Vivir con estrés es mediocre

Estamos muy tarados. Muchas personas van siempre con prisas, nadie sonríe, la gente se pega piños contra las farolas porque cuando caminan van escribiendo con el móvil, vamos estresados, malhumorados, te subes en un autobús y no saludar a la persona de al lado es lo más normal, y no nos sorprende; al contrario, si saludas pensará que le quieres atracar. Cuando te encuentras con alguien que hace tiempo que no ves y le preguntas como está, lo habitual es que conteste que tirando, aguantando, luchando o sobreviviendo. ¿Cuántas personas empiezan un día a las 8 de la mañana deseando que sean las 20h?, ¿cuántas empiezan el lunes deseando que sea viernes? Vivir así es vivir como un mediocre. Aceptar que el desánimo y la desilusión se instalen es conformarse con la mediocridad. El estado natural de una persona normal es vivir chutado, es ir por la vida con alegría, entusiasmo, sonreir. Que no sea lo habitual no quiere decir que no sea lo normal.

Pero porque tantas personas han perdido el ánimo, la ilusión, la alegría y han abrazado la mediocridad como forma de vida? Es cierto que el panorama está difícil. Las palabras que más hemos escuchado en los últimos años son "recortes", "déficit", "corrupción" y "paro". Todos hemos sufrido y tenemos personas cercanas que han sufrido mucho estos años. Pero ante un panorama tan complicado, uno tiene dos alternativas. La primera es resignarse, tirar la toalla, conformarse y verse entonces arrastrado por un entorno lamentable. Pero hay otra: la de luchar contracorriente para vivir con ilusión y alegría. Sí, es mucho más difícil, pero se puede hacer. Pero la palabra no es que lo "podemos" hacer, la palabra es que lo "merecemos", todo el mundo merece vivir chutado. Cuando uno va alegre, la vida es fantástica, y cuando uno va hasta el coco, la vida es una mierda, lo sabemos por experiencia. Por eso debemos luchar para vivir con ilusión y entusiasmo, primero porque nos lo merecemos todos y segundo porque si no lo hace cada uno por sí mismo, nadie lo hará por nosotros. Cada uno tiene el estado de ánimo que quiere tener, sin ninguna duda. El que quiere. Pero el estado de ánimo se tiene que trabajar, hay que hacer algo para mantenerlo, especialmente en entornos tan complicados.

Este es el tema que se abordara en la conferencia, como hacerlo. El ánimo, la alegría, la ilusión, no son rasgos meramente genéticos, no, no, se pueden trabajar y mejorar. No nacemos cenizos, nos hacemos o nos hacen. El problema es que no se enseña en el colegio, se va descubriendo con la experiencia propia o la de otros, y ahora también, con la investigación de la psicología positiva.

A lo largo de la conferencia se irán desarrollando las claves para lograr vivir de esta manera, que son simples, que todos conocemos, pero que olvidamos con el ritmo al que vamos cada día. Vale la pena parar y reparar, recordar, reflexionar sobre aquello que en lo más profundo anhelamos como para llevar la vida que queremos y merecemos. Recordar que lo más importante es que lo más importante sea lo más importante, que nuestra familia es nuestro proyecto con mayúsculas en esta vida, aprender a ser agradecido y a valorar las cosas positivas que todos tenemos en nuestras y que no vemos porque estamos siempre dándole vueltas a los problemas, a las preocupaciones, a los temas pendientes. Disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, relativizar los problemas, sonreir, desarrollar el sentido del humor, etc., etc. Es verdad que en la vida hay dramas, a veces durísimos, pero los dramas son los fallecimientos, las enfermedades graves o la falta de recursos para vivir con dignidad. Cuando uno tiene dramas, se le perdona no ir alegre pobrecito, solo faltaría. Pero somos muchos los que a día de hoy no tenemos estos problemas, y cuando uno no tiene dramas, solo tiene "circunstancias a resolver" y entonces ya no tenemos derecho a perder la alegría. Los que no tenemos dramas en este momento tenemos dos obligaciones; en primer lugar, ayudar a los que sí que tienen dramas, no vale mirar a otro lado. Y es responsabilidad de todos, no solo de Ayuntamientos o Administraciones Publicas, que no llegan. Pero nos hemos vuelto insensibles, muchas veces, al sufrimiento ajeno. Si a alguien no le conmueve ver a una persona buscando en un contenedor, es que se ha vuelto insensible, inhumano. Hay que ayudar a quien lo necesita y quejarnos menos por cosas menores. No todo es un desastre, no todo va mal, somos muchos los que deberíamos ser conscientes de que somos unos privilegiados y que deberíamos ir por la calle dando botes de alegría. Perdemos la alegría con demasiada facilidad, nos hemos olvidado de disfrutar de las cosas fantásticas que tiene esta vida.

Víctor küppers

Humanista, emprendedor, educador y escritor

Conferencia "Recuperar el entusiasmo" (Teatro de Caja Duero, martes 29 a las 19 horas)

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http://salamancartvaldia.es/not/92150/victor-kuppers-propone-que-empresarios-y-autonomos-recuperen-el-entusiasmo/