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Estudiar para ser abogado
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Estudiar para ser abogado

Actualizado 18/10/2015
Santos Gozalo

Si quieren ejercer, los alumnos del máster impartido por la Universidad y el colegio profesional deben completar el curso y aprobar un examen

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Opositar para Hacienda, dirigir una gestoría o trabajar en la banca. Tres alternativas que ofrece la titulación de Derecho y que, por ahora, no convencen a los 60 estudiantes matriculados en el máster de acceso a la abogacía que imparten conjuntamente la Universidad de Salamanca y el Colegio de Abogados. Desde este mes, todos ellos se esfuerzan para completar el curso, que dura tres semestres, y superar después el examen que convoca la Administración.

Entre los alumnos inscritos en el posgrado, se encuentra Igor Quintero, un balear de 25 años que no duda en subrayar el cariz social de su futura profesión. "Resulta imprescindible, puesto que hay mucha gente que no se puede proteger de las injusticias de esta sociedad", sostiene. Le apasiona el derecho penal, pero reconoce que defender los intereses de algunos imputados chocaría con sus principios. Por eso, en caso de que pudiera escoger a los clientes, no prestaría sus servicios a encausados sobre los que recayesen indicios sólidos de culpabilidad. "Si los procedimientos estuvieran claros (con pruebas irrefutables) no podría", confiesa.

Cuando se convierta en letrado, Igor intentará trabajar por cuenta ajena. Descarta abrir un despacho. Y lo hace por dos razones. Primero, porque necesitaría una cantidad económica elevada. "Montar un bufete implica una inversión considerable: hay que pagar el alquiler de un local, el quipo informático y la cuota de autónomo, que no es baja", explica. Además, dentro de unos años, en cuanto adquiera experiencia, preparará la oposición de acceso a la judicatura. "Es muy complicada, pero la labor que desempeñan los jueces resulta gratificante", dice con gesto sonriente. Sin embargo, su rostro se ensombrece ligeramente al referirse a una de las condiciones que exige la Administración a los futuros abogados: "El máster supone una traba para la gente con menos recursos, ya que dispara el coste económico de la colegiación".

También se muestra crítico con la normativa actual su compañero de clase Alberto Rayo, un badajocense de 23 años que veía menos obstáculos tiempo atrás. "Antes era más fácil: terminabas los estudios y te podías colegiar", recuerda. Tampoco le convence el precio del posgrado: "El importe es superior al que conllevaba un año de licenciatura; te están sacando más dinero", dice con indignación. Pero, como no está a su alcance cambiar la ley, prefiere dejar a un lado las discrepancias y centrarse en superar los inconvenientes. Y aunque antes de comenzar la universidad no sabía si estudiar Medicina o Derecho, ahora tiene claro que tomó la decisión acertada. En estos momentos, tras cuatro años de formación académica, intenta especializarse en temas mercantiles. Por eso, una vez que consiga la acreditación para trabajar de letrado, ampliará sus conocimientos empresariales con otro máster. "Quiero profundizar en todo lo referente a las personas jurídicas; me puede venir bien si más adelante decido abrir un negocio", asegura.

Compañera de clase de Igor y Alberto es Estefanía Martín, una joven de 28 años que casi logra incorporarse a la carrera judicial. Superó la nota de corte, pero no obtuvo plaza. Le apasiona el mundo jurídico y cree que la abogacía es su oportunidad para seguir unida él. Muestra interés, sobre todo, por el derecho mercantil y considera acertados los requisitos que impone la Administración para el ejercicio profesional. "Los conocimientos que estamos adquiriendo nos ayudarán en el día a día", concluye.

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