La entrada de los visitantes a la Catedral pasará a la Puerta de Ramos

En agosto de 2013, la Catedral de Salamanca sorprendía a propios y extraños cuando decidía modificar sustancialmente el régimen de visitas al principal monumento religioso de la ciudad, pasando a cobrar al visitante por el acceso al templo nuevo, en una entrada que daba derecho también a recorrer los espacios hasta entonces de pago, básicamente la Catedral Vieja, el claustro y el museo. Un cambio que estuvo marcado por la polémica pero que finalmente ha acabado por ser asumido con normalidad. No obstante, transcurrido este tiempo, el Cabildo ha detectado algunos inconvenientes en el actual diseño de las visitas y está preparando una segunda 'revolución' que espera mejorar el impacto visual en el interior del templo de los tornos de entrada, así como resolver una de las grandes preocupaciones de los capitulares, garantizar también el uso del espacio con fines religiosos.

Tras varios meses de trabajo en el estudio de alternativas, el Cabildo ha decidido recuperar la Puerta de Ramos como entrada principal al templo para las visitas turísticas. Se trata de una de las imágenes más reconocibles del conjunto, por la belleza de su arquitectura diseñada por Gil de Hontañón, y durante años acceso preferido mayoritariamente tanto por salmantinos como visitantes para su entrada en la Catedral Nueva, en detrimento de la portada principal.

Al tratarse de una puerta precedida de una importante extensión plana, en el atrio que rodea el templo hasta la Torre de Campanas, el nuevo proyecto considera que se gana en comodidad a la hora de gestionar, fundamentalmente, las visitas de grupos y sus posibles esperas, volviendo para ello al que durante años fue el lugar natural.

Sin embargo, el gran cambio que se busca trasladando de puerta la entrada y salida del itinerario turístico está en el interior. Desde su instalación hace dos veranos, el nuevo sistema de tornos y taquillas ha generado algunos problemas de impacto visual, lo que de hecho llevó al poco tiempo de su puesta en funcionamiento a un cambio de diseño que permitiera que los dispositivos para el cobro de entradas pasaran más desapercibidos.

Ahora, con el traslado a la entrada de la Puerta de Ramos, las taquillas podrán colocarse prácticamente alineadas con la perspectiva de la nave de capillas, de manera que la zona del trascoro, una de las de mayor importancia decorativa del templo, recuperaría su aspecto original. Libre del impacto de las taquillas, se podrá recuperar en parte el juego original de perspectivas, mejorando también la contemplación de la labra churrigueresca de este espacio, así como de las destacas obras de la Virgen de los Perdones (siglo XVI) y las esculturas de Santa Ana y San Juan Bautista, de Juan de Juni.

Acceso a actos religiosos

Además, según el proyecto manejado por el Cabildo, el cambio facilitaría también resolver uno de los problemas más presentes desde el cambio de régimen de visitas. A pesar de que se garantiza la entrada libre a salmantinos, personal de las cofradías y en general a todo visitante movido por interés piadoso y no turístico, lo cierto es que la gestión de este último aspecto se ha revelado como bastante compleja.

Capillas de las cofradías de Semana Santa aparte, para acudir a los oficios religiosos que se celebran en el interior de la catedral es necesario explicar el caso a los operarios de las taquillas y después, realmente atravesar todo el templo. La intención del Cabildo es que el tránsito con fines religiosos sea mucho «más natural» y para ello ha decidido recuperar para el uso de los feligreses la primera capilla de la nave izquierda.

Se trata de la llamada capilla de San Clemente. Históricamente, era la capilla que permitía el acceso a la terraza sobre la fachada principal de la Catedral, a través de una escalera de caracol. En los últimos años, la capilla ha quedado relegada a una especie de almacén de distintos objetos de recuerdo turístico y particularmente de publicaciones editoriales y audiovisuales en torno a la Catedral. Ahora, se busca configurar en este espacio, con un acceso casi directo desde la nueva entrada, un lugar para el culto religioso.

Aunque se desconoce la configuración que adoptará el Cabildo para esta capilla -cuya ubicación a los pies del templo descarta la posible 'picaresca' de aducir una visita religiosa para revestir un interés turístico-, lo cierto es que permitirá disfrutar de una de las mejores pinturas de todo el templo.

Se trata de la Virgen del Socorro, obra realizada por el pintor romano Carlo Maratta en Roma en 1661. Es una versión de un tema de enorme éxito de este autor pero cuyo referente más inmediato desapareció con el incendio de la iglesia de San Isidoro Agrícola en la capital italiana, hecho que acentúa aún más el valor del lienzo salmantino.

El magnífico colorido y la delicadez de la obra calaron de manera importante en la ciudad y de hecho hicieron que la Universidad de Salamanca encargara una copia un siglo después a Juan Simón Blasco Sande, obra que se conserva en el salón Lucía de Medrano, en el claustro alto de Escuelas Mayores.

Nuevo horario de visita gratuita

La Catedral espera adaptar los nuevos espacios los primeros días de diciembre, antes de las festividades de la Constitución y La Inmaculada. Desde el Cabildo se considera una «mejora» en un proceso en el que «no podemos parar». El templo no ofrece datos oficiales de visitantes, pero insiste en que desde que ha modificado el sistema de entrada ha podido revertir una situación acuciante de 'números rojos' ante el déficit que presentaba la venta de entradas únicamente para la Catedral Vieja.

El Cabildo cuenta con liquidez ahora para el continuo mantenimiento del espacio y defiende que se ha «dignificado» la presencia del turismo en el templo, «con una presencia mucho más respetuosa y agradable de los visitantes, que ha roto la tendencia histórica de que la Catedral fuera una prolongación del paseo de la Plaza Mayor».

En la misma línea, también se ha modificado recientemente el horario de visita gratuita del templo, para pasar a la tarde de los domingos. «Habíamos comprobado que las horas de visita gratuita de los martes por la mañana se habían convertido en un objeto de abuso por parte de los grandes grupos, que hacían de la Catedral poco menos que un mercadillo», argumentan desde el Cabildo.