Lunes, 06 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Mi hija se muere
X

Mi hija se muere

Actualizado 10/10/2015
Soledad Murillo

Aristóteles dijo que ni los dioses griegos sabrían que responder si a unos padres les aguarda el destino de sobrevivir a sus hijos. Hoy a 426 kilómetros de Salamanca, una niña de 12 años está entubada en una cama en el Hospital de Santiago de Compostela. No es su primera vez, su diagnóstico ya fue devastador hace años, como ocurre con todas las enfermedades degenerativas. La suya es salvaje: una trombopenia o una disminución drástica del número de plaquetas en sangre, lo que conlleva hemorragias, hematomas, entre otros síntomas que deteriora la movilidad del paciente de manera progresiva. Andrea, así se llama la niña, ya no puede hablar por sí misma, pero sus padres lo hacen muy bien por ella, porque como todos los padres con hijos terminales, se han convertido en unos expertos en su enfermedad. Primero para no creérselo, luego para preguntarse por qué precisamente a su niña. Y, sobre todo, para saber cómo hacer bien aquellas cosas que faciliten la precaria vida de su hija. La situación es tan extrema que han pedido auxilio a los medios de comunicación para hacerse oír. Pero no demandan otro tratamiento, ni quieren recaudar fondos para buscar soluciones fuera de su país. Sólo desean que su hija deje de sufrir porque ahora recibe alimentación a través de una sonda gástrica que dificulta la administración de sedantes. Solicitan que sea desconectada y que muera sin dolor, porque "el dolor degrada" nos decía el neurólogo Oliver Sacks, y yo creo que esta es la verdadera motivación que late para quienes rellenan el formulario de los testamentos vitales.

El salvoconducto que nos da a todos la posibilidad de decidir qué tipo de intervenciones deberían interrumpirse para no prolongar un sufrimiento sin sentido. En Castilla y León, sólo en el año 2013 más de 4.800 personas ya han puntualizado qué límites no deben sobrepasar los equipos médicos para mantener sus constantes vitales. El Comité de Bioética del Hospital da toda la razón a los padres, como los jueces que sentencian a favor la garantía de evitar penalidades innecesarias a los pacientes terminales, porque saben que la dignidad se pierde con un encarnizamiento hospitalario y lo hacían avalados por una reciente Ley de la Xunta de Galicia. Todas las personas implicadas están de acuerdo, todos menos el equipo de pediatría, quién en nombre de la medicina más conservadora ha secuestrado a la paciente.

Mejor sería decir a su cuadro clínico, porque es preciso deshumanizar la situación para priorizar un argumento técnico: el tratamiento, a pesar de que éste sea incompatible con la reducción del dolor, el cual aumenta considerablemente cuando recibe alimento. En este caso otra vez, los intereses del menor brillan por su ausencia, lástima de la falta de valentía por parte de gobiernos progresistas quienes no se atrevieron a impulsar una Ley de Eutanasia, necesaria y urgente para que todos tengamos derecho a muerte digna.

[Img #445977]

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...