Quinientos empresarios de Castilla y León ya venden sus productos en China

China, así lo aseguran los expertos, es uno de esos lugares que un empresario no puede sacarse de la cabeza. Su tamaño permite soñar. Si cada habitante de aquel país le comprara a usted una goma para el pelo de 25 céntimos de euro, en un día ganaría 400 millones de euros. Muchas veces mejor que el cuponazo de la Once y hasta que el mayor premio de la lotería del Euromillones. Pero China, además de una gran muralla de miles de kilómetros que la defiende de los ataques de las tribus bárbaras del norte, tiene una idiosincrasia que hace complicada la negociación, retuerce el acuerdo y, si a Marco Polo le costó casi veinte años volver sin un solo negocio cerrado, conseguir la firma de un contrato llevará tiempo y exigirá paciencia.

Y de eso, de paciencia están armados los más de quinientos empresarios que en estos años han conseguido llevar sus productos hasta los mercados del gigante asiático. El asalto a la muralla comenzó en el caso de los mas avanzados mucho antes de que la crisis obligara a muchos a salir en tromba a buscar nuevos mercados. Y lo hicieron con humildad. En el año 2000 las exportaciones desde Castilla y León a China apenas superaban los siete millones de euros. La mayor parte eran semimanufacturas, seguidas del sector del automóvil, bienes de equipo y manufacturas de consumo, como el textil, las pieles o la lana, algunos de los productos de mayor demanda al otro lado del mundo.

Los volúmenes se habían triplicado en 2005, con casi treinta millones de euros en mercaderías enviados ese año. Bienes de equipo y semimanufacturas de consumo suponían la mayor parte de ese volumen. Y las materias primas, más de la mitad. 2006 es el año del despegue, las cifras casi se duplican con respecto al anterior y los bienes de equipo se convierten en un producto importante dentro del conjunto de lo exportado. «Son los años en los que la incipiente clase rica china comienza a mostrar signos de una demanda cada vez mayor de bienes y de productos procedentes de Europa», explica en declaraciones a El Norte de Castilla el director comercial de Bodegas Vizan, Alberto Escribano, con cuatro años y medio de experiencia en aquel mercado donde su firma tiene abiertas dos tiendas.

Auge en plena crisis

Coincide el inicio de las dificultades económicas en España con la expansión china y la curva de los bienes exportados lo refleja. En 2010 se había duplicado la cantidad enviada en un año antes, y al siguiente, se triplicó. Con crecimientos en todos los sectores: materias primas, semimanufacturas, bienes de equipo, automóvil y alimentación, un grupo que apenas había participado hasta ese momento de la aventura. El techo lo marca hasta el momento el año 2012, con unas ventas acumuladas de 188,5 millones de euros, aunque los nueve primeros meses de 2015 muestran una dirección que apunta a cifras similares, con 118,5 millones a falta de tres meses para terminar el ejercicio.