Ni Mas ni menos

Tras una semana abriéndose todos los informativos con los dos intentos de investidura de Artur Mas en el Parlamento de Cataluña, apenas se puede concluir que "ni Mas ni menos", es decir, ni Mas ha sido investido presidente, ni mucho menos está claro que vaya a serlo. Entretanto, la sociedad española, envuelta en harapos de pobreza, con una tasa de paro del 21%, un 50% de paro juvenil y con el 92% de los contratos nuevos siendo temporales, sigue enfrascada en un debate con claras connotaciones nacionalistas por parte de los dos frentes que se han establecido en Cataluña, el nacionalista catalán y el nacionalista español.

Por otro lado, la prensa española ha querido tildar de fracaso total para Mas el hecho de que no haya sido investido ni en primera ni en segunda votación, hecho que, si bien resulta significativo para alguien que quiere abanderar un proceso secesionista, pues da una imagen de debilidad, no deja de ser algo que ha ocurrido en otras ocasiones. Sin ir más lejos, este año cabe recordar que Susana Díaz fue investida en junio como presidenta de Andalucía en cuarta votación, mientras que Juan Vicente Herrera fue investido presidente de la Junta de Castilla y León en segunda votación. A ello habría que sumar otros casos, como el de José Antonio Monago en 2011, cuando fue investido presidente de la Junta de Extremadura también en segunda votación.

Ciertamente, el hecho de que el candidato de la fuerza más votada no sea investido como presidente en primera votación es un caso que aún choca en nuestra sociedad, pues estamos acostumbrados a las mayorías absolutas y, por ello, a las investiduras en la primera votación. No concebimos un proceso de negociación entre fuerzas políticas que no se cierre antes de la primera votación y, por ello, consideramos un fracaso el alargamiento temporal de las reuniones para intentar llegar a un acuerdo en ese sentido en las votaciones de investidura que cada cámara tenga establecido por ley que puedan darse.

Es por ello, que no se puede considerar un fracaso rotundo para Mas que no haya sido investido presidente aún. En todo caso, el fracaso para él ha sido el no haber alcanzado la mayoría absoluta en las elecciones del 27 de septiembre, hecho que le ha llevado a intentar buscar un acuerdo con la CUP, pues sin acuerdo no hay presidencia y lo que si habrá, de no darse antes de los dos próximos meses, es nuevas elecciones.

No obstante, no parece que vaya a darse un nuevo proceso electoral. El sector independentista catalán no parece querer arriesgarse a unos nuevos comicios que puedan dar al traste con la puesta en marcha del proceso de pretendida ruptura con España. La cuestión es si el presidente soberanista será Artur Mas o habrá finalmente un cambio de cromos. La CUP no ha escondido que para ellos el problema es Mas, y que si Junts pel Sí hubiese propuesto otro candidato ya habría un nuevo presidente en Cataluña. Habrá que ver si la CUP acaba tragando con la figura de Mas, a cambio de que éste les otorgue nuevas concesiones políticas más afines al ideario de la formación que encabeza Antonio Baños.

Es por ello, que tampoco puede descartarse una salida "a la riojana" por parte de Junts pel Sí. Y digo "a la riojana" porque en La Rioja el acuerdo de investidura entre Partido Popular (PP) y Ciudadanos (C's) pasó porque el candidato popular, Pedro Sanz, abandonase la presidencia y se presentase un candidato diferente por parte del PP, que fue José Ignacio Ceniceros, convertido tras dicho pacto en presidente riojano. En este sentido, no es descartable que finalmente desde Junts pel Sí propongan como candidato a la presidencia catalana a Raül Romeva o a Oriol Junqueras, hecho que, si bien agradaría más a la CUP, podría crear bastante malestar en Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), partido al que pertenece Artur Mas y que es el que posee una mayor representación institucional en Cataluña. Asimismo, la presentación de un candidato no convergente podría molestar también al empresariado catalán, tradicionalmente y en general bastante afín a CDC.

Por todo ello, después de oír por parte de Antonio Baños que el "no" de la CUP en la segunda votación fue un "no tranquilo", todo parece encaminarse a que Artur Mas acabará siendo investido presidente tras hacer unas concesiones más a la CUP, aunque tratándose de Cataluña y, sobre todo, de la CUP, nunca se sabe a ciencia cierta lo que puede suceder. De hecho, tampoco sabemos si las resoluciones del Tribunal Constitucional acabarán teniendo algún efecto. En todo caso, que estén en el horizonte las elecciones generales del 20 de diciembre, puede que tenga bastante que ver en cómo está evolucionando la cuestión de la investidura entre las fuerzas catalanistas, nadie quiere perder un ápice de su electorado de cara al mes que viene. Tampoco PP, PSOE o C's para los que cualquier tipo de cuestión referente a la crisis de pobreza que sufre la sociedad española, seguirán respondiendo "Cataluña".

En definitiva, a tenor del dicho romano "Pan y circo", habría que decir que apenas tenemos pan, pero tenemos un buen circo en Cataluña, con grandes actores de drama por los dos frentes. Veremos si no se suma al festín el País Vasco el año que viene que celebra elecciones autonómicas, pues la última encuesta publicada por la UPV-EHU otorga a las fuerzas nacionalistas vascas el 57% de los votos, y entre el 57% y el 60% de los escaños. ¿Tendrá solución la situación de España como Estado? Pero, sobre todo ¿Tendrá solución la situación de los españoles como personas? Alea jacta est.