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Las Operadoras de Internet y el límite de las 100 Mb: de donde no hay no se puede sacar
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Por Martín Gil

Las Operadoras de Internet y el límite de las 100 Mb: de donde no hay no se puede sacar

Actualizado 13/08/2015
Martín Gil

Varias empresas se están acogiendo a las atractivas ofertas de las operadoras de internet sin avisar de las limitaciones

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Muchos particulares y empresas se están acogiendo a las atractivas ofertas de las operadoras de internet que nos venden la posibilidad de tener 100, 300 y hasta 500 Mb sin avisar de las limitaciones que pueden tener las instalaciones del cliente y la necesidad de reestructurar su red para poder disfrutar de esas velocidades, hasta que ya han hecho la instalación, trasladado entonces esta nueva necesidad como un problema causado por el informático. ¡Todo sea por vender!

Ante tamaña desfachatez, desde aquí queremos romper una lanza a favor de los trabajos realizados por los consultores tecnológicos, aclarando porqué son nuevas necesidades y no problemas de la instalación.

Hasta hace poco era impensable tener velocidades superiores a 100 Mb por lo que todas las infraestructuras se planteaban bajo esa premisa ya fuera una gran empresa, una pyme o un particular, y la fibra óptica era un lujo inalcanzable.

En estas circunstancia la mayoría de las empresas y usuarios tienen cableados de red UTP categoría 5e que está pensados para velocidades de 100 Mb/s, la electrónica (switch, etc.) es del tipo 10/100 Mb/s y hasta las tarjetas de red (a no ser que sean ordenadores nuevos) trabajan también a estas velocidades.

Por lo tanto las redes actuales presentan numerosos "cuellos de botella" que hacen que las velocidades máximas a las que se pueda llegar sean de 100 Mb/s independientemente de lo que tengamos contratado.

Si además tenemos en cuenta aspectos como la antigüedad del equipo, el sistema operativo, los antivirus, el software que consume recursos en segundo plano y en general "el estado de salud" de los equipos, esas velocidades se reducen hasta un 60%.

Por si esto fuera poco se nos olvida que esas flamantes 100 o 300 Mb megas hay que compartirlas con los demás usuarios de la red pero claro? vender se vende muy bien

¿Y qué ocurre con los puntos de acceso y dispositivos wifi?

Los valores de rendimiento de las conexiones wifi son aún más bajos que con cable ya que hasta hace muy poco los estándar wifi no superaban los 11-54 Mb/s y solo las instalaciones más modernas tienen dispositivos que pueden sacar partido a las velocidades que nos ofrecen.

Aún así, aunque tuviéramos una instalación que soportara esas velocidades, las tarjetas wifi de muchos de nuestros dispositivos móviles (portátiles, tablets y Smartphone) tampoco están preparados para soportar esos protocolos y por lo tanto navegaran a velocidades muy bajas.

Incluso en las mejores circunstancias todos estos datos serían teóricos. Lo cierto es que las velocidades wifi reales son muy inferiores ya que están condicionadas por múltiples factores como la distancia al punto de acceso, los obstáculos físicos, las interferencias electromagnéticas, el solapamiento con otros puntos Wifi o la necesidad de compartir el ancho de banda de un mismo punto entre varios usuarios, por citar algunos casos.

Si además tenemos en cuenta la forma en que funcionan las conexiones wifi a la hora de transferir los datos en la que se necesita comprobar la entrega de paquetes y establecer un protocolo seguro de encriptamiento, el efecto sobre la velocidad es aún más notable.

En esta situación y por mucho empeño que pongamos los instaladores de redes Wifi no cabe otra expresión que el clásico "De donde no hay no se puede sacar"

¿Está todo perdido?

Por supuesto que no, la mayoría de los elementos citados son reemplazables y de hecho en el día a día se van sustituyendo los sistemas informáticos a medida que estos se amortizan además de que se pueden utilizar tecnologías puente y que no es necesario acometer todos los cambios a la vez y por lo tanto realizar una gran inversión.

Lo que sí es aconsejable es que las empresas o particulares, a través de sus consultores tecnológicos, realicen una auditoría de sus medios informáticos, analicen las deficiencias y establezcan un plan de renovación fiable basado en elementos críticos y prioridades.

¡Y ahora si, a disfrutar de nuestra nueva conexión a internet!

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