Sí que es una herencia del más rancio, fascista, autoritario y despreciable franquismo.
Sí que es una rémora que sufre nuestro país, nuestro modelo de estado y con la que carga a cuestas nuestra controvertida Democracia.
Sí que es una secuela que sufrimos la ciudadanía de este país, de la que la mayoría no nos sentimos orgullosos, de la que no hablamos con simpatía y a la que no tenemos que agradecerle nada que tenga que ver con los logros sociales y laborales conseguidos en este país.
Porque nuestra impuesta monarquía, con cada uno de sus miembros como protagonistas, no ha hecho nada por las clases más desfavorecidas, porque en ningún momento a empatizado con los más débiles, porque no se le reconoce ni un detalle, ni una decisión ni una propuesta para que se refleje en el beneficio de una sociedad, la nuestra, más justa, más igualitaria, más plural, más solidaria ni más equilibrada.
Porque desde su trono, con sus privilegios, con sus prebendas y porque así lo permite la caducada, añeja y desfasada Constitución, solo han conseguido llenar horas de discursos vacios y ambiguos, proclamando y presumiendo de una actitud que jamás han llevado a cabo, que nunca han puesto en práctica.
Una Institución perfectamente prescindible, un protagonismo absolutamente desmedido, una arrogancia disfrazada de "campechanismo", adornada de leyendas urbanas que la pretenden acercar a la sociedad, de "soba manos" entre las multitudes y de "besa pies" entre los que se arrastran ante ellos.
La República es más barata, la República es más justa, la República no permite privilegios ni privilegiados inútiles, la República no esconde tretas, artimañas ni secretos de alcoba ni de Estado, porque es transparente, directa, plural y del Pueblo y para el Pueblo.
La República es protectora de los derechos fundamentales y las libertades civiles de la ciudadanía. El Pueblo tiene la soberanía.
La división de los poderes y el control recíproco de ellos. La participación política activa por parte de los ciudadanos y ciudadanas. La representación de todas las clases sociales dentro de las instituciones de gobierno con iguales atribuciones sin prevalencia de ninguna. La Libertad, la Igualdad y la garantía del bien común.
Y si en su día, fue el terrible dictador quien decidió, ahora es su heredero el que decide y mantiene la imposición. Imposición fundada en la sangre, en la dinastía, en el absolutismo más despreciable que determina que esto es "para el pueblo, pero sin el pueblo".
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