Polémica vecinal por la instalación de un grupo de jóvenes de una peña

Una decena de vecinos del barrio de Trabanca conocido como la Cuesta Palacio se han dirigido al Juez de Paz de la localidad para anunciarle que emprenderán medidas legales contra la propietaria de un local que ha cedido a un grupo de jóvenes y que estos utilizan como peña, si no toma medidas para evitar que se produzcan situaciones molestas para el vecindario.

Según la carta remitida al juez, temen que al no haber más peñas todos los jóvenes del municipio se concentrarán en se lugar y no de forma esporádica como suele ser habitual durante la celebración de las fiestas, "sino que será para uso continuado y diario como ya estamos comprobando", a lo que añaden que "es la cuarta vez que tenemos que sufrir las molestias que estos locales ocasionan, y no estamos dispuestos a ello".

A este respecto, aseguran que este grupo de jóvenes "son los mismos que fueron desalojados de un pajar en la Plaza Ejido por hacer fuego en el local en el que estaban e intoxicaron a una vecina; y también se produjo otro suceso con fuego en el Parque Temático", y recuerdan que varios locales anexos contienen elementos como paja y leña, lo que entienden supone un gran riesgo con la llegada del frío, pues entienden que llegado el invierno "utilizarán algún medio para calentarse".

A lo anterior, este grupo de vecinos añade que los jóvenes en cuestión generan ruidos constantes como voces, música y discusiones, y ponen como ejemplo que el pasado 16 de octubre, a las 12 de la noche, tocaban la bocina de un coche. Además, añaden la suciedad que dejan en el lugar en el que permanecen, poniendo como ejemplo la zona del Valle Las Matas.

Se da la circunstancia, según este grupo de vecinos, de que "todos los jóvenes son del pueblo y sus familias tienen locales, pero ninguno se los deja y menos junto a sus casas", pues entienden "que es una actividad molesta", y por ello "no nos parece razonable que lo que no quieren en la puerta de sus casas nos lo pongan en la puerta de las nuestras. Somos un barrio tranquilo ?añaden? y pedimos que siga siendo así, ya que nosotros no le hemos llevado ninguna actividad molesta a su puerta".

Por ello, se muestran convencidos de que "el funcionamiento de estas peñas viola los principios básicos de convivencia vecinal a parte de las normas provinciales de uso, actividades y ruidos", y añaden que "utilizaremos todos los medios legales que tengamos para devolver la tranquilidad a nuestra calle".

Por último, manifiestan que han expuesto estos hechos a la propietaria del local, "la cual ?sostienen? nos escuchó atentamente pero sin que haya tomado ninguna medida ni parezca dispuesta a hacerlo". A la vez, subrayan que "los vecinos de este barrio no queremos ningún problema con los jóvenes" y consideran a la propietaria del local como "responsable única de todo lo que pueda ocurrir", advirtiendo de que cualquier reclamación, denuncia o acciones legales que emprendan, bien ante el "Ayuntamiento, Guardia Civil, Sanidad, etc.," irán dirigidas contra ella.

Los jóvenes piden diálogo y recuerdan a sus críticos que también fueron jóvenes

Por su parte, mediante un comunicado remitido a este medio, el grupo de jóvenes muestra su tristeza por la insistencia de este grupo de vecinos a la propietaria del local para que "nos lo quite", y recuerdan que de las diez personas firmantes del escrito remitido al juez, solo tres viven habitualmente en el municipio, pues el resto "sólo vienen esporádicamente, vacaciones y algún fin de semana", además de asegurar que "en ningún momento se ha molestado, manchado o entorpecido el espacio ni la tranquilidad del vecindario; al contrario, se ha arreglado un local en ruinas con el esfuerzo y la colaboración de todos".

También recuerdan que "los que han gobernado y gobiernan este pueblo han pasado y pasan de largo de las necesidades, de la falta de espacios y de actividades para los jóvenes en un pueblo lleno de edificios públicos y con una Asociación Juvenil que nada hace por ellos", y sostienen que "los jóvenes participamos activamente en la vida de nuestro pueblo, organizando eventos cómo la pasada noche de Hallowen en la que participaron niños, padres y jóvenes, las fiestas patronales, el teatro y cuantas actividades sirvan para dar vida y alegría a nuestro pueblo".

Por lo anterior, "creemos que la postura de estos vecinos no es correcta, y en algunos casos obedece a causas que nada tienen que ver con los expuestos en la carta", aludiendo a cuestiones "políticas" y actitudes que califican de "caciquiles y rancias". Por ello, piden que "antes de tomar medidas tan drásticas deberían sentarse con nosotros a dialogar para tratar de llegar a acuerdos, fijar los límites y, por encima de todo, dar solución a una demanda que los jóvenes vienen haciendo desde hace años: un lugar dónde poder pasar sus ratos de ocio".

El grupo de jóvenes es consciente de que "la convivencia genera a veces incomodidades y discordias que no deben convertirse en habituales, pero en momentos puntuales no son fáciles de evitar", aspecto este en el que recuerdan los ruidos de los coches que se suceden "a altas horas de la noche en una ciudad, las toneladas de basura que se acumulan tras los botellones en parques y descampados, o calles ajenas a nuestro pueblo donde el olor es insoportable".

Aunque lamentan "profundamente algunos de los hechos referidos en la carta" de los vecinos, también piden a alguna de las personas firmantes que recuerde "cómo quedaban en sus años mozos las Peñas del Conejal, La Peña del Lobo, la leñera de Sofía (quemada), el ruido infernal de los carros tirados por mozos recorriendo el pueblo a altas horas de la noche, los pitidos a las cinco de la mañana anunciando al pescadero, los cambios de cortinas, y un largo etc.", además de sentir "lástima de que no mire atrás y recuerde su juventud, con sus errores y alegrías, y sobre todo con los ojos de la comprensión ante una época, por encima de todo, de descubrimiento y aprendizaje".

Por ello, piden "que paren las presiones sobre la dueña del local, que no ha tenido más que un gesto de comprensión y buena voluntad hacia los jóvenes", a la vez que ponen de manifiesto "la tristeza que nos produce vivir en un pueblo en el que algunos se empeñan en excluirnos, en no darnos cabida, cuando somos la mayor riqueza y vida de nuestro pueblo, por más que algunos lo lamenten", para concluir reiterando su "voluntad de hablar y dar solución a las necesidades de más de una treintena de jóvenes que van a luchar por salir ellos, y su pueblo adelante".