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“Editar supone seleccionar, me habría encantado publicar 'Pedro Páramo', de Juan Rulfo"
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Valeria Bergalli, de minúscula

“Editar supone seleccionar, me habría encantado publicar 'Pedro Páramo', de Juan Rulfo"

Actualizado 28/08/2015
Charo Ruano

Fundó la editorial en 1999 en Barcelona con el afán de publicar "libros singulares que hagan compañía"

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Eligieron la letra minúscula porque preferían proponer libros sin recurrir a estridencias, casi en voz baja. Lo que no significa, renunciar a ser ambiciosos; "queremos construir un catálogo sólido y atractivo, una constelación de libros". "Desde el otoño del año 2000, cuando aparecieron los primeros títulos ?Las ciudades blancas de Joseph Roth y Verde agua de Marisa Madieri?, en minúscula estamos volcados en trazar sin prisas esa constelación. En nuestro catálogo se refleja un marcado interés por la cultura europea?"

Hablamos con Valeria Bergalli: antropóloga cultural, traductora y responsable de Minúscula, la editorial que fundó en 1999 en Barcelona, con el afán de publicar «libros singulares que hagan compañía» Lo ha conseguido.

Por Charo Ruano

"Un libro se publica si es bueno; no se publica si no lo es, y toda consideración comercial ha de plantearse rigurosamente al margen" Es una frase de Giulio Einaudi. Lo suscribe?

En sustancia, sí. Pero sería algo frívola si no dijese que, aunque desde 1999, cuando se creó la editorial, no hemos rehuido el riesgo (en la selección de autores, en la manera de organizar las colecciones...), también hemos intentado hacer las cosas de manera razonada, sopesando las decisiones, teniendo en mente la supervivencia. Hemos seguido, por ejemplo, un ritmo de publicación particular, nunca hemos hecho las cosas muy deprisa porque hemos preferido la calidad a la cantidad. Por más que queramos llegar a cuantos más lectores mejor, sabemos que nuestro público no es el de los best sellers, no es un público masivo. Si se me permite el juego de palabras, en Minúscula siempre hemos apostado mucho por los «lectores cautivados» y nada por los «clientes-lectores cautivos», piedra angular de ciertas teorías de la mercadotecnia muy alejadas de nuestra manera de entender la edición.

.-En verano se hacen cosas distintas?

En nuestro caso, el verano está dividido en dos: en julio, aunque no publiquemos novedades, trabajamos como lo hacemos el resto del año, es decir, editando, planificando, etc. En agosto descansamos.

.-Y qué hace un editora en verano exactamente, desconecta, lee los libros de la competencia, busca títulos o toma el sol

Si bien en agosto me tomo un descanso de la oficina, no descanso de la edición, porque por lo general siempre tengo manuscritos y libros susceptibles de ser traducidos para leer (nunca se tiene demasiado tiempo para leer...) y galeradas para revisar. El sol hace años que no lo tomo (me cuesta leer al sol), suelo visitar ciudades que me interesan o voy a algún lugar con mucho verde en busca de aire fresco.

.- Cuánto ha cambiado "Minúscula" desde aquel primer libro que vieron con expectación salir de sus manos

No creo que, en sustancia, hayamos cambiado mucho. Desde el principio intentamos explorar campos de la narrativa y del ensayo no tan transitados y aunque ahora publiquemos varias colecciones (Paisajes narrados, Alexanderplatz, Con vuelta de hoja, Tour de force y Micra) seguimos teniendo muy presente lo que nos motivó al principio: la experiencia de aquellos lectores a los cuales les gusta «descubrir» autores, tener una intuición al coger un volumen en una librería y sorprenderse con sus páginas. Nos gusta mucho esa sensación de sorpresa y lo que más deseamos es proporcionársela a nuestros lectores. Y eso es lo que hemos intentado hacer todos estos años. De hecho, confiamos en que la tengan al llevarse a casa un libro de Anna Maria Ortese, de Annemarie Schwarzenbach, de Hans Keilson, de Giani Stuparich, de Svetislav Basara, de Gerald Murnane y de otros. Los primeros libros que publicamos, en octubre de 2000, fueron Las ciudades blancas, de Joseph Roth, y Verde agua, de Marisa Madieri. Ambos aparecieron en la colección Paisajes narrados. En los dos está presente ese factor de la sorpresa que mencionaba antes. Porque aunque uno, el de Roth, fuese de un autor que ya era conocido por los lectores españoles, lo era gracias a una faceta distinta, la de novelista. Eran poquísimos los lectores de aquí que entonces conocían al Roth cronista , como el que presentamos entonces y seguimos haciendo después, con Crónicas berlinesas y Viaje a Rusia. En cuanto a Marisa Madieri, era una escritora desconocida en España. Y gracias a ella, por cierto, pudimos descubrir muy pronto qué significa dar a conocer a un autor y que, por suerte, su obra sea leída, comentada y compartida.

