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Reacción; nuevos partidos, por Javier Ramos Pérez
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OPINIÓN

Reacción; nuevos partidos, por Javier Ramos Pérez

Actualizado 08/08/2015
David Rodríguez

La pregunta al respecto de estos partidos es si supone un cambio, si representan algo nuevo, o es simplemente más de lo mismo visto hasta ahora

[Img #377886]Las mareas, los recortes, la inestabilidad política, la corrupción, las llamadas por parte de banqueros y de la patronal dan lugar a que nuevos partidos, guiados por nuevas corrientes ideológicas, o calzando las ya conocidas en un nuevo marco de actuación desconocido hasta el momento, irrumpan en el panorama electoral.

Estos partidos surgen como reacción a las políticas tomadas en el estado, o como reacción a la reacción, es decir como contención. Los nuevos partidos se han forjado en ambientes completamente diferentes; han sido principalmente dos los que más se han aprovechado de la actual situación para impulsar nuevas políticas escondidas detrás de "nuevas" caras, o nuevas caras escondidas detrás de "nuevas" políticas.

Aquello que ambos partidos tienen en común, es que están centrando gran parte de sus esfuerzos en conquistar a ese sector de votantes denominados medios, y que según la sociología determinan el resultado principal de unas elecciones. El intento de dominar ese centro sociológico, hace que los partidos rebajen la carga ideológica de sus programas, utilicen palabras bien sonantes para denominar los acontecimientos ?o todo lo contrario- y apelen al uso de significantes vacíos, palabras carentes de contenido real que sirven para moldear un discurso o un pensamiento, que se pueden tomar como vago populismo, o como proceso articulador de un pensamiento colectivo hegemónico.

Estos nuevos partidos se han erigido sobre personas destacadas, intelectuales, y reputados economistas. Se han apoyado en las élites actuales de la economía y la política para mostrar que no sólo son alternativas renovadoras, sino que cuentan con el apoyo de personas reputadas. El hecho de que provengan del ámbito estudiantil, y haya una gran brecha de edad entre los actuales políticos, y ellos ?aunque, por supuesto, no en todos los casos- , ha dado lugar a un conflicto político, que ha derivado en renovación, una renovación que ha traído consigo afirmaciones como la que hizo el señor Rivera, afirmando que sólo los nacidos en democracia pueden representar una alternativa política.

La pregunta al respecto de estos partidos es si supone un cambio, si representan algo nuevo, o es simplemente más de lo mismo visto hasta ahora. Si realmente tienen diferencias programáticas, pero en el momento en que se hayan profesionalizado van a actuar de la misma forma que han actuado los ya conocidos partidos del régimen, es decir, tienen las diferencias de cara a la galería sólo, etc?

Empezando por PODEMOS, no creo realmente que supongan algo nuevo en lo que a programa respecta. Una administración de PODEMOS sería notablemente distinta de una conocida hasta el momento, pero el partido no ofrece nuevas fórmulas, ni muestra nuevas formas de hacer política. PODEMOS ha hecho público, ha hecho que las masas conozcan el que lleva siendo desde el momento de su fundación el programa de IU; con la diferencia de que en el "podemita" intento de posicionarse en ese centro sociológico, sus barones han hecho un recorte en cuanto a carga ideológica se refiere cuantiosamente superior del que IU estaría dispuesto a hacer, en contra de lo que sus militantes (los de PODEMOS) piensen.

De nuevo, al tratar el partido de aglutinar al mayor número de votantes posibles, este reúsa de utilizar un vocabulario que se pueda asemejar a movimientos políticos que no están bien vistos por la sociedad. Prefiere utilizar tecnicismos políticos, como el famoso tuit que envió Iñigo Errejón demostrando sus conocimientos de CC Políticas, o significantes extremadamente vacíos en mi opinión, como la palabra casta. Esto, desvincularse de movimientos, es algo que les resulta complicado, debido a la conexión que tienen destacados miembros del partido con regímenes demonizados y calumniados a diario en el mundo occidental.

Grosso modo, PODEMOS lo que ha hecho ha sido utilizar la comunicación política para situarse en las partes más altas de las encuestas de intención de voto durante un tiempo; han aprovechado el resorte de los medios de comunicación, privados en un 99% de los casos, para ofrecer sus opiniones a los votantes.

Ciudadanos es un partido que adquiere su destreza parlamentaria y comunicativa en el panorama político catalán. Durante mucho tiempo se postula como alternativa anti-soberanista en Cataluña, y se autodefine como centro-izquierda.

Salta a la política nacional una vez PODEMOS había despejado el camino para las nuevas formaciones en los medios de comunicación. Casualmente, el presidente del Banco Sabadell había anunciado la necesidad de una formación que simpatizase con los actuales votantes desencantados con los nuevos partidos, y que a su vez ofreciese libre mercado y conservadurismo. Ciudadanos, por tanto, en contra de su auto-denominación, representan una opción política para nada renovadora del actual sistema. La inmensa mayoría de los círculos altos de Ciudadanos representan lo que Owen Jones (1984) denomina en su obra El establishment los escuderos. Es decir, las personalidades que en su momento sirvieron de resorte en Gran Bretaña para instaurar medidas económicas catastróficas. Los escuderos Británicos ofrecían un respaldo intelectual a las medidas tri-pro-mercado que la clase política, el denominado Cartel de Westminster, quería implantar. Me refiero así a los militantes de Ciudadanos, porque la organización está proponiendo aquellas cosas que el FMI, y la patronal nos aconsejan hacer: igualar tipos impositivos comunes, y disminuir los de renta, implantar el contrato único, abaratar el despido, etc?

El cambio que supondría Ciudadanos sería inapreciable de lo que hay en este momento. Se observaría que el despido es más barato, y los impuestos de bienes suntuarios son más bajos, así como los de bienes de primera necesidad suben.

Ambos partidos están creados y sustentados, como ya dije antes, sobre personalidades reconocidas y aclamadas. Las cúpulas las componen inteligentes individuos que conocen perfectamente el funcionamiento del sistema, y las estrategias a seguir para lograr buenos resultados electorales. El problema que tienen estas nuevas formaciones son los adheridos a ellas. En muchos casos pueden ser individuos que realmente quieren involucrarse con la causa política, formar parte de una nueva organización y aportar en todo lo que pueda sus conocimientos y trabajo. En otras ocasiones son perfiles saltamontes, gente que proviene de todo tipo de causas y partidos, los que copan las listas de estas nuevas organizaciones. Una contradicción ideológica se presenta en estos partidos debido a la abundancia de miembros adheridos que no comparten una opinión sustentada de los pensamientos del partido, simplemente están en el para obtener beneficios personales, reconocimientos, o demás intereses unipersonales. El hecho de que sean muchas personas de ámbitos diferentes, de desiguales corrientes ideológicas, las que acuden a estas nuevas formaciones, sea por el motivo que sea, plantea una contradicción de base, que imposibilita en muchos casos la toma de decisiones, o simplemente sirve para escarnizar la imagen del partido, como ha ocurrido con los numerosos miembros de la Falange dentro de Ciudadanos, o con las corrientes que sobrepasan la socialdemocracia de una manera notable dentro de PODEMOS.

Los nuevos partidos no han surgido porque sí; uno es descendiente directo de la indignación, y el otro se ha desarrollado como alternativa pro IBEX35 dentro de la división del mapa político. Si no tenemos en cuenta la opinión de Metroscopia y el CIS, deberemos esperar a las elecciones generales para ver si realmente estas fuerzas están acumulando tanta fuerza como parece que lo están haciendo.

Javier Ramos Pérez

Estudiante

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