Como agentes casi mágicos hemos de ver a los plateros y orives que elaboran las alhajas serranas y salmantinas. Alquimistas y hábiles orfebres, transfiguran el oro y la plata, extraídos de la tierra, en una belleza que lucen nuestras mujeres desde antiguo. Intervienen en tal transfiguración el aire y el fuego, guiados por sus hábiles manos, para alcanzar unas formas que hechizan nuestra mirada, cuando contemplamos las alhajas en nuestras mujeres cuando ofrecen o bailan, con sus trajes antiguos, en nuestras más emblemáticas fiestas.
José Luis Puerto (Texto) / Rosa Gómez (Fotografía)