Entre Vargas LLosa y el baloncesto no sé dónde encestarla

Esta columna me va a salir de pena, lo aviso previamente, porque entre tanta noticia, tanta impericia y el asunto tremendo de los refugiados, uno lo que quisiera es irse con el pollo pera, mi sobrino de tres años, a jugar al "balonesto", que para eso hemos sufrido como locos, para estar en la final y darlo todo y gritar luego eso de "Soy Español, español, español? como Gasol". Sí, dilectos lectores, una está medio dormida y no puede por menos que dejar la lectura de los periódicos para luego, claro que como que he ennoviado con otro que parece salido de la Agencia EFE lo tengo difícil, mi chico abre por las páginas del deporte y se me queja amargamente de las crónicas baloncestísticas. Nada de análisis de jugadas, nada de recursos tácticos? un artículo deportivo requiere de conocimiento, de entrega, hasta de pasión? pero parece que a los redactores les da igual reseñar una final de baloncesto o de canicas? ya ven. El periodista que se documenta y que necesita tiempo y especialización ya no existe, en su descargo diré que quizás está harto a trabajar y malpagado, de ahí esas crónicas que parecen una sucesión de lugares comunes. En un país donde se habla de política con la misma frivolidad con la que se trata un tema del corazón, y del corazón como si estuviéramos radiando una apasionante autopsia, pues nada, pasa lo que pasa. Estos expertos enamorados de su materia como Leontxo García, el hombre del ajedrez, o los excepcionales locutores de "balonesto" van a pasar a la historia sustituidos por la histeria, no lo duden, y mientras, hablando de desórdenes periodísticos, la universidad de Salamanca sale hasta en el Hola a cuenta de un premio Nobel muy peculiar? tanto que una se resiste a hablar del tema no siendo que me lea el apasionado miembro de la Agencia EFE.

Que le voy a hacer, es que a mí me gusta Vargas Llosa. Yo a la señora Prislí siempre le he tenido mucha envidia, eso de pasarse el día cuidándose el careto y comprobando que el servicio limpia la piscina y hace la comida debe ser fantástico. Si yo anduviera en esas lides seguro que no me salían arrugas ni piel de naranja? claro que también me aburriría como una mona y sería capaz ya no solo de leerme la obra completa de Vargas ?que ya lo he hecho y le puedo dar unas clases particulares baratitas a Tamara, quien no sabe ni citar un solo de los títulos del noviete de su madre- sino de cepillarme la Enciclopedia Británica enterita, que seguro que la tenía en papel el señor Boyer. Entre los mejunjes de la dama y la nutrida biblioteca del exministro, esa casa debe estar hecha a la media de mis sueños, es decir, kilómetros infinitos de paredes para poner cosas? amontonar libros y asustar al parejo que es más bien minimalista. Lo mío es el horror vacui, y lo malo es que la niña bonita ha salido a madre y se niega a tirar ni un dibujito ni un juguetillo de esos de los huevos kínder. A este paso me toca pedirle asilo político a Vargas Llosa cuando se mude con la Isabelita? total, le puedo hacer de secretaria y hasta le llevo los dosieres de prensa al día? pero no hoy que estoy medio dormida, mañana... no siendo que me pierda el subidón post balonesto y acabe tuteando a quien no debo.

Charo Alonso

Fotografía: Fernando Sánchez Gómez.