Jueves, 09 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
José Ángel Ávila: “Ser sacerdote es uno de los regalos más grandes de la vida”
X
Testimonio sacerdotal y religioso

José Ángel Ávila: “Ser sacerdote es uno de los regalos más grandes de la vida”

Actualizado 15/11/2015
Redacción

El actual rector del Seminario pide valentía a los jóvenes para que den el paso hacia el sacerdocio

[Img #479325]

Tengo 40 años y llevo 11 años de sacerdote. Después de terminar la carrera de Derecho ingresé en el Seminario Diocesano habiendo hecho un discernimiento con mi director espiritual, D. Luis Barbero. Sentí un gran gozo y mucha paz cuando comuniqué esta decisión a mi familia y al Seminario, que me apoyaron en todo momento. La etapa del seminario y la pastoral la viví como una confirmación de la llamada que el Señor me había hecho. Finalmente fui ordenado el 30 de Mayo de 2004.

No hubiera tomado la decisión de entrar en el Seminario si antes no me hubiera sentido llamado por el Señor. Pero ¿cómo sentí esta llamada? Sobre todo a través de la oración. Recuerdo, cuando tenía 17 o 18 años, que deseaba ir a un grupo de oración de la parroquia de Santo Tomás de Villanueva donde reflexionábamos la Palabra de Dios, en un ambiente de escucha y de silencio. Esto fue despertando en mí el deseo de rezar más y esperaba con ansia que llegara la noche para antes de acostarme leer el Evangelio. Poco a poco Jesús me fue fascinando, y me fui identificando con los discípulos que caminaban con Él contemplando sus gestos y palabras. Ante todo me atraía su humildad, cómo siendo Dios se había hecho tan pobre, incluso hasta acabar en la cruz. "Seducido por el crucificado" del padre Mazariegos es un libro que me marcó. Mirar la cruz me hacía sentir muy amado por Dios. También en la oración iba resonando con más fuerza dentro de mí el mandato misionero de Jesús: "Id y haced discípulos" (Mt 28,19). Es como si el Señor también me dijera a mí esas palabras. Cuando pensaba que podría ser uno de sus apóstoles que iban extendiendo el amor de Dios a todos me llenaba de alegría. Por otro lado, para tomar conciencia de la presencia salvadora de Dios en mi vida, me ayudó mucho escribir mi propia historia de salvación a la luz de la Historia de Salvación bíblica tomando como modelo los grandes personajes bíblicos: Abrahán, Moisés, etc...

En cuanto a mi vida como sacerdote gozo en mi ministerio cuando me hago consciente de que a través de mí el Señor se hace presente para dar a los demás su misericordia, su perdón, su alegría, su alimento, su comunión. ¡Cuánta necesidad hay de sacerdotes para que Dios lleve su amor a las personas que tienen herido su corazón, o que no lo conocen, mucho más en este tiempo de increencia e indiferencia religiosa! En particular he vivido experiencias preciosas de confesiones en el camino de Santiago, donde uno palpa cómo Dios toca la vida de los jóvenes y la cambia, o en la Jornada Mundial de la Juventud en Roma, descubriendo lo que es la Iglesia Universal, o en el día a día en las parroquias en la visita de enfermos, en las catequesis, en la Eucaristía, etc. Ahora como rector en el Seminario, mi gozo es descubrir que el Señor sigue llamando a su seguimiento y que yo soy instrumento suyo para acompañar a los seminaristas en su vocación.

Yo diría a los jóvenes, que ser sacerdote es uno de los regalos más grandes que Dios puede regalar a la Iglesia y al mundo. No creo que el Señor quiera tan pocas vocaciones sacerdotales. Estoy convencido que Dios os sigue llamando, ¡os necesita más que nunca!, ¡sed valientes!, ¡dad el paso!, no os defraudará, vuestro corazón rebosará de alegría al ser instrumento de su salvación. Tantos hombres y mujeres aunque no lo sepan están esperando que un sacerdote siembre en su corazón la semilla del Evangelio de Jesús que colme sus deseos de vida plena.

José Ángel Ávila

Comentarios...