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Las Huellas de Teresa en Salamanca y Ledesma
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V CENTENARIO STJ

Las Huellas de Teresa en Salamanca y Ledesma

Actualizado 12/08/2015
Roberto Jiménez

Casi cuarenta vecinos de Alba de Tormes, Amatos, Navales y Peñarandilla dedicaron toda la jornada a recordar la huella teresiana

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Acompañados por el carmelita Manuel Diego Sánchez, visitaron la exposición 'Teresa', ubicada en la Catedral Nueva de Salamnaca y compuesta de más de 100 piezas de mucha calidad, algunas procedentes de Alba de Tormes; luego hicieron un breve itinerario por la ciudad recordando la presencia teresiana hasta terminar en la Casa de los Estudiantes, el primer lugar donde la Santa inauguró la fundación salmantina el 1 de noviembre de 1570.

Tratando de evitar el descuido y olvido lamentable que han tenido en la capital de olvidar la situación actual del Carmelo femenino salmantino fundado por la Santa (no entra en las rutas teresianas de la ciudad), se trasladaron a Cabrerizos, adonde se halla ahora el Carmelo Teresiano, junto a la finca de recreo de La Flecha, lugar preferido por Fr. Luís de León para descansar de sus tareas académicas.

Allí pudieron contemplar autógrafos teresianos y sanjuanistas, más otras piezas de incalculable valor ligadas al paso de Santa Teresa por Salamanca. Las monjasmostraron un cuadro antiguo que reproduce el retrato de la sobrina de Santa Teresa, Beatriz de Jesús Ovalle, albense, hija de Juana de Ahumada y Juan de Ovalle. También les enseñaron otro lienzo con una interpretación muy particular de la transverberación: no es el ángel, sino Cristo mismo, quien vestido de cazador hiere con el dardo el corazón de santa Teresa.

El momento emocionante del encuentro tuvo lugar cuando, junto a las monjas, cantaron aquel cantarcillo del siglo XVI (Véante mis ojos), interpretado por una novicia, que extasió a santa Teresa en esta fundación y que en Alba de Tormes desde tiempo inmemorial (siglo XIX) se canta con música del compositor catalán Pedrell, amigo de san Enrique de Ossó.

Una jornada agradable, de convivencia serena y animada

La comida y la tarde la ocuparon la ruta de la villa medieval de Ledesma, visitando la magnífica parroquia de santa María, antiguo hospital de san José, iglesias de San Miguel (centro de interpretación de la historia de la villa) y Santa Elena, más el convento de las carmelitas descalzas, fundado por el obispo Martínez Izquierdo en 1876 sobre un antiguo convento extinguido de benedictinas. En la iglesia, con magnífico retablo en piedra de Salamanca, contemplaron dos bustos de santa Teresa y San Juan de la Cruz de la escuela castellana (siglo XVII), la imagen de vestir de santa Teresa muy parecida a la de Alba, y nos vino a la memoria el recuerdo cariñoso del padre Raimundo, porque en este convento vivió y murió una hermana suya, también natural de Alba de Tormes (16.12.1003), Matea Barrado Martín, que cambió su nombre en el Carmelo por el de María Pilar de San José. Tomó el hábito en este convento de Ledesma el 5 de abril de 1923 y aquí murió en la década de los 60/70 del siglo pasado.

También recordamos con agrado que fue párroco de Ledesma a finales del siglo XIX el famoso cardenal salmantino Enrique Almaraz, un teresianista importante y muy amante de Alba de Tormes, que luego, como canónigo en Salamanca, secundó los planes y actuaciones de San Enrique de Ossó y del obispo salmantino Martínez Izquierdo.

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