La palabra y la imagen del escritor Alfredo Pérez Alencart y el pintor Miguel Elías
La muerte cruza de cabo a rabo
y la boca del hombre no cierra su dolor moribundo,
la imposible salvación
entre pisadas inciertas que lo desarraigan
de sí mismo y lo más querido.
Es la misma asfixia la que reordena la tragedia
en medio de un laberinto
del que nadie sabe dónde está la salida.
¿Dar plumas de cisne para que el cadáver no se golpee
contra el duro suelo de la fosa?