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Un estudio desmonta la 'paradoja del tabaquismo' en el infarto de miocardio
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SEC 2015

Un estudio desmonta la 'paradoja del tabaquismo' en el infarto de miocardio

Actualizado 25/10/2015
Redacción

El efecto nocivo del tabaco es tan potente que incluso los fumadores pasivos ven incrementado su riesgo de infarto e ictus en un 20 o 30%

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¿Tienen mejor pronóstico los pacientes fumadores después de un infarto agudo de miocardio (IAM)? La respuesta es no, tal y como ha demostrado un estudio español presentando en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2015, y cuyos resultados desmontan la denominada paradoja del tabaquismo, que apareció después de que algunas investigaciones apuntasen a una menor tasa de mortalidad en fumadores con infarto respecto a aquellos sin hábito tabáquico.

Según explica el doctor José Ramón González-Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y firmante de este trabajo, realizado íntegramente por el Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, "se había especulado con el mejor pronóstico de estos pacientes fumadores, que podría deberse a que eran más jóvenes y a que presentaban factores de riesgo menores y, por tanto, podían recibir tratamientos más agresivos, pero estos datos dependen en gran medida del análisis de los datos, ya que se habían realizado análisis multivariante".

Para comprobar si había diferencias en los resultados dependiendo del tipo de análisis de datos, el equipo realizó un estudio retrospectivo a partir de una cohorte de 4.420 pacientes con diagnóstico de infarto entre 2004 y 2011, basado en el estudio multivariante. Además, para precisar lo máximo posible si realmente existe un beneficio residual de supervivencia para los fumadores tras el infarto, se llevó a cabo un análisis estadístico complejo llamado propensity-matched, es decir, se identificaron dos grupos con características clínicas muy similares que solo se diferenciaban en si eran fumadores o no. En concreto, elaboraron dos grupos de 877 pacientes emparejados según la presencia o no de tabaquismo.

En la primera evaluación, entre los 4.420 pacientes de la cohorte los fumadores eran más jóvenes, con menor tasa de hipertensión arterial, diabetes, dislipemia o insuficiencia renal crónica. Sufrieron más infartos con elevación del ST, pero de mejor pronóstico que los no fumadores, y fueron sometidos a un mayor número de intervenciones coronarias percutáneas, así como a una tasa mayor de tratamiento médico óptimo.

Una teoría irreal

Durante el seguimiento inicial, casi el 30% de los pacientes fallecieron, pero los fumadores presentaron una tasa menor de mortalidad (12,3%, frente a 31,1%). Ahora bien, cuando se realizó el ajuste exhaustivopropensity-matched en la cohorte de 877 pacientes, no se encontraron diferencias en la mortalidad entre fumadores y no fumadores (16,1%, frente a 16,5%).

"Nuestro estudio demuestra que la denominada 'paradoja del tabaquismo' no existe, ya que cuando se utiliza un análisis estadístico que uniformiza el riesgo de los pacientes en base a otros factores no observamos que existan diferencias", comenta el doctor Juanatey, que añade: "Esta constatación es muy importante, porque existía una falsa relajación, en tanto en cuanto el fumador tenía infartos menos graves o con pronóstico no tan malo".

En esta línea, la doctora Regina Dalmau, miembro de la SEC, cardióloga del Hospital Universitario La Paz de Madrid y presidenta del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, enfatiza que la paradoja del tabaco es irreal. "Lo que ocurre es que las personas fumadoras ven acelerado su deterioro arterial y, con ello, el proceso de aterosclerosis, de forma que pueden sufrir su primer infarto hasta diez años antes que los no fumadores, es decir, a una edad temprana en la que no han tenido tiempo de desarrollar otros factores de riesgo cardiovascular más relacionados con el envejecimiento, como hipertensión o diabetes", aclara.

De hecho, la especialista recuerda que está claramente establecido que el tabaco multiplica entre dos y tres veces el riesgo de padecer un infarto, y que el paciente fumador que después del infarto sigue con este hábito presenta el doble de riesgo de sufrir un segundo evento que el que deja de fumar.

Asimismo, el hecho de que el tabaquismo pasivo aumente el riesgo de infarto y de ictus alrededor de un 20 o un 30% es otro dato que desmonta la hipótesis de cualquier supuesto efecto protector del tabaco. "Debemos seguir luchando para derribar falsas creencias, como la idea de que fumar pocos cigarros al día no tiene un efecto tan nocivo, ya que el riesgo es más cercano al del fumador de una cajetilla diaria que al de aquel que no fuma", subraya.

Concentración de péptidos natriuréticos

Por otro lado, durante el congreso SEC 2015, que se celebra estos días en Bilbao, se ha puesto de manifiesto que solo el 65% de los centros hospitalarios tiene disponible la medición de la concentración de péptidos natriuréticos (PN) para pacientes que acuden al servicio de Urgencias. Así lo concluye una encuesta elaborada por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) en 107 hospitales públicos que abarcan una población de más de 31 millones de habitantes, trabajo que también indica que únicamente el 66% de la población puede acceder a esta prueba que tiene una repercusión directa en el diagnóstico, el pronóstico y el tratamiento de pacientes con insuficiencia cardiaca, especialmente para aquellos que presentan la enfermedad de novo y que, por tanto, aún no habían sido diagnosticados.

Los péptidos natriuréticos son un mecanismo de protección del propio corazón, que, a mayor estrés y sobreesfuerzo, produce en mayor medida esta sustancia, que tiene efectos beneficiosos para el sistema cardiovascular: vasodilatación, diuresis y bloqueo del sistema simpático y la angiotensina, entre otros. Por ello, la concentración de péptidos natriuréticos supone una herramienta diagnóstica y pronóstica de utilidad demostrada, de modo que, según los expertos, debe estar disponible en los peticionarios de laboratorio y en todos los ámbitos, ambulatorio u hospitalario, para su uso según el criterio del especialista médico.

Por este motivo, la SEC, junto a la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) y la Sociedad Española de Medicina de Urgencia (SEMES), ha elaborado un documento de consenso sobre el uso de los péptidos natriuréticos en el ámbito de la práctica clínica.

Saludadiario.es

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