Isidora Herrero, presidenta de la Asociación de Vecinos de Pizarrales, pide al Ayuntamiento que preste más atención a los solares, retire los adoquines que delimitan la carretera de la calle Rodríguez Hernández, instale dispositivos sonoros en todos los s
Cualquier momento es bueno para reivindicar. Da igual la época del año. No importa que sea invierno, primavera, verano u otoño, porque quienes encabezan las plataformas que respaldan los intereses de los ciudadanos son como los policías: están al tanto de todo durante los 365 días del año. Pisan la calle, hablan con sus representados, muestran interés por sus problemas y después acuden a las instituciones. Allí presentan iniciativas, dialogan con los líderes políticos. Intentan facilitar el día a día de las personas a las que defienden. En las citadas labores se encuentra inmersa Isidora Herrero, presidenta de la Asociación de Vecinos de Pizarrales.
Entre sus reclamaciones está la limpieza de los solares ubicados en el barrio. "Es cierto que el Ayuntamiento adecenta los que son de su propiedad, pero requieren unos cuidados permanentes", asegura. En caso contrario, la maleza crece y se acumulan los residuos que arroja la gente. Pero sobre todo a la presidenta le preocupan las parcelas que pertenecen a los particulares y están repletas de suciedad. Especialmente, la ubicada junto a la plaza de los Escritores: "Nadie se ocupa de ella y su estado es lamentable". Las botellas de plástico, las latas de bebidas refrescantes, las cajetillas de tabaco y los vidrios, entre otros desperdicios, pueblan el solar. Un foco de inmundicia que desvela a los vecinos. "Puede haber un incendio", dice con gesto serio Isidora. Y no sería la primera vez: "El año anterior tuvimos alguno". Por eso pide al Consistorio que esté pendiente y siga de cerca las tareas de mantenimiento que deben realizar los propietarios de los terrenos: "No vale solo con exigir el cuidado; estaría bien que alguien estuviese pendiente y viera la evolución". Además, la asociación vecinal propone una solución para solventar el problema derivado de la falta de aparcamientos: "Sería buena idea que asfaltaran algunos solares municipales, no todos, y creasen espacios donde la gente pudiera estacionar los vehículos, como hicieron en la calle de la Luz".
Unos adoquines delimitan la carretera que atraviesa la calle Rodríguez Hernández, caracterizada por su estrechez. Los colocó el Ayuntamiento en 2014 y el resultado no convence a la presidenta. A su juicio, supone un riesgo para todos los que caminan por las dos orillas. "Las aceras son poco anchas y no te enteras de que las piedras están ahí; puedes tropezarte y caerte al suelo", sostiene Isidora. Por eso conviene buscar una alternativa: "Es mejor que señalen los límites de la calzada de otra forma. Por ejemplo, con pintura". Lo cual agradecerían las personas de edad avanzada que residen en la zona. "Ya no tienen los reflejos de antaño y pueden sufrir percances", afirma la representante vecinal, quien confía en que el Ayuntamiento ofrezca una solución cuanto antes.
El próximo mes, cuando concluya el período estival y la actividad política recupere la normalidad, la Asociación de Vecinos de Pizarrales pedirá a los líderes locales que instalen dispositivos sonoros en todos los semáforos de la carretera Ledesma. Una propuesta, a juicio de Isidora, que encaja dentro de la lógica: "En el barrio hay muchas personas mayores que no ven bien los colores de los semáforos y no saben cuándo tienen que cruzar la calzada". Y a veces, según apunta, se ven obligadas a preguntar a los que tienen al lado. Por eso conviene tomar precauciones y evitar los sustos: "Si instalaran los aparatos, se reducirían considerablemente los riesgos".
Otra asignatura pendiente es la renovación de algunos conductos del alcantarillado, concretamente los que están situados en las entrañas de dos puntos: las calles Segovia y Andalucía. Aunque en lo que respecta a la segunda solo es necesario mejorar un tramo. El pasado año, con la excusa de las obras en la calle de la Luz, la presidenta vecinal propuso a los dirigentes locales que aprovecharan la ocasión para cambiar las tuberías y asfaltar las carreteras de las calles Segovia y Andalucía. "Era un buen momento, puesto que los conductos que se deben reemplazar llevan instalados aproximadamente desde la década de los sesenta", recuerda. Sin embargo, el Ayuntamiento se negó, a tenor de lo que indica Isidora, por falta de fondos: "Comenté la idea con los líderes municipales y me respondieron que no llegaba el presupuesto".