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Disco estrella de la Banda de Música dedicado a Santa Teresa
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El 11º TRABAJO DE LA BANDA

Disco estrella de la Banda de Música dedicado a Santa Teresa

Actualizado 28/09/2015
Toño Blázquez

Se grabó el pasado fin de semana en el Conservatorio de Cullera (Valencia) y se publicará en Navidad

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Vividores de noche larga y contorsionada, un señor tieso con una carpeta bajo el brazo y andares soñolientos, dos chicas de la mano hablando como tu tuvieran los cascos puestos, un cuarentón con gafas de culo de vaso agarrado al móvil escribiendo frenético sobre el tecladillo, sentado en la acera, un tipo con cresta azul, con cadenas colgándole de los bolsillos con andares gorilones y un señor mayor con aperos de pescador disimulados bajo un gabán?tal era la jauría humana que poblaba con brevedad temporal, las seis y media de la mañana del viernes día 25 de septiembre en la Puerta de Zamora. Había más personal pero yo estaba más pendiente de la llegada de la furgoneta aerodinámica de José Félix, que de otra cosa.

Mario Vercher me llamó. Estamos en la gasolinera en un momento. Mario es el director de la Banda de Alba desde que la banda es banda guerrera, brillante y poderosa. Más de veinte años desde que Valencia (Tavernes, para más señas) nos alumbró a este talento musical.

Éramos la avanzadilla para la puesta en marcha de un proyecto precioso que tuvo su germen cuando en julio de 2014 la Banda ofreció un concierto veraniego en Alba con la presencia allí del compositor Joaquín Gericó, una de las lumbreras de la composición de música para bandas de Valencia, catedrático de flauta travesera, director de la Banda de la Pobla LLarga y profesor de conservatorio. En aquella ocasión Gericó dirigió a los músicos albenses en su obra Obertura para un Festival de Verano que regaló a la Banda hace un ramillete de años y que fue protagonista esencial de uno de sus discos. La alcaldesa de entonces pidió públicamente a Gericó la composición de una obra dedicada a Santa Teresa para decorar musicalmente el quinto centenario. La cosa quedó ahí. Pero el compositor recogió el guante y de forma silenciosa se puso manos a la obra. El resultado es "Santa Teresa en Alba" (Suite sinfónica en cuatro tiempos). Una hermosa partitura que expresa con música cuatro partes fundamentales de la vida de Teresa de Jesús. Varios componentes de la banda, que a la vez son compositores, comenzaron a investigar sobre partituras antiguas dedicadas a la Santa. Unos trabajaron duro y minuciosamente para arreglar las notaciones y darles un carácter más actual. Otros, directamente crearon obras originales con la Santa de inspiración. En el resumen panorámico de la empresa se vislumbró una laboriosa obra llena de magia, interés para el público y encanto musical. Solución: había que hacer un disco. Y fue entonces cuando comenzó el arduo e ilusionante trabajo de llevar al atril de los músicos las partituras y la tarea de los ensayos, ensayos y ensayos. Ofrecer una digna imagen musical basada en la peana del común denominador temático del Año de Santa Teresa en la celebración de su V Centenario. La sincera y abrumadora devoción en Alba de Tormes por "su" Santa harían el resto.

Pero sigamos con esta especie de "road movie" Salamanca-Cullera. La avanzadilla hasta esta linda ciudad costera la constituímos Mario Vercher (director), Raúl González (percusión), Manuel Rico (compositor- bombardino), José Félix Martín (egregio chófer y tuba), Antonio Santos (tuba) y un servidor (escribano y spiker).

Dejamos a las siete de la mañana Salamanca y comenzamos la ruta. Delante más de seiscientos kilómetros, descubriendo el día poco a poco, un día grisáceo que se fue iluminando a medida que las horas fluían. Jersecitos fuera. Manga corta, camisetas, textil leve porque a medida que íbamos haciendo kilómetros el calor agobiaba cuando paramos en esos Autogril que te cobran 3,50 euros por un café y ni se ríen ni nada. Tú te crees que están de coña pero no, van en serio. Locos por volver al regazo de la furgo, un oasis rodante.

