Jueves, 12 de diciembre de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Yo, toro bravo
X

Yo, toro bravo

Actualizado 19/09/2015
Fructuoso Mangas

Sí, así es, soy un toro bravo, negro zaíno por más señas y con horquilla en mi oreja derecha, sin más detalles porque tampoco quiero ser identificado. Pasto en Garcigrande, que ya es buena pista, y he sido apartado para una de las mejores corridas de este año en Salamanca. Así que escribo en vísperas y lo hago como despedida para que lo lea quien lo encuentre. En realidad es un desahogo, sin más intenciones, que no las tengo, la verdad. Y puede ser que nadie lea esto, pero en realidad me da igual.

[Img #431596]En esta última semana de mi vida vacuna repaso mis años y mis días. Añoro los meses de recental, descubriendo la hermosura de la vida y disfrutando de casi todo; no se me olvida la fiesta que me hicieron cuando me hice añojo al cumplir un año. Cuando llegué a utrero estuve a punto de ser llevado con mis tres años a una corrida sin picadores como inocente novillo pero no sé qué suspensión me salvó; no era mi hora y una corrida así tampoco me atraía nada. Ahora tengo cinco recién cumplidos y parece que ahora va en serio.

Peor suerte han tenido muchos que se quedaron por el camino muriendo oscuramente en algún matadero de mala muerte o entre la luminosa asepsia de un matadero de los de ahora; no me quejo porque sumando datos creo que no me ha ido tan mal. Es verdad que toda mi vida he vivido en cercados aguantando mi furia salvaje, pero veo que hasta los llamados humanos se rodean de fuertes trincheras y se aguantan y a muchos les gusta; también he sentido no poder decidir mi futuro ni mi condición (¡soy toro y soy bravo y soy negro desde que nací!) pero en mi larga vida he aprendido que eso le sucede a todo ser vivo sea el que sea. Me quejo, pero me conformo.

Confieso que he tenido que pasar por no pocas situaciones duras, desde el hierro a fuego aunque sólo dure unos segundos, hasta dejar varias veces a amigos y conocidos o la necesidad de acostumbrarme a otros compañeros y a vaqueros distintos a veces caprichosos y hasta crueles. Y el cambio de finca o de ganadería que deja te como perdido y sin tierra ni sentido durante un tiempo. Son situaciones que hacen sufrir, pero si escucho a mis amos o a mis vaqueros o a gente que visita la finca compruebo que les pasa lo mismo a casi todos y con cosas mucho más fuertes y de más dolor. Así que tranquilo, me digo.

A veces, porque hay tiempo para todo con días, meses y años sin hacer nada, envidio a los cabestros, clase vacuna muy útil; son gente sin ningún problema, comer y obedecer sin levantar la voz; ni se enteran de lo que vale un cuerno; les basta hacer el ganso cuando sea la hora de hacerlo y morir de puro viejo en cualquier momento, sin amenaza alguna porque ni siquiera vales para mala carne de pésima croqueta. Nunca habría querido yo llegar a esa miseria. Y encima, castrado, que ya es decir. Bueno lo cierto es que yo, por eso del cuidado extremo, apenas si he tocado vaca, pero no se puede comparar. Así que cabestro, no. Nunca. Antes la muerte.

Hablando de muerte espero que ningún novillo ni toro ni vaca me guarde rencor por lo que voy a decir para cerrar mi escrito. Digo esto porque parece que un toro hecho y derecho, de cinco años y algo más de 500 kilos, debiera tener las cosas claras. Pues no. Lo primero que no tengo claro es si esto de las corridas, viejas de siglos y siglos, está bien o es un abuso cruel o por lo menos una manipulación innecesaria, pero tampoco tengo claro de qué es necesario y qué no y qué debe ceder y qué va delante. Me han dicho lo que hacen en Portugal y me parece mucho más vacuno o, mejor dicho, más humano. Pero no estoy seguro de mis opiniones, un compañero que murió el año pasado de gripe vacuna decía que había oído decir que las acelgas gritan cuando las arrancan y las trocean, aunque me cuesta creerlo, la verdad.

Apurando la cosa confieso con vergüenza que no sé si es mejor al arado que la plaza de toros o el matadero de donde sea. No estoy seguro a pesar de darle vueltas. Porque en esto me desconciertan los humanos, que hacen tales cosas y barbaridades unos con otros en su vida diaria que al final pienso que parece que todo está bien y permitido y hasta necesario para la buena marcha de lo que sea, viva quien viva, sobreviva quien sobreviva o muera quien muera. Claro, todo esto mío y lo mismo lo de los humanos es según quien lo mire. Y esto les pasa a ellos y nos pasa a todos los vacunos y a todas las demás especies y géneros. Pero digo yo que lo bueno es pensarlo y hablarlo y hacer lo que sea mejor.

Bueno, creo que me he embarullado y no quería entrar yo en suertes como ésta, que sólo quería decirle unas palabras a quien me leyere, si eso sucede, y así despedirme. Y termino porque reconozco los cascos del caballo del mayoral. Me gustaría saber qué piensa él de todo esto. Me refiero al mayoral, no al caballo que ya sé lo que piensa y que le pasa lo mismo que a mí. Bueno, vale (o valete, según).

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...