotas de la miseria, que diría Groucho Marx.

Por la noche fiesta mexicana. Charlo cerca de una hora con la embajadora de México en Madrid. Roberta Lajous es una mujer de extraordinaria elegancia. Muy culta y de gustos refinados. Diplomática curtida en varios países. Ahora lleva casi dos en España. Hablamos de cine y de política. Me cuenta que Carme Forcadell, la presidenta del Parlament de Catalunya, le ha enviado una carta anunciándole la desconexión con España. Me aseguró que se la devolvió sin más. También me dice que Artur Mas le escribe una carta al mes en inglés. Y con sorna apostilla: "a mi, en inglés". Es que a lo mejor el President Mas no sabe que en México, 130 millones de habitantes, se habla el castellano o español. Roberta Lajous me contó su admiración por Sorolla, y que cuando fue a Valencia comprendió la luz de sus cuadros. Le digo que Huelva es la ciudad de la Luz y me pregunta "¿más luz que Valencia? Pues no lo sé, pero el título de la luz lo tiene Huelva. Aunque Sorolla no, Sorolla lo tiene Valencia. Y España.

19/noviembre/jueves

Regreso a Valladolid. Ocho horas de viaje. En tren. Lectura y miradas al paisaje. Del sol a la niebla, de los veinte grados de temperatura a los siete. Esto es España: heterogénea, variopinta, de múltiples acentos. Hermosa siempre.

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