EUTIMIO CUESTA
Con esta pregunta me espetó mi amigo Miguel. Me quedé cortado y sorprendido., ¿a qué viene esta cuestión? Dentro de mi confusión, le respondí que, en la plaza de mi pueblo, hay un edificio nuevo con banderas en su balcón y un reloj en el frontis, que marca el horario del pueblo, y que la gente conoce como el ayuntamiento, por lo que es claro que mi pueblo sí tiene ayuntamiento.
Y él me obsequió con una sonrisa, yo diría con una amplia y abierta sonrisa, que me dejó aún más estupefacto.
Y, para confirmarme en mi creencia, realicé tres llamadas a mi pueblo, y las tres me dieron la misma respuesta: "Sí es cierto: el pueblo tiene ayuntamiento", y se me despidieron también con una descomunal sonrisa.
¿A qué viene tanta sonrisa?
Y me he quedado aún más pensativo: ¿qué esconderán estas personas tras la sonrisa? Y, con esta actitud de ensimismamiento, camino por la calle, por el campo, por la casa, por plaza, entre sueños y al sereno, y a la luz de las estrellas, y, a pesar de mi esfuerzo e intentona, aún no he hallado una explicación convincente a tal gesto gracioso.
Pero, ya te digo que no me daré por vencido hasta descubrir el sentido de tal sonrisa. Tú, mientras yo cavilo, sigue a la escucha. No cuelgues.