.-Y de qué libro o colección se siente más orgullosa

Es difícil responder, pero quizá sienta más cariño por los que leí cuando era muy joven y alguna vez soñé con editar, como LTI. La lengua del Tercer Reich, de Victor Klemperer, que publicamos en 2001 y que lleva varias ediciones. Un sueño que se materializó. En cuanto a las colecciones, quizá sienta una debilidad especial por Paisajes narrados, porque es la primera y ha tenido más recorrido. Creo que en ella hay algunos libros especialmente buenos y alguna que otra joya algo escondida, como Castilla y otras islas, de Jesús del Campo, el primer autor del que publicamos un original en castellano porque hasta entonces habíamos publicado solo traducciones.

.- Qué libro le hubiera gustado publicar y no ha podido ser

Son varios y me cuesta escoger uno. Editar supone seleccionar, así que no siempre se puede hacer lo que uno desea. En parte porque, en nuestro caso, no sacamos tantas novedades al año, porque a veces los libros no encajan en las colecciones o porque no siempre contamos con el presupuesto suficiente para comprar los derechos de un libro al que ambicionan varias editoriales y cuyo precio, por lo tanto, sube. Hablando más en general y lejos de la actualidad, me habría encantado publicar Pedro Páramo, de Juan Rulfo.

.-El panorama editorial está tan mal como lo pintan, está peor o peor lo tienen los escritores

No me parece apropiado quejarme por hacer lo que me gusta, pero creo que un poco más de consideración, respeto, y hasta me atrevo a decir cariño, por los buenos libros es algo muy necesario en este país.

.- Siente que ya la respetan los grandes grupos o aún se mueven en los márgenes

Recuerdo muy bien los años previos al nacimiento de la editorial, a fines de los noventa: al entrar en las librerías tenía la impresión de que allí imperaba una cierta tendencia a la uniformidad, que, como lectora inquieta, me atraía mucho alterar. Estaban los grandes grupos por un lado y las editoriales medianas, ya muy asentadas, por el otro. La pugna por la hegemonía se daba, sobre todo, en el campo del mainstream. No abundaban las propuestas con un perfil singular, arriesgado. Y eso en un momento en que parecía innegable la presencia de una demanda de propuestas editoriales que hicieran el esfuerzo de ofrecer pistas con las que orientarse en un mundo cada vez más complejo, que cambiaba a un ritmo vertiginoso. La alteración de esa uniformidad se produjo de la mano de una ruptura que me atrevo a denominar «respetuosa»; es decir, el puñado de editoriales que surgieron entonces, entre ellas la nuestra, no buscaron colocarse en el campo que ocupaban los sellos hegemónicos o los que pretendían serlo, sino que se insertaron en los resquicios que abría la pugna que todos ellos mantenían por la centralidad. En nuestro caso, como he dicho antes, intentamos explorar campos de la narrativa entonces no tan transitados y organizamos nuestro catálogo de una forma poco habitual para la época. Además, en un principio, nuestros libros intentaban distinguirse de los de otros también desde el punto de vista físico (me refiero al formato de los volúmenes y al bitono de las cubiertas originales). Una aclaración: «resquicios» no es lo mismo que «márgenes», puesto que nunca quisimos ser una editorial «marginal», sino distinta, singular. Prueba de ello, creo, es que pese a nuestro tamaño y a nuestros recursos, muy modestos, siempre optamos por ser ambiciosos, tanto por lo que respecta a la calidad de nuestros autores y publicaciones como a nuestros objetivos en relación con la distribución y la exportación de nuestros libros. En cuanto a cómo nos consideran los grandes grupos, no lo sé, a mí me interesa cómo nos consideran nuestros lectores.

