Vaya semanita

6/noviembre/viernes

Trabajo en un discurso sobre el XI Concurso Nacional de Pinchos y Tapas que se inicia el lunes en Valladolid. La gastronomía se ha convertido en una religión pagana que busca atraer a las ciudades visitantes. Apoyo al turismo por una vertiente que llama a nacionales y extranjeros. Valladolid tiene buenas barras pero regulares restaurantes. No es que se coma mal, que no, que se come bien, pero ninguno tiene estrella Michelín, que es lo que marca el nivel. Valladolid cuenta con una Escuela Internacional de Cocina perteneciente a la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Turismo. Allí se preparan los futuros chef, palabra ya que forma parte de la élite culinaria.

Voy a comer, no obstante, a una bodega en Fuensaldaña, La Nieta, con Alfonso González y José Segovia donde nos sirven una cocina muy clásica: torreznos, chorizo a la brasa y lechazo asado. Todo extraordinario, aunque hoy me paso de colesterol, ese enemigo mortal de los tiempos que nos acogen-El colesterol y los triglicéridos. Hoy cualquier persona habla de ellos como si fueran médicos consagrados y es que Internet, mal utilizado por personas ignorantes, puede producir mucho mal. Yo mismo creo que sé más de ácido úrico, que a veces me acosa, que los especialistas. Craso error, como en tantas cosas. Alfonso González tiene ochenta y tres años; es una persona entrañable, cargado de dinero, pero sencillo y humilde. Me ha invitado para que le dedique mi libro "Prosas de pan". Le hago una dedicatoria de amigo entusiasta, y es que se lo merece. A veces hay gente maravillosa.

Ceno en casa de Teodoro Herrero, con Federico Almendros, Miguel Palencia y José Antonio Cuéllar. Voy con Violeta. Beatriz, la mujer de Teodoro Herreros, gran cazador, nos ha preparado unas perdices de perdigón. Muy buenas, hechas con gusto y esmero. Hablamos del mundo empresarial y lo complejo que es ser empresario. Coincidimos que lo más difícil es que concilien el sueño ante los problemas, los impagados y cuando las ventas son escasas. Por supuesto que es difícil ser empresario, si no fuera así lo seríamos todos. Pero el sufrimiento lo compensan después haciéndose ricos y los demás vivimos de un sueldo y tenemos que aguantar a los jefes, en muchos casos unos indocumentados.

La noche transcurre rápida y el silencio me lleva a la cama. Hoy ha llegado a casa un nuevo inquilino, Rumbo, un perro de aguas recién separado de la madre, Noah, y de los hermanos. Mes y medio de vida. Chambo, el border collie de mi hija Marina, lo recibió con desconcierto. Sabía que me esperaba una noche de sobresaltos, y así fue: a partir de las cuatro de la mañana Rumbo se puso a llorar y no había manera de consolarlo, sólo cogiéndolo en brazos. Pasaremos una semana dura, pero después se adaptará a su nuevo hogar. Un perro es mucho más que un amigo. Hay que ganárselo.

7/noviembre/sábado

Es sábado, y aunque no me entusiasma, voy al acto del Día de la Provincia que organiza la Diputación de Valladolid. Me encuentro con varios políticos. Ya estamos en plena precampaña electoral y empiezan a aparecer caras perdidas durante cuatro años. Miguel Ángel Cortés, un histórico del PP que fue secretario de Cultura con Aznar, entre ellos. Este político profesional aparece en contadas ocasiones por su circunscripción, y sólo lo hace en busca del voto. El periodista Alberto Marrón se muestra muy preciso y argumenta "que hay gente que aparecía en las fotos en blanco y negro y continúa en las de color". Total: treinta años subidos en el pedestal de un sueldo, un despacho, mucha moqueta y más influencia. Ahora lo hará desde el Senado, esa papelera de la nada. Y el pueblo a votar a gente así. El número uno por Valladolid al congreso se lo ha llevado Tomás Burgos, el Secretario de Estado de la Seguridad Social, vamos, de las pensiones nada más y nada menos. Ese puesto se decía que era para la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, vallisoletana, pero alguien en Madrid ha cambiado los destinos,

Reconcilia el discurso del Presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, que nada tiene que ver con aquellos días oscuros y que hace una reflexión muy acertada sobre el mundo rural y la necesidad de que todos los partidos apuesten por un objetivo común: esta tierra y sus habitantes. Recuerda a Adolfo Suárez, que era de pueblo, Cebreros, en Ávila, lo que yo quiero interpretar como un guiño al centro. Es el momento: las elecciones las ganan quienes convenzan a los alejados de los extremos, que diría Aristóteles. Tono tranquilo, sin demagogias ni estridencias, lo que se agradece mucho en estos tiempos de histriónicos.

