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Sonoras sinestesias, Alberto Navales Quinteto en 'El Alcaraván'
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Arranca el nuevo curso de conciertos de Jazz

Sonoras sinestesias, Alberto Navales Quinteto en 'El Alcaraván'

Actualizado 26/09/2015
Charo Alonso

Imagen y sonido para una noche que inicia de forma magistral la partitura de este proyecto valiente con ALAMISA, con este Quinteto portentoso (GALERÍA DE FOTOS)

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"Hay muchas cosas que nos separan, pero la música nos une. Gracias por poner el cuerpo". Las palabras de Gustavo Merlo, secretario de la Asociación de Música Improvisada de Salamanca, ALAMISA, inician el nuevo curso de conciertos de Jazz de este grupo de amigos que, con toda la constancia y el apoyo de sus socios consigue, desde el 2013, devolverle a la ciudad la proximidad, la emoción de la música de jazz en directo con excepcionales músicos, tanto locales como grandes nombres extranjeros. Y todo con la colaboración de esos espacios, como El Alcaraván, que siguen apostando por la música cercana, la música sentida. Todos los cuerpos ?hasta un par de espectadores caninos, atentos y dispuestos a la caricia- unidos en un solo aplauso final, porque el inicio de curso de ALAMISA no pudo ser más elocuente, más emotivo, más intenso.

[Img #437335] Alberto Navales, guitarrista, compositor, profesor de larga e intensa trayectoria, ha sabido unirse a una banda excepcional de conocidos músicos salmantinos cuyos nombres mueven a un público fiel. El saxo tenor y soprano de Fernando Aguado, su original y entregada forma de tocar establece un diálogo de tú a tú con la poderosa guitarra de Navales, siempre sustentados ambos por el contrabajo sereno, constante y también rotundo de Oscar López. Y a la izquierda, en el cálido espacio tan conocido de este café de siempre, un instrumento inusual, el piano eléctrico Fender Rodes de Luismi Segurado, un intérprete fantástico para un sonido diferente cuyas composiciones también se tocaron en un concierto que alternó piezas originales con maravillosas versiones de clásicos del Jazz. Músicos que tocan en una comunión perfecta, siguiéndose, alternándose, dialogando incluso cuando hacen un armonioso solo con el cual mostrar toda su individualidad entregada, sin embargo, al grupo. Un grupo en el que la batería, Cristian Murgui, nos devolvió el entusiasmo por un intérprete excepcional, carismático, distinto. Capaz de tocar hasta la pared en un momento dado, de sacar a su complejo instrumento todas las posibilidades y, como sus compañeros, ejecutar la música con todo su cuerpo, es el contrapunto perfecto a un grupo cuyo rigor y seriedad no ocultan el disfrute absoluto que les provoca tocar juntos y que transmiten a un público que no dejó de aplaudir cada uno de los momentos más intensos del concierto, que fueron muchos.

Capaces de presentar una imagen mental ?la ciudad de Asterdam, el perro de Navales, una pareja despertándose o la mera respiración- y convertirla en sonidos con largas composiciones de una bella complejidad, ejecutadas con toda seguridad, marcando los tiempos, los silencios, un suspense que deja hipnotizado al oyente, siempre presto a evocar esta imagen, estos músicos excepcionales se atrevieron con una idea novedosa ?la de proponer una imagen que se hace sonora- en vez de limitarse, como perfectos ejecutantes que son, a reiterar temas ya conocidos. Su propuesta, con temas originales de Navales y de Segurado, es de una valentía poco usual en un panorama que siempre va a lo consabido. Dueños de sus dones, se muestras seguros, diferentes, atrevidos, originales? por eso el sonido se enfrenta y se trenza deliciosamente, los músicos se escuchan, se respetan los tiempos, se hablan repitiendo las frases rítmicas, se disfrutan en los silencios? y todo para entregarnos una experiencia diferente, literaria, musical, distinta, una experiencia de evoca cada una de estas propuestas que hemos leído en cada nota, en cada gesto de los músicos que tocan cercanos, intensos, para que los veamos, escuchemos, leamos y disfrutemos. No hay más que agradecer esta experiencia sinestética de imagen, sonido y disfrute? diferencia y a la vez, una ejecución clásica tan excepcional que todo parece fácil? precisamente con aquellos que se atreven con la más compleja de las propuestas, esta que hemos leído con todo disfrute. Imagen y sonido para una noche que inicia de forma magistral la partitura de este proyecto valiente con ALAMISA, con este Quinteto portentoso.

Charo Alonso

Fotografías: Fernando Sánchez Gómez

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