Sábado, 27 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
La corrala charra
X

La corrala charra

Actualizado 24/10/2015
Ángel de Arriba Sánchez

"Esto se venía venir?", dice uno mientras esperamos que empiece la reunión comunal de mi bloque.

A lo que se refiere mi vecino, no es a nada que ocurra en nuestra comunidad, sino a lo que pasa en la corrala grande de la ciudad: el ayuntamiento, donde, nos enteramos, los ánimos, las intenciones, los obrares, y, sobre todo los votos, no encuentran la yunta necesaria para tirar del carro municipal, ni la coyunda que se prometían los amores primaverales y consentidos salidos de las urnas.

Pero es otoño, y acontece que este año, Año Teresiano, andan los políticos en el sin vivir en sí que han dejado los misticismos electorales por los casones de los concejos ciudadanos, esos que, sería por el unte de la costumbre, en algunos lugares (Valencia, Barcelona, Madrid, Valladolid?, ay, Salamanca?) se habían tomado por algunos como en usufructo vitalicio.

"Y? ¿qué es lo que se veía venir?", espeta desde su corrillo otro vecino al primero que hablara sin disimular su burla y desprecio. El hablador nos cuenta de lo que pasa entre el tetrapartito municipal, o tripartito sanguíneo según el alcalde; o bipartito de celeste aéreo, a decir de la oposición, o nonopartito naranja de dulce mandarina, o de indignado morado,o de azulón de gaviota con garras, o de rojos de recuperada y espinosa rosa en mano, en opinión del descreído populacho, o yo que sé.

Doña Úrsula, la madre de los del cuarto B, maestra retirada, nonogenaria y que va bastante sorda, pone caras y pregunta sobre los galimatías con que nos viene el presidente comunitario. Oigo decir al preguntador, por lo bajinín, para su círculo, que se afirmaba en lo de siempre: que Matías, nuestro presidente, es un jodido listo. Y la del entresuelo, Matilde, que si no llegaba ya la administradora para empezar, que ella a las diez tenía turno de noche en el hospital.

En esto que me da por recordar el buen rollo de nuestra primera reunión vecinal, allá por las primaveras de nuestras hipotecas vivenciales. Entonces, hace ya nueve años, todos sonreíamos en un todos con todos, no separados en facciones de patio de escuela como ahora, en este votar vecinal que nos traemos de joder al de la puerta de enfrente porque sí. Y nos queríamos enseñar la casa, quedábamos para comer un día paella,o ver los partidos de la selección de fútbol, y nos invitábamos en los bares, y hasta nos saludábamos en el ascensor. Qué tiempos?

"¡Pero si solo llevan tres meses?!", dice Josefa, la del ático, a la que nunca satisface la limpieza de la cosa comunal. Y Matías, que eso: que lo había dicho, que el alcalde del Partido Popular gobierna en minoría gracias a la abstención cítrica y vitamínica de Ciudadanos, pero que se las ve y se las desea para sacar algo adelante con la oposición de los socialistas y de Ganemos, la marca de Podemos por acá, cada vez que le dan calabazas votando con los otros los naranjas.

En estas llega la administradora con sus papeles bajo el brazo. Pide disculpas, y que si hablamos de lo del alcalde. Ella, a la que se la ve fogonada en asuntos de toda calle y hacienda, toma baza y dice que caray con don Alfonso, que cuando en junio volvió a conseguir la alcaldía gracias a silencios prestados, dijo: "Hoy se abre una nueva etapa de diálogo y consenso?", pero, sonreía, qué mermadas se gasta éste las pláticas.

Mauricio, el del quinto, joven profesor de la universidad, dijo que a él, el bastonazo encima de la mesa, las palabras "El alcalde soy yo", y el reto de que si no estaban conformes, le pusieran una moción de censura, le habían sonado a marbellís, a lo Gil y Gil, y sabido a gallegas, como dichas por el Fraga de "La calle es mía",o llevarse el Monopoli porque no aceptan pulpo como animal de compañía, y todo en el primer desencuentro de su nenage a deux.

"Ya estamos con intelectualidades...", murmura el del segundo sin rubor

"Que la ciudad es de todos, no solo de unos pocos, que así lo han querido los ciudadanos", dice, arrolladora, una joven estudiante que habita de alquiler. Aquí me parece apreciar que algunos le lanzan miradas minusvaloradoras, pues, después de todo,pensarán, la chica, la boquita de oro ésta, no es propietaria.

Tonterías, salta Matías, y repite que se veía venir, pues en los asuntos de los hombres solo vale una cosa, la que se decía en el Ejército: "Que mande uno, aunque mande mal". Y que así estaban ahora los plenos y los asuntos municipales: con sesiones interminables de cinco horas para debatir minucias administrativas que resuelve cualquier auxiliar, que no son cosas de políticas, y que por porque los partidos minoritarios quieren meter baza en toda cazuela de los herbores de la ciudad anda todo manga por hombro. Si -y aquí alza la voz- hasta el traspaso de un quiosco está parado porque no hay acuerdo en el procedimiento.

Que sí, que no le falta razón, dice una señora que no tengo identificada, pero que tampoco le sobra: porque el asunto de a quién le dan las contratas de la ciudad es asunto serio, y que el PP se tiene que quitar el "ordeno y mando" de los últimos treinta años, porque así lo ha querido el pueblo, y se queda un rato como tocando el tambor de esta sonora palabra: puéebloooo....

Aquí ya Matilde, la enfermera, que si no se empieza, que ya nos dijo que tenía turno de noche. Y doña Úrsula que si se pone al fin la rampa parasu silla de ruedas; y Julio, el tarambana del bajo, nos pregunta que quién es el alcalde ahora. Por preguntar..., añade socarrón, que le da igual, que él nunca vota; pues estaría bueno...

Y nos dieron luego las tantas con otras minucias vecinales atascadas años por los atascos de las conocidas enemistades encubiertas o manifiestas. Matilde hubo de irse, y, otra vez, me dijo que ya le contaría si se aprobaba de una vez lo de poner los toldos, que tiene la casa mucha solana.

Por mi parte, he de decir, me acosté con pesar después de la junta. Y me consumió toda la noche la preocupación por él: por el pobrecito ése, el desatendido que no tiene la culpa de nada. Y, ahora que no me lee nadie, diré que tuve feroces pesadillas sobre si se logrará algún día traspasar el quiosco municipal.

[Img #459330]

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...