.-Publicaría un best seller para asegurar la supervivencia editorial o prefiere mantenerse "pura"

No creo que nadie tenga la fórmula mágica para crear un best seller. El sector editorial está lleno de intentos fallidos en ese sentido, lo que pasa es que no los vemos, precisamente porque son fallidos. Nos enteramos solo en las pocas ocasiones en las que el intento funciona. En el caso de Minúscula, puedo decir que cuando ha habido un notable éxito comercial ha ocurrido de forma inesperada, los primeros sorprendidos hemos sido nosotros.

.-Qué libro ha leído últimamente que la ha dejado sin aliento

He estado especialmente enfrascada en la edición de nuestros libros así que casi no he podido leer otras cosas. No obstante, como hace unos meses publicamos En la cabeza de Bruno Schulz, una nouvelle de Maxim Biller en la que este evoca el mundo del escritor y dibujante polaco, tuve ocasión de releer varios de los textos de Schulz y volví a quedarme maravillada.

.-Y qué nos recomendaría para leer este verano

Material rodante, de Gonzalo Maier. Un libro nacido de unos viajes en tren muy singulares. Es irónico, digresivo, muy agudo. Y como dijo alguien, «altamente subrayable». Y por supuesto cualquiera de los otros libros de nuestro catálogo, por más que los hayamos publicado hace años. Son textos perdurables, que no pasan de moda, por eso los publicamos.

.-A qué autor-a, a qué libro vuelve siempre

A algunos que leí en la adolescencia y que me siguen pareciendo asombrosos: Chéjov, Stevenson, Virginia Woolf.

.-Planes para el verano

Viajar a un lugar fresco, cuidar el huerto, leer y, claro, revisar galeradas.

Biografía:

Valeria Bergalli, hija única de madre italiana y padre argentino, ha vivido en Alemania, París, Londres y, desde hace muchos años ya, en Barcelona. Dicen que es elegante y cosmopolita y que no necesita alzar la voz para ser persuasiva, convence con la coherencia de su discurso. Estudió antropología cultural y había estado colaborando con editoriales a la par que haciendo otras cosas, cuando ya tenía sus propias fantasías editoriales, de ahí nació: MINÚSCULA: "Nuestro nombre alude a la letra minúscula porque preferimos proponer libros sin recurrir a estridencias, casi en voz baja. Esto no significa, sin embargo, que renunciemos a ser ambiciosos; queremos construir un catálogo sólido y atractivo, una constelación de libros."

Desde el otoño del año 2000, cuando aparecieron los primeros títulos ?Las ciudades blancas de Joseph Roth y Verde agua de Marisa Madieri?, en minúscula estamos volcados en trazar sin prisas esa constelación. En nuestro catálogo se refleja un marcado interés por la cultura europea, por un patrimonio artístico que nunca ha entendido de fronteras y por escritores que, en épocas decisivas, descifraron con extraordinaria sensibilidad el signo de los tiempos. Pero en él tienen cabida igualmente obras de otros ámbitos geográficos: lo que hace un ser humano es como si lo hicieran todos, afirmaba Borges. No nos debemos a una sola tradición, sino que podemos aspirar a todas, sin obsesionarnos por la pertenencia o el apego pero sin tener tampoco que negarlos. Así de cosmopolita nos gustaría que fuera el proyecto editorial de minúscula. Publicamos seis colecciones. Alexanderplatz, cuyo nombre se refiere a uno de los lugares emblemáticos de la cultura en lengua alemana del siglo xx, alberga traducciones de novelas y ensayos, con el ánimo de dar a conocer a los lectores algunas de las claves de esa cultura y de la extensa zona sobre la que ha ejercido su influjo. Paisajes narrados reúne narraciones, diarios y fábulas de distintas procedencias que ofrecen una perspectiva original sobre un lugar, ya sea una ciudad, una región concreta o un paraje imaginario. Con vuelta de hoja incluye obras de carácter exploratorio y controvertido que adoptan las variadas formas del ensayo, la biografía y la autobiografía. Tour de force es una selección de la mejor literatura contemporánea. Micra reúne textos breves y singulares. Microclimes presenta una cuidada selección de obras de narrativa y ensayo en catalán.

Han publicado grandes nombres de la literatura universal como Victor Klemperer, Varlam Shalámov, Marisa Madieri, Annemarie Schwarzenbach, Anna Maria Ortese, Hans Keilson, Pierre Bergounioux o Giani Stuparich.

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