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"Teresa de Jesús ha trascendido el estrecho mundo conventual durante el V Centenario"
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EL CARMELITA ALBENSE, MANUEL DIEGO, REPASA EL AÑO 2015

"Teresa de Jesús ha trascendido el estrecho mundo conventual durante el V Centenario"

Actualizado 08/11/2015
Roberto Jiménez

Tanto en el ámbito cultural, religioso, artístico y social, los medios de comunicación con las nuevas tecnologías ha sido clave en su promoción y desarrollo

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Cerrado oficialmente el V centenario teresiano, pero no realmente, el pasado 15 de octubre, va siendo hora de echar la vista atrás e ir sacado consecuencias y resultados de lo conseguido y vivido en este espacio de tiempo. Aunque quizás es demasiado pronto todavía para hacerlo. Pero se nos permita hacer ya un balance provisorio, no sin tener en cuenta y hacer comparaciones con efemérides parecidas anteriores, que no han sido pocas en los pasados siglo XIX-XX (1862, 1882, 1914, 1922, 1962, 1970, 1982).

Aunque en su organización y funcionamiento no ha habido el empaque gubernamental y eclesial del que suelen rodearse semejantes acontecimientos (baste decir que no se llegó a realizar el deseado viaje papal a España, para algunos signo de un fracaso de estrategia; ni ha existido una participación directa y visible de los reyes de España, y ésta más bien discreta), sin embargo esta conmemoración del 2015 ha penetrado muy capilarmente en la sociedad, y esto quizás debido a la importante función social que ahora tienen los medios de comunicación con las nuevas tecnologías, como el internet. Esta es la causa real de que éste sí haya sido un centenario de repercusión mundial y que las noticias y la información cultural y de eventos -incluso religiosos- haya corrido de forma inmediata, hoy se dice en tiempo real, por todos los continentes. Nunca había ocurrido algo semejante. Ahora sí que Teresa ha sido constante noticia de actualidad.

Con no poco asombro, hemos asistido como a una recuperación de la peregrinación teresiana, esto debido al viento favorable que corre para el sector del turismo religioso en toda la Iglesia y en España, sobre todo dentro de Castilla (Ávila y Alba de Tormes) sí que ha sido así una meta imprescindible para cuantos buscan la huella histórica de Teresa de Jesús. Un turismo que ha incidido positivamente en el conocimiento histórico y literario de esta mujer, y esto conseguido a niveles muy altos, debido a la preparación y calidad de información que se ha manejado entre los visitantes. Ha resultado así un tiempo bien aprovechado y, además, con notable beneficio económico para la industria de transportes, restauración y hospedaje. Mención aparte merecen las diversas marchas teresianas a distintos lugares teresianos que, a pie y en otros medios, han propiciado un particular seguimiento de la Santa andariega.

También hay que destacar la participación en primera fila del laicado y del mundo civil, no sólo en la organización, sino también en la difusión del personaje y del mensaje teresianos; esto ha ocurrido ahora como nunca, pues éstos (hombre y mujer) han sido promotores, muchas veces por su cuenta y hasta sin encargo ni protección oficial, de actos culturales y hasta religiosos. Lo que significa cómo Teresa pertenece y arrastra a sectores más amplios del estricto mundo confesional cristiano, y que el conocimiento y especialización sobre ella ha trascendido ya el estrecho mundo conventual y carmelitano, un fenómeno de salida hacia afuera que ya experimentó ella misma en su propio tiempo y se extendió inmediatamente después de su muerte. Ya era hora. Sale así ganando la misma Santa y se amplía sensiblemente el espectro mediático y de penetración que pueda tener; entra ella también con normalidad en aquellos foros que, por prejuicios, se resistían a dejarla hablar.

