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El corazón de la Sierra de Francia late a ritmo de tamboril en las fiestas de San Sebastián
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tradición serrana

El corazón de la Sierra de Francia late a ritmo de tamboril en las fiestas de San Sebastián

Actualizado 22/08/2015
Redacción

VILLANUEVA DEL CONDE | Las danzarinas brillan en los actos en honor al patrón de la localidad que celebra por primera vez sus fiestas como Conjunto Histórico (AMPLIA GALERÍA DE FOTOS)

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Suena el tamboril en la calles de Villanueva, el calor empieza a apretar pero las calles todavía guardan el frescor de la noche, como sólo en la Sierra saben mantenerlo. Las danzarinas ya están todas ataviadas con sus trajes tradicionales, zagalejos la mayoría, y engalanadas con sus mejores hilos y alhajas. Hablan de los pasos de las danzas, de la colocación en el ramo, entre nerviosas y contentas por el honor que supone para ellas pertenecer a este pequeño grupo que un año más cumplirá con el ritual de bailar para el santo, su santo patrón San Sebastian.

Poco a poco y en el orden establecido atravesarán calles y 'callejinas' en una comitiva llena de color y alegría en busca de los Mayordomos. Delante va el 'danzarín', el único hombre del grupo de baile. Esta figura está presente en la mayor parte de los pueblos de la Sierra de Francia, aunque la denominación suele variar a 'gracioso' o 'guión'. Detrás el tamborilero, 'Manolo Puñalín' entona melodías serranas, como el himno de Villanueva del Conde.

Las fiestas patronales de la Sierra se rigen por estrictos ritos, y desde el alba hasta la culminación del acto religioso todo está establecido, se rige por normas y protocolos seculares, mezcla de religioso y profano. Por la mañana temprano el pasacalles; antes de la misa, los 'danzaores' a buscar uno a uno los mayordomos hasta formar una comitiva extensa, más si cabe en Villanueva donde se ha recuperado la tradición que los mayordomos sean un grupo de amigos especialmente quintos de edad.

Este año la Mayordomía ha estado formada por José Juan Sánchez Acera, Francisco, hermano del anterior, Francisco Acera, Pedro Juan Marcos, María José Blanco, Juan José Muñoz, José Mogoriza, Vicente Martín y Margarita Tomares. Esta última también entrará en las danzas, ya que una de las jóvenes por motivos de luto en su familia decide no bailar. En este caso coincide que Margarita bailará con su hija, en alguna fotografía se aprecia si cabe más todavía su especial complicidad.

Los vecinos se asoman a las puertas para ver pasar la comitiva entre asombro, y alegría pero siempre con la serenidad que da la tradición. Algunos niños se suman corriendo a la llamada de la flauta y el tamboril.

Una vez en la plaza de la iglesia está esperando otro tamborilero, José Juan, joven que normalmente vive en Madrid y forma parte de los que visitan el pueblo llegando a multiplicar sus habitantes por cinco estos días. Él, también es Mayordomo, y cuenta orgulloso que lleva entre sus manos un tamboril que perteneció a uno de los más afamados tamborileros de la Sierra de Francia, oriundo de Villanueva, conocido como El Mozo. La familia de este ha confiado en él para que su música sirva de ofrenda al patrón y sus sones lo revivan del olvido.

Una vez que llega el párroco, se disponen a entrar en el templo dedicado a San Fabián y San Sebastián, una iglesia porticada del siglo XVII. El acto está presidido por la imagen del santo patrón y cerca se encuentran los mayordomos, acompañados por el alcalde del municipio Francisco Javier García Hidalgo y el grupo de 'danzaoras' y danzarín. Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia es cuando se interpreta el pasacalles de Mayordomia, una de las piezas serranas por antonomasia que proviene de Villanueva de la Sierra.

Al terminar la misa, un cortejo muy concurrido de fieles se dirige en procesión llevando al santo en andas hasta donde tiene lugar el ofertorio, la plaza del Solano. El pueblo va pasando uno a uno ante el santo, besando la Forma, y dando su ofrenda. Posteriormente los danzarines cumplen con su ritual de orígenes ancestrales, ofreciendo sus danzas, el paleo y el baile del ramo. José Luis Puerto explica que el ramo simboliza el centro del Universo, el punto central del Cosmos de donde sale cada cinta que representa la unión entre la tierra y el cielo. De este modo estamos ante un ritual de fertilidad y es por esto que siempre lo bailó la mujer y la cinta una vez es asida se coloca a la altura del vientre.

Sin embargo, un anciano del lugar, Isidro, recuerda que cuando él era danzarín e iba "echar los bailes" hasta la capital y más allá, el grupo de danzarines los conformaban sólo hombres. De lo que se deduce que la danza en general, y la tradicional en concreto, es un espejo más de nuestra sociedad donde se reflejan como los tiempos van cambiando.

Después del ofertorio, y los bailes, el santo es llevado por los fieles a la iglesia atravesando en procesión esta vez por calles estrechas donde vierten el fresco las 'callejinas' de la característica y más que peculiar distribución de las casas en forma de núcleo amurallado, esa estructura defensiva de este municipio serrano, única en Europa, que celebra este año por primera vez sus fiestas estando declarado Conjunto Histórico.

Texto y reportaje fotográfico: Rosa Gómez

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