Juan del Álamo: “Colmenar exige la responsabilidad de triunfar o no a las puertas de Madrid”

Su técnica arrancó una oreja el pasado lunes en la plaza de Vista Alegre de Bilbao, en la primera de las corridas de la Semana Grande vasca. Fue ante un toro de El Puerto, el tercero, que tuvo humillada condición ante el que se rompió Juan para sacarle el regusto que atesora en su carrera. Ahora le espera otro puerto: Colmenar Viejo, localidad madrileña que gracias al empeño de Mariano Jiménez y José Ignacio Ramos está intentando sacar a flote su Feria. Un serial, pues, que quiere ganarse de nuevo la importancia que ha tenido para todos los madrileños.

"He tenido un momento de inflexión a mitad de temporada pero ahora mismo estoy cogiendo una regularidad en la plaza y consiguiendo triunfos de mayor categoría. Me siento feliz", asegura Del Álamo tras su triunfo en Bilbao. Sabe que estuvo y está en boca de mucha gente y por ello siente la responsabilidad cada tarde de ser el mejor en el ruedo. "Fue una faena medida", asegura Juan, "que tuvo intensidad y profundidad. También fue un toro importante, pero fue una de esas faenas que uno sueña. A pesar de que el día rotundo no acaba de llegar, uno siempre encuentra virtudes que corregir, defectos que sacar adelante y que te hacen avanzar en tu concepto", comenta el joven. "El último toro no me dejó redondear porque de mitad de faena en adelante le costó embestir, pero con el primero me sentí rotundo", añade el mirobrigense.

Ahora hará junto a Juan Bautista y Daniel Luque el paseíllo a las puertas de Madrid, en Colmenar, ante un encierro de Alcurrucén con seriedad. "Es una plaza respetable, en la que te juegas triunfar o no a las puertas de Madrid y que goza de grandes aficionados. Para mí es una oportunidad de mostrar el gran momento que atravieso, porque no deja de ser Madrid, y también es una oportunidad para reivindicarme". Sobre sus repetidos triunfos en plazas de primera relata que "creo que los triunfos en estos cosos tenían que repercutir más. Ahora mismo los triunfos fuertes son los que cuentan y es lo que uno tiene que buscar, dando razones a las empresas y triunfando día a día, que es lo que a los toreros nos hace falta".

Fue la de Santander, la plaza de sus sueños y donde un día tomara la alternativa, el coso que a finales de julio lo vio en su gran dimensión para terminar saliendo a hombros. "Es una cita especial todos los años. Siempre me ha tratado con cariño, siempre he estado arropado y siempre he vivido con intensidad cada tarde allí. La corrida de Joselito sacó dificultades y conseguí acercarme al nivel que quiero. Una vez más quiero seguir convenciendo al aficionado de a pie".

Madrid es una plaza en la que tarde a tarde va cortando orejas sin que llegue el triunfo rotundo. Lo está esperando Juan y llegará. "Cuando oigo Madrid escucho la cumbre del toreo. Es lo máximo y creo que es la plaza que realmente ahora me quita el sueño porque estoy buscándolo y quiero encontrar el momento para salir en hombros de allí", concluye.