Luis Alberto de Cuenca, poeta y letrista, que fuera Secretario de Estado de Cultura también con Aznar, oficia en un acto poético-musical. Acto sencillo y elegante, aunque sus poesías, la verdad, no las entiendo bien, excepto un soneto. La poesía actual es bastante antipática. Será que no la entiendo bien. Al final del acto saludo a Joaquín Díaz, escudriñador incansable de la cultura popular y el folklore de Castilla y León. Tengo que volver a Urueña, la villa del libro, a verlo en su salsa.

Paso la tarde en casa con Violeta y Rumbo en paz y tranquilidad, que es mucho.

8/noviembre/domingo

Largo paseo con Violeta y Marina por el pinar de Antequera, verdadero pulmón de Valladolid. Hace un día espléndido, sol abierto, suave, el sol del membrillo. Los caminos y senderos están llenos de paseantes y ciclistas. Hay verdadera fiebre deportiva. Luchar contra el colesterol se ha convertido en una obligación social. Chambo, nuestro border collie nos acompaña y no para de correr. Una maravilla verle ir de aquí para allá con cara de velocidad. ¡Qué diferente con esos perros chinos que en ese país gigante utilizan para carne de matadero y que antes les dan una vida criminal! Ya en casa comemos un caldo gallego que abre la temporada de guisos de la vieja cocina.

Paso la tarde pensando cómo orientar este diario. La primera entrega no me ha convencido, creo que debo hacer cambios, no ser tan explícito con las situaciones y profundizar más en determinados contenidos. Repaso "Diario de un cazador" y "Diario de un jubilado" de Miguel Delibes, y son muy distintos a este, no sólo por la calidad literaria del autor, sino por la forma. También releo partes del "Cuaderno gris" de Josep Plà y creo que este estoy más próximo. Otro asunto es la prosa del catalán, que es inigualable, además de haber sido un narrador tan meticuloso que explota el lenguaje hasta alcanzar una literatura hiperrealista.

Decido cambiar el título del diario; en vez de "Las palabras y las horas" lo llamaré "El pico del gorrión". Así queda.

9/noviembre/lunes

Asisto a la inauguración del XI Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid. Mucha prensa, gran parte extranjera. La gastronomía española se ha puesto de moda en el mundo. No sólo los restaurantes, con grandes chefs, como Ferrán Adría, Martín Berasategui o David Muñoz. España se ha convertido en una mina de grandes cocineros que buscan las estrellas de la guía Michelín con ahínco. En las televisiones los programas de cocina alcanzan grandes audiencias. Hay concursos donde hasta los niños cocinan con agudo conocimiento. Es la moda. O tal vez algo más: España necesita de la gastronomía para mejorar su gran oferta turística. Nos visitan para disfrutar de nuestras playas o conocer el patrimonio histórico, pero también porque en España se come muy bien. Cuando salimos a otros países lo comprobamos de inmediato.

Las barras de nuestros bares cada día son mejores, y eso es lo que pretende potenciar este concurso. La vieja tapa, aquella que nació, según una teoría, para tapar el vaso de vino ante el acoso de las moscas, se ha convertido en algo muy sofisticado. Del queso o el jamón con pan se ha pasado a mezclas y sabores sorprendentes. Javier Montaña, que me acompaña al acto, dice que prefiere la comida tradicional, pero que acepta las nuevos enfoques porque hay que evolucionar. En esa línea estoy yo.

Algunos de los mejores vinos de la Ribera del Duero y Rueda acompañan la jornada. Una copa de Cuatro Rayas Viñedos Centenarios me entusiasma. También a Javier Montaña. Víctor Peral llega hasta nosotros con la adrenalina muy alta. Acaba de hablar como ponente en la mesa de autoridades y necesita relajarse. Después como con él, y con varios miembros del Jurado, platos hechos con técnicas avanzadas. Salgo satisfecho, pero con un poco de hambre. Me suele pasar con este tipo de comida. Me consuelo pensando que así adelgazaré, que bien que lo necesito.

Por la noche me centro en las noticias que llegan de Barcelona, donde el Parlament ha aprobado seguir la ruta de la independencia. Todos los noticiarios se centran este conflicto que nadie sabe como terminará. Quiero mucho a Barcelona y a Cataluña, porque allí viví 10 años, allí estudié, allí trabajé y allí tengo a buena parte de mis querencias.