Cuatro comunidades autónomas tenemos que atravesar para extasiarnos ante el plácido rumor del mediterráneo que besa Cullera: La de Castilla y León, La Comunidad de Madrid, la de Castilla la Mancha y la Generalitat Valenciana. Por Cuenca pasamos un túnel de nombre arguiñaniano: el "Rabo de la sartén" se llama, y al pie el Embalse de Tarancón, que tenía un pis no más. La cosa del agua va este año de capa caída. Pasamos Madrid bordeándola por la Radial 4 y por cada metro de asfalto, más o menos, tampoco hay que exagerar, pagamos un peaje. Menos mal que vamos de guindas a brevas que si no, se nos va el vino en catas.

A las una y cuarto del mediodía llegamos a destino. La misión era clara: una pequeña pasada por la playa para recordar que el mar es muy grande y al Conservatorio de Cullera, a preparar todo el tinglado para la grabación: sillas, atriles, todo según el número de componentes de cada cuerda, metales, maderas, percusión?Ya nos estaba esperando Miguel López, Ingeniero de Sonido habitual con el que graba la Banda, un tipo grandote y bondadoso con un curriculum profesional en estos menesteres difícil de superar pues ha grabado discos a casi toda las bandas de la comunidad y son una "jartá". Miguel y su compañero técnico Pau Crespo se tiraron más de dos horas adaptando al escenario convenientemente, los pies, los micros (doce), "girafas", cables, tensores, sujeciones al suelo, etc?Todo, todo preparado para cuando llegaran, dos autobuses más atrás, los verdaderos protagonistas del evento: los músicos.

Mención especial a la directiva del Conservatorio Profesional de Cullera, Ricardo Soldado, Fermín Clemente, Bernard Ríos y José Manuel Beltrán, que pusieron a disposición de la Banda todo el extraordinario instrumental de percusión del que disponen y, lo más importante, una constante atención para cuanto hiciera falta, extraño horario incluido.

Los refuerzos imprescindibles en estas ocasiones fueron de categoría, Fermín Clemente, oboísta excepcional, Juan Pastiña, una eminencia con el fagot, los trombonistas Agustín Pellicer y "Tino", el flautista Rafael Clemente y el percusionistas José San Roque, además de la colaboración en la percusión de Raúl González y en la línea de bajos el tuba Emilio González.

El sábado 26 (el rosa de la camiseta de la banda con el eslogan "No puedo, tengo ensayo"), fue duro, laborioso e ilusionante. Los músicos (algunos niños) aguantaron con ejemplar paciencia el rigor del proceso, tedioso en ocasiones, que supone una grabación discográfica: corten, silencio, se graba, un ruido inoportuno, una equivocación, una palabra a destiempo, un acorde, una nota, descanso un ratito para comer algo, una pequeña revisión de última hora?sudor, tensión. Vuelta a empezar. Y poco a poco fueron quedando grabadas las obras?hasta la última, un tema tradicional arreglado por Nacho Cotobal, tres tomas y?el aplauso final. Siete horas largas encerrados, sin perder la concentración de la afinación y la partitura.

Ahora a recogerlo todo para dejarlo como estaba porque el domingo allí había concierto. De nuevo a su sitio, sillas, cables, micros, atriles, piano?y aquí no ha pasado nada. ¿Qué no? ¡Que sabe nadie!.

Y el domingo a ver el mar, a soñar el mar, a meterse en el mar, a cogerlo con los dedos, traer el espíritu del Mediterráneo a Salamanca para que un alfarero de Alba borde una puntilla en barro de arte y encinares.

De madrugada, la luna de sangre bendijo la música y la Banda durmió, por fin, tranquila.

Fotografías: Santos - Cañizal

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