Los entresijos de los datos del paro

Recientemente se han publicado nuevos datos sobre el paro y, en ellos, se ofrece un panorama que los medios de comunicación han insistido en ofrecer como muy positivo pero que, si se observan los datos a fondo, no resultan tan alentadores.

Así, los titulares de la provincia han girado en torno a que en Salamanca se ha reducido en el último año en 3.517 el número de desempleados, si bien el aumento en el número de afiliados a la Seguridad Social que esto habría de acarrear ha sido casi un 20% menor, pues han aumentado en 2.896. Esto denota que, aunque ha habido un descenso del paro en nuestra provincia, buena parte del mismo se debe a la pérdida de población, a que nuestros jóvenes se están yendo fuera a trabajar, bien sea a otras provincias o al extranjero. Y es que, si nos fijamos en los censos (que publica anualmente el INE con fecha de 1 de enero), la provincia de Salamanca perdió 3.292 habitantes en el último año.

En cuanto a los jóvenes, suponen uno de los sectores más sensibles del mercado laboral español, hecho que se acredita en el hecho de que la tasa de paro juvenil continúa situándose en torno al 50%, con la precariedad instalada entre aquellos que poseen contratos, que generalmente son temporales, situándose el salario medio de los jóvenes en menos de 600 euros al mes. Así, su (nuestra) esperanza para poder montar una vida propia se ha traducido en intentar encadenar contratos temporales que, frecuentemente, son contratos sólo de horas por el salario mínimo. Complicados ingredientes si se pretende tener un futuro familiar o si se quiere alcanzar cierto nivel de estabilidad en la vida. No ha de extrañarnos, por tanto, que la media de emancipación de los jóvenes españoles sea tan alta (a los 28'9 años en 2013 según el Eurostat) respecto a la media europea (26'1), y especialmente respecto a los países más desarrollados de Europa, como Suecia (19'6), Finlandia (21'9), Dinamarca (21'0), Holanda (23'5), o los potencias del continente como Francia (23'6), Alemania (23'9) o Reino Unido (24'1).

Por otro lado, saliendo ya del sector de los jóvenes para hablar en general, del total de contratos nuevos que se han firmado este año en Salamanca, el 92'5% son contratos temporales, hecho que viene a mostrar que el mercado laboral en nuestra provincia está cada vez más precarizado, pues este supone el récord de porcentaje de contratos temporales registrados en nuestra provincia o, dicho de otra manera, este año es cuando menos contratos indefinidos se han firmado en proporción a los totales.

Este hecho, unido a que frecuentemente se trata de contratos a media jornada o por horas, ha facilitado que el 31% de los trabajadores de la provincia perciban al mes salarios menores al salario mínimo interprofesional, que es de 648'60 ? (21'62 ? en el caso del salario mínimo diario), por lo que cada vez están copando un mayor volumen en el mercado laboral salmantino los seiscientoseuristas, quedando cada vez más lejos los tiempos en que en la televisión se hacían parodias con los mileuristas, ¡Quién cobrase 1.000 ? al mes a día de hoy en esta maltratada provincia!

Asimismo, hay que remarcar también que de los 29.059 parados salmantinos, más de la mitad (el 56'26%) no cobran subsidio de desempleo, lo que resulta una plusmarca negativa histórica más, a la que habría que añadir el hecho de que, aquellos que lo cobran, poseen de media uno de los subsidios más bajos de España, 730 euros.

En cuanto a la tasa de actividad en Salamanca, aunque se ha recuperado ligeramente en el último trimestre, se sigue situando en unos índices muy bajos (54'5% según los últimos datos de la EPA), lo que supone una actividad menor que las medias autonómica y española. Hace una semana hablé sobre el alto nivel de envejecimiento de la Región Leonesa, hecho que está íntimamente enlazado con la escasa tasa de actividad que posee el conocido como País Leonés, situada en el 51'76% en la última EPA (referente al segundo trimestre de 2015). Esto supone que seamos, tras Asturias, la segunda región con menor tasa de actividad de toda España, con un dato mucho peor que el que posee la parte castellana de la comunidad (57'04%), que en este sentido ofrece mejores datos que Galicia, Extremadura, Cantabria y el País Vasco. En cuanto a la tasa de paro, aunque el envejecimiento aparentemente no posee un efecto directo sobre él, sí que se observa que la tasa de paro de la Región Leonesa (19'59%) es superior a la de Castilla (17'81%), lejos, no obstante, de las que poseen las regiones del sur de España y, especialmente, Andalucía y Canarias, que superaban el 30% de tasa de paro.

Pero aún habría más tela que cortar sobre los datos del paro, y es que del total de españoles que se encuentran desempleados, casi uno de cada cuatro (el 23'4%, lo que supone 1.201.459 españoles) llevan más de cuatro años en situación de desempleo, y casi la mitad, el 41'1%, es decir, 2.111.057 españoles) llevan más de dos años en el paro. Esto nos da a entender que hay más de dos millones de españoles que se encuentran totalmente excluidos del mercado laboral (podríamos añadir un millón más si incluyésemos a los que llevan más de un año en paro), siendo el desempleo de larga duración un problema que se ha convertido en crónico ya en España.

Por tanto, si bien los últimos datos del paro registran un descenso del número de desempleados, ello no excluye que haya unos gravísimos problemas enquistados en el mercado laboral español. Una parte del descenso del paro se está debiendo al exilio laboral (emigración al exterior por cuestiones laborales), el trabajo que se está creando es de una pésima calidad (con la temporalidad como nota predominante), el desempleo juvenil sigue en unos valores exacerbados, el salario medio cada vez es más bajo (hecho que está enlazado a que tener trabajo en muchos casos no implica salir de una situación de pobreza), y hay un importante sector de la población totalmente excluido del mercado laboral, sin esperanzas.

La Real Academia Española de la Lengua (RAE), entre otras acepciones, define recuperar como "volver a tomar o adquirir lo que antes se tenía" y como "volver a un estado de normalidad después de haber pasado por una situación difícil". Si eso es lo que significa una recuperación, vistas las carencias y graves problemas que posee el mercado laboral español actualmente, está claro que en el mismo aún no ha habido recuperación, y no la habrá en tanto que no se recuperen unos salarios dignos, cese el éxodo juvenil por cuestiones laborales y los empleos indefinidos pasen a recobrar buena parte del protagonismo que tuvieron en el pasado. ¿Quo vadis Hispania?