Creo que podemos afirmar que el evento cultural de más altura y repercusión, también el más seguido y visitado, y no sólo por el turismo de España, ha sido la exposición dedicada a Teresa por la fundación de la Iglesia de Castilla y León "Las Edades del Hombre", entre marzo y noviembre del 2015, y ésta con cuatro capítulos (tres en Ávila y uno en Alba de Tormes) y que lleva por título: "Teresa de Jesús, maestra de oración". El esfuerzo económico y de organización ha merecido la pena. Hay que volver muchos años atrás para encontrarse con una exposición parecida en cuanto a piezas artísticas y material histórico exhibido, ahora también venido de tantos conventos, iglesias y de museos del Estado español; me estoy refiriendo en concreto a la exposición teresiana anterior que se hizo en Madrid y Sevilla con motivo de la concesión del doctorado eclesial (1970) y que llevaba por título: "Santa Teresa y su tiempo". Será muy difícil poder volver a reunir para otra ocasión venidera un fondo artístico tan amplio y de tanta calidad, y que ahora nos ha dejado bien demostrado la huella indeleble de Teresa en la religiosidad y en las bellas artes. Pero la excepcionalidad de esta exposición teresiana, no ha impedido el que a niveles más reducidos se hayan hecho otras muestras artísticas en tantos lugares de España, Europa y América, puesto que actualmente hay una sensibilidad más acusada a este tipo de evento, mayores posibilidades y ganas de acentuar lo local y nacional, por lo que era una ocasión magnífica para poner de relieve esta presencia artística, y de no menor calidad, en otros tantos lugares, casi siempre ligados a la presencia carmelitana. Cuando a las exposiciones de arte y objetos o recuerdos teresianos les ha acompañado el catálogo descriptivo impreso correspondiente, entonces sí que se ha dado ocasión a un progreso en los estudios en torno a santa Teresa dentro del arte. Y se ha notado mucho el avance en este campo de estudio.

Y hablando de las bellas artes, sí que ahora ha excedido a otros centenarios previos el dato musical teresiano, con un crecimiento inesperado en lo que toca al terreno de la nueva composición, y no menos a la recuperación del tesoro musical teresiano anterior mediante conciertos y grabaciones. Se ha tratado de una grata sorpresa el comprobar que Teresa ha sido celebrada y recordada, como nunca, desde la música.

Lo que decíamos de la sorpresa musical, de igual modo se puede afirmar en el ámbito literario de la novelística donde, en el caso concreto español, podemos hablar de tantas propuestas de libre narrativa, algunas muy significativas (Sánchez Adalid, J. M. de Prada?). No cabe duda que es un modo que facilita el acercamiento a la figura y constituye una estrategia eficaz de penetración del personaje. De mucha presencia y ésta cualificada, podemos calificar también la propia del sector teatral.

Mención aparte merece el campo del cine y la TV donde no han aparecido grandes novedades, aunque seguimos en la espera de alguna propuesta y puede ser que lleguen ahora después del evento centenario. ¡Y pensar que en estos años circulaba por España la serie histórica de Isabel II y Carlos V con gran aceptación del público televidente! Sin embargo no han sido puestas todavía en pantalla algunas series que han venido siendo preparadas, como es el caso de aquella en 3 capítulos preparada por SATECO para TVE y que todavía no ha sido mandada en onda; a nuestro parecer esta serie concreta de tipo documental ("Teresa de Jesús. Los documentales") merece más atención de la que se le ha prestado, y esto por combinar, a un mismo tiempo, el debate y la opinión de los mejores especialistas teresianos en sus diversos campos junto con la filmación dentro de las clausuras carmelitanas, algo totalmente extraordinario. Esta serie, con mucho acierto subtitulada "Los documentales", tiene un alto valor de prueba y demostración de cómo se encuentra actualmente el movimiento cultural teresiano en todas y cada una de sus facetas. Deja la grata sensación de que estamos a un nivel muy alto y donde prevalece con muy buen criterio el acercamiento interdisciplinar, y éste no siempre con resultados idénticos. Ignoramos el porqué la cadena pública aún no la mandó en onda, mientras que sí puso a altas horas de la noche la versión síntesis de este mismo proyecto.

En el terreno cultural hay que anotar el amplio sector de los congresos, simposios, semanas y conferencias, que han sido como el telón de fondo necesario a este tipo de conmemoraciones, contando para ello con la presencia de estudiosos, especialistas y oradores muy renombrados y de los que se ha echado mano una y otra vez. Siempre ocurre lo mismo. Otra cuestión es el juzgar por qué orientación se ha movido ahora este campo del estudio histórico, literario, doctrinal, hermenéutico en torno a santa Teresa, si dentro del estilo de la divulgación o de la investigación. Habrá de todo. Si se exceptúa el importante proyecto anual del CITES de Ávila, comenzado ya antes de centenario, de abordar, libro por libro y en sucesivos congresos, toda la obra escrita teresiana (2010-1015), sí podemos decir que no ha existido un congreso nacional o internacional de referencia y con aportaciones que trasciendan el momento actual.

