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Tercera edad, divino tesoro
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Por Francisco López Celador, Coronel de Infantería

Tercera edad, divino tesoro

Actualizado 04/10/2015
Francisco López Celador

"Allí donde no puede llegar la mano de papá Estado, entran en liza los lazos familiares. Ya no es suficiente con que los abuelos se hagan cargo de esos nietos cuyos padres están atados a unas obligaciones laborales que les impiden desarrollar las obligaci

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En una sociedad tan mercantilizada como la nuestra también los "carrozas" debíamos tener nuestro día. Por eso acabamos de celebrar el Día Mundial de los Mayores. Con un par. Para que el paquete sea completo se añaden excursiones, viajes programados a todo el mundo y cualquier actividad que te permitan tus sobrevenidas obligaciones. Lo primero que conviene definir es cuándo comienza la llamada 3ª edad. Es curioso, de adolescente se te hacen los años muy largos hasta alcanzar la deseada mayoría de edad. Llegado ese momento, nadie quiere sobrepasar la barrera de la madurez para entrar en la categoría de "personas mayores". El problema está en que la biología y la mente no siempre avanzan a la par con el carnet de identidad. Es cuestión asumida colocar esa barrera a partir de los 65 años. La edad "oficial" de la jubilación y, aunque el devenir de la sociedad ha conseguido que la esperanza de vida haya alcanzado valores muy elevados, hay que tomarlo como punto de partida.

Quienes pertenecemos a ese tramo afortunado que está acercándose al momento de poder celebrar las bodas de oro matrimoniales en condiciones todavía aceptables, tenemos la ventaja de poder comparar el estado en que llegaban a esa edad nuestros abuelos, el grado de desgaste físico de su persona y lo poco probable que les resultaba superar los 80 años. Todo ello significaba que, llegada la jubilación, nuestros abuelos ?y muchas veces nuestros padres- apenas podían disfrutar unos pocos años de su status de descanso y "júbilo". Pasaban de personas útiles a ancianos necesitados de asistencia casi constante. Hoy, afortunadamente, existe una población próxima al 20% del total que supera los 65 años ? en Casilla y León esta cifra llega al 25% . Entre ellos, casi el 40% está entre los 80 y 90 años..

La constante merma del índice de natalidad unida al aumento del colectivo de personas mayores, representa un verdadero problema para las arcas del estado. Si a esta circunstancia unimos la persistente crisis económica que azota a los países ?a unos más que a otros- llegamos a una situación como la actual en la que el erario público tiene que hacer frente a un volumen muy importante de prestaciones monetarias, tanto por desempleo como por pensiones de jubilación o dependencia. La cuerda se va estirando porque las cotizaciones no aumentan como para cubrir las necesidades y la ubre de la vaca va secándose poco a poco.

Allí donde no puede llegar la mano de papá Estado, entran en liza los lazos familiares. Ya no es suficiente con que los abuelos se hagan cargo de esos nietos cuyos padres están atados a unas obligaciones laborales que les impiden desarrollar las obligaciones de su cargo. Ahora estamos hablando de hogares en los que no entra el dinero suficiente para cubrir las necesidades básicas. No llega para alquileres, hipotecas y, ni siquiera, para comer. De momento lo que no falla es la pensión de los abuelos y, ya se sabe: en la mesa de san Francisco?. Desde luego, con el paro, la crisis, los recortes, etc. la situación de muchas familias sería muy distinta sin la aportación de esos abuelos pensionistas que han venido a paliar la crítica situación de no pocos hogares.

Lo único positivo de esta situación es que, estrecheces aparte, el vínculo familiar resulta fortalecido. Los abuelos ?igual que tantas veces lo harían los padres- no ven nunca los sacrificios a que les obliga la nueva situación, más bien al contrario, se sienten muy orgullosos de haber contribuido a llevar la alegría a los suyos. Así pues, un reconocimiento de toda la sociedad para esa Tercera Edad que, más que un divino tesoro, está siendo un pilar fundamental para toda la sociedad.

Francisco López Celador

Coronel de Infantería (r)

Natural de Cantalpino (Salamanca)

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