El festejo, en el que se lidiaban toros de Alcurrucén para Juan Bautista, Daniel Luque y Del Álamo, se suspendió tras la muerte del segundo
Treinta años se cumplían este domingo de la muerte en la plaza de Colmenar de un jovencísimo José Cubero, 'Yiyo' al que se le partió el corazón y, con él el de la Fiesta una tarde en este mismo escenario. A la misma hora hacían el paseíllo ante una corrida de Alcurrucén Juan Bautista, Daniel Luque y Juan del Álamo.
A corretear por el anillo y a pegar frenazos en los percales se dedicó en castaño primero, que obligó a Juan Bautista a irse detrás para soplarle dos verónicas y una media en la que perdió las manos el animal. Dura fue la vara que recibió el cinqueño. Muy poca raza tuvo el animal en la muleta, a pesar del empeño del francés en empujarlo para adelante. Sin transmisión ni viaje, no se entregó nunca al trapo, con el que tuvo paciencia un Bautista profesional y suficiente que siempre buscó las vueltas para agradar. Mal con la espada, escuchó silencio tras aviso.
Muy en Núñez estaban las hechuras del segundo, que llegó dormido y pegando frenazos al capote con el que quiso Luque azuzarle el celo. Desentendido en las telas, salió siempre a su aire en una lidia sin esmero. Tragó mucho Luque en el inicio la espera en acudir, la mala gana para pasar y la renuencia para repetir. Y así se paso un rato hasta que le dio su terreno de manso, y en toriles le regaló el animal arrancadas sin clase para que anduviera con él. Se levantó, además, un vendaval con el cielo negro amenazando lluvia y optó Luque por matarlo sin más historia. Silencio.
Se suspendió a la muerte del segundo la corrida al caer una lluvia torrencial que hizo desalojar la plaza.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Colmenar Viejo, Madrid. Segunda de la Feria de los Remedios. Corrida de toros. Menos de media entrada.
Seis toros de Alcurrucén, sin raza ni entrega el noble primero, manso y remiso el segundo,
Juan Bautista, silencio tras aviso.
Daniel Luque, silencio.
Juan del Álamo.