10/noviembre/martes

Quiero evitar pensar en el asunto de Cataluña, pero me es imposible. Las radios, los periódicos y las televisiones no paran. Los tertulianos, o contertulios, tan de moda tienen materia para desgañitarse, lo que suelen hacer. Leo varios artículos en la revista del Ateneo de Valladolid referidos al tema. Uno de ellos del socialista Zapatero. El expresidente dice creer aún en el diálogo. Y justifica su apoyo, en sus días de mando, a lo que aprobaran los políticos catalanes en la modificación del Estatut. El partido de la derecha, el Partido Popular, creyó que los catalanes se habían pasado de rodera, por lo que acudió al Tribunal Constitucional. Cuando éste rechazó lo aprobado por el Parlament comenzó el baile que nos ha traído hasta estas. Zapatero le hecha la culpa a los populares por recurrir. Pero la pregunta que yo me hago es ¿quién tiene más culpa, el que permite y apoya hacer unas normas que pueden ser inconstitucionales o quien las recurre? ¿Los dos por igual? En cualquier caso, de aquellos polvos estos lodos, aunque dos artículos de historiadores prestigiosos, Luis Ribot y Jordi Canal, sitúan el proceso histórico. Ribot recuerda que "la fecha de 1714 es una mitificación resultado de una manipulación intencionada de los nacionalistas que ha llevado a utilizaciones simbólicas como el grito de ¡independencia! que se escucha en el estadio del Barcelona en el minuto 17,14 en algunos partidos de fútbol". En 1714 lo que se ventiló fue una guerra dinástica, consecuencia de la Guerra de Sucesión que se produjo tras la muerte de Carlos II y no otra cosa. En España ganaron los Borbones de Felipe V, cuando en Cataluña preferían a los austracistas, que perdieron. Lo demás es hacer revisionismo de la historia. Y por cierto, aquella guerra internacional, en la que los catalanes sufrieron el abandono de sus aliados, no se libró en toda Cataluña, sólo en la ciudad de Barcelona, que entonces tenía 30.000 habitantes, de los cuales 9500 se fueron en 1705 cuando cayó en manos de los aliados. Canal recuerda que los momentos álgidos del independentismo se fraguan en el XIX, al calor de La Renaixensa entre otros hechos, continúa con la República y coge el hilo del Estado de las Autonomías que, después de una larga travesía, llega hasta estos días de desconcierto. Ya veremos en qué termina. Si termina.

11/noviembre/miércoles

Hoy me niego a seguir la monserga catalana, aunque los debates en el Parlament para investir a Artur Mas President siguen sin parar; los medios no dan tregua. Me dedico a ir al centro de la ciudad andando. Lo hago con frecuencia y procuro aprovechar para mirar a lo alto de los edificios. Estamos acostumbrados a ir con la cabeza gacha, tal vez para ver si encontramos alguna moneda perdida, lo que nos hace olvidar las bellezas de lo alto. Y Valladolid tiene muchas. Fue capital de las Españas y tiene muchas reminiscencias de aquella época gloriosa.

Como en el Trébol con tres intelectuales de la ciudad, nombres consagrados del periodismo y la literatura: Luis Méndez, Antonio Lombardía y José Luis Cuñado. Me gusta charlar con gente que enseña; es una bocanada de salud cultural. Desde luego no conviene rodearse de tontos, que en nada te ilustran y encima te dan la vara. Lo dice el refrán "Dios te libre de los palizas y los ignorantes". El menú fue más de matar el hambre que de gusto culinario. Y además caro.

Por la noche fui a la clausura del XI Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid. Tercer puesto para un restaurante de Madrid y segundo y primero para dos de Valladolid. El Jurado dice que actuó con toda la justicia, pero en los mentideros sonaba mal que se quedaran en casa los premios principales. La mejor opinión la daba Isidro Navas: "Los zagales de Abadía y Don Bacalo se lo merecen porque se lo curran, se lo trabajan mucho a lo largo del año". Pues que nadie vea entonces provincianismo. Vivimos unos tiempos tan corruptos que vemos fantasmas por todas partes.

12/noviembre/jueves

Amanece el día con una niebla meona, típica de Valladolid. A los que aquí habitamos no nos extraña. Voy ligero a un desayuno donde hablará Albert Rivera. Brillante, cautivó a la audiencia; verbo ágil y lenguaje fresco y distinto. No ha gobernado nunca, y eso permite muchas libertades. Ya sabemos eso de que una cosa es predicar y otra dar trigo. Lo que sí se vio fue a un líder, catalán y español, y eso gustó mucho. Rivera dijo que había que cambiar muchos puntos de la Constitución, hacer políticas de consenso y poner de moda la libertad y la igualdad. Aseguró que Cataluña no es el problema de España, sino consecuencia de los problemas de España, y que habría que reconstruir nuestra democracia. Muchas palabras de centro, Suárez al fondo, como las elecciones del 20-D. Veo a varios periodistas aplaudir.

La niebla sigue al salir del hotel. Y se mantiene todo el día. Malos augurios. El Pisuerga pasa por Valladolid, claro, y lleva dentro un paisaje propio, de oscuro gris, pegado al tiempo. Cuando las temperaturas son altas, y las nubes bajan, la niebla aparece. Y se queda pegada a la tierra, encantadas de conocerse.