Como tampoco se ha podido advertir un adelanto señalado y novedoso en el campo del teresianismo; nos mantenemos en las coordenadas anteriores y se sigue viviendo de adquisiciones de los últimos años, sobre todo de aquellas logradas del 1982 en adelante, que fue un momento mucho más original. Pocos sectores de los estudios teresianos se puede decir que hayan aportado novedades, progresos notables de calado e influjo para los años venideros. Creemos que no han existido. En lo que sí se ha avanzado mucho es en la metodología, como lo he anotado en otros lugares, es decir, en la consolidación del procedimiento interdisciplinar para acercarse a la rica y complicada figura de santa Teresa, algo que ya habíamos advertido en lo que toca a los estudios sanjuanistas. Y es muy buena esta disposición porque supera el aislamiento y la tentación de caer en un reduccionismo. Lo mismo se diga en el sector del texto, la edición de las obras teresianas, que tampoco ha visto novedades clamorosas, claro está, porque contamos ya con muy buenas ediciones desde hace algunos años. Otra cuestión sería el crecimiento notable de las traducciones a otras lenguas, en el que sí ha habido logros muy considerables y hasta raros por el ámbito geográfico (árabe, chino, ruso, lituano?).

Lo que más ha llamado la atención es la abundante producción bibliográfica, de valor muy desigual, que se ha producido en torno al tema teresiano y ésta de valor muy desigual, porque estas conmemoraciones favorecen el que todo el mundo se sienta llamado a escribir sobre el acontecimiento. Naturalmente ha predominado la producción de tipo religioso y espiritual, con la particularidad de que en esta ocasión sí que se ha despertado el genio femenino y así son muchas las mujeres que han escrito y, lo que es todavía más sensacional, el que hayan sido las mismas monjas de clausura, algunas carmelitas descalzas, las que han salido a la palestra con títulos muy originales. Es como si el caso de la monja contemplativa Teresa de Jesús se hubiera repetido entre nosotros.

Un ámbito muy delicado y sintomático para saber por dónde camina la hermenéutica teresiana, es el de las síntesis y relecturas del mensaje, y en el que tampoco hemos detectado novedades, lo cual es un fenómeno por lo menos preocupante y que denota no se han producido grandes progresos respecto a etapas anteriores. Si yo tuviera que escoger un libro de todo este centenario con un planteamiento original y novedoso, me quedaría con el de un consagrado especialista teresiano y sanjuanista, Secundino Castro, que es el estudioso que sigue proponiendo una lectura nueva, acompañada ésta de un marcado interés sistemático del mensaje espiritual teresiano: "El fulgor de la Palabra. Nueva comprensión de Teresa de Jesús", Madrid, EDE, 2012. Y que no se ha de juzgar sólo como una lectura en clave bíblica del pensamiento teresiano. Creemos que va mucho más allá.

El balance podía seguir y hasta hacerlo más detallado recurriendo a sucesos e iniciativas que aquí no se mencionan. Basten estas líneas para valorar la utilidad del mismo (que no todos comparten y ya hay serias críticas a las que no falta razón). Una cosa me parece más evidente y de la que los seguidores de santa Teresa (frailes y monjas carmelitas, admiradores y estudiosos) deben tomar buena nota (este centenario ha sido un detonante y lo ha dejado puesto en claro), la de que no se debe perder espacio e influjo en el amplio mundo del teresianismo, sobre todo dentro de España, de manera que vaya en primera línea la investigación de este ámbito geográfico y no se reduzca su influjo, porque la consecuencia inmediata sería la de una pérdida considerable para la cultura española.

De todos modos, sí que reconocemos que este año centenario nos ha hecho conscientes de que Teresa de Jesús sigue viva en la cultura y en la experiencia religiosa, y que ha sido ella misma la que se lo ha trabajado y ha ido por delante de todos, devotos y estudiosos. Y además ya nos cita y deja pendientes de la próxima conmemoración a celebrar, que será en el 2022, cuando se recuerde el IV centenario de su canonización (marzo 1622), una fecha todavía más importante que su nacimiento, porque marca la entrada del texto y de la mística teresiana con propia personalidad e influjo en toda la cultura europea.

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