Jung, el discípulo de Freud, comparaba a la mente humana con un edificio de 20 pisos, en el cual la razón sólo ocupaba los dos últimos. Quizás sólo se refería a Occidente, pues en muchos lugares esos pisos parece que están vacíos, a juzgar por las actuaciones irracionales a las que asistimos últimamente en favor de tal o cual idea.
Parece que asistimos a la venta de las ideas y de los personajes que las representan como si fueran ofertas de un centro comercial. Por lo que hay que preguntarse qué a hecho éste sujeto en su corta existencia para merecer tal o cual voto, tal o cual interés por parte de la ciudadanía. Los medios nos venden un producto, avalado como siempre por detrás por el capital, que siempre es el mismo, para que el capital siga ganando a costa de los ciudadanos. La sociedad es muy voluble y muy fácil de engañar, más en estos tiempos herederos del todo vale y del mínimo esfuerzo para conseguir lo verdaderamente importante en esta vida que es la propia educación, que nos da la capacidad real de discernir y analizar lo que ocurre a nuestro alrededor.
Una de las más sutiles pero letales formas de utilización política de la Filosofía y la Historia reside precisamente en su supresión. Desaparecidos o deformados los puntos de referencia filosóficos, ideológicos e históricos de los ciudadanos, éstos se someten con mayor facilidad a la manipulación y son menos libres, esto por desgracia sigue ocurriendo en todas partes del planeta. Hay una frase antológica que resume todo esto: "Las personas inteligentes hablan de ideas, las menos inteligentes se refieren a hechos, y solamente las personas poco cultivadas hablan de personas".
Si trasladamos el sentido de esta frase a la vida política y social, podríamos cerrar el libro porque quedaría inmediatamente vacío de contenido. En España las personas son el problema, en el noventa por ciento de los casos, no solamente por afirmación personal de los que dominan el poder, o aspiran a él, sino por el común de los ciudadanos, que antes de mostrar su opinión o preferencias por ideas, programas, problemas puntuales o soluciones, prefieren mostrarse a favor o en contra de ésta o tal persona, política o no.
Está claro que una idea, sin una persona líder y muchas otras a su alrededor que la difundan y la impongan a grupos de personas que lleguen a ser mayoría, sirve para poco. La personificación ahorra muchas discusiones sobre ideas y conceptos. Parece que mostrándonos partidarios de unos u otros resolvemos nuestras opciones ante la realidad. Pero lo que a fecha de hoy demostramos es cobardía e indolencia a la hora de defender lo que realmente importa: a España.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.