Los hermanos Castaño y David Salvador, sin suerte con la espada en Vitigudino

Los hermanos Javier y Damián Castaño, y el novillero David Salvador salieron de vacío de la plaza de toros de Vitigudino, en el II Festival Taurino-Flamenco organizado por la Asociación de Hostelería de Vitigudino con motivo de las Ferias y Fiestas en honor a la Virgen del Socorro, y en el que se lidiaron tres erales de la ganadería de Los Bayones, de desigual presentación, pero con un buen comportamiento ante la muleta. El festejo estuvo presidido por Marcelino Moronta, presidente de la Asociación de Presidentes de Plazas de Toros de España, y la entrada rozó el millar de personas.

El mayor de los Castaño lidió el astado de mayor envergadura del festejo y dulce envestida, aunque bizco de pitones. Javier estuvo bien con el capote y toreó con ambas manos en el tercio de muleta, en ocasiones con temple y cadencia, ligando alguna serie de mérito. Solo la espada le impedía el triunfo, y así fue. El novillo envestía con prontitud, así que quiso recibirlo con el estoque, pero a mucha a distancia, por lo que el eral dudó e hizo dudar al torero, que improvisó cuando se le echó encima. Ese fue el error. Al final, catapultó al de Los Bayones al desolladero con una estocada ligeramente desprendida, pero no sin antes llevarse un fuerte golpe en la cara tras el segundo intento. A la tercera fue la definitiva, ovación del público para el toro, en el arrastre, y al torero, que hubo de salir a saludar.

Damián Castaño tuvo ante sí a un ejemplar más bronco y rebrincado, de menor trapío aunque mejor hecho de cara. Recibió al novillo con una larga cambiada en el tercio. También comenzó de rodillas la faena de muleta, pero el novillo no era en principio para muchas florituras. El buen hacer del torero metió al astado en la muleta hasta arrancarle varias series con la mano derecha, templadas y con gusto y que pusieron al público en pie. El triunfo estaba solo a falta de la espada, pero tocó hueso hasta en tres ocasiones. Finalmente un pinchazo hondo, casi media, le obligó a coger el de cruceta, con el que acertó a la primera. Ovación para el novillo en el arrastre y para el torero, que al contrario que su hermano no brindó la muerte del eral. Javier lo había hecho al público, como también haría el novillero.

David Salvador parecía llegar con ganas a Vitigudino, no en vano protagonizó un bonito quite en el turno de Damián Castaño con el capote a la espalda. En su turno, el de La Fuente estuvo aseado con el capote y centró la faena de muleta por el pitón izquierdo, con buen criterio. David Salvador estuvo valiente ante un novillo al que le arrancó algún que otro muletazo de calidad, aunque le faltó frescura y, sobre todo, decisión, especialmente a la hora de entrar a matar. Tras dos pinchazos, colocó una habilidosa estocada, aunque no bastó para que el novillo se echara, así que recurrió a la cruceta, con el que acertó a la primera. Como sus compañeros de terna, ovación para el novillo en el arrastre y para el torero, que también salió a saludar.