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Las nevadas y heladas que paralizaban Ledesma
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LA MIRADA DE MONETTE GONZÁLEZ

Las nevadas y heladas que paralizaban Ledesma

Actualizado 07/08/2015
Redacción Ledesma

Un apunte fotográfico, y el relato de cómo se las ingeniaban en los años 60, para olvidarnos del calor del verano

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Con esta fotografía podemos ver la Ledesma profunda de los años 50-60, en la que una nevada, seguida de una helada, podía paralizar la actividad de cualquiera que tuviera que ir a arar, por ejemplo, ya que las tierras estaban tan duras que era imposible hincar el arado.También por aquellas fechas no había agua corriente excepto, y sino recuerdo mal, en algunas calles del barrio de la Villa podía que hubiera, pero con aquellas heladas se congelaban las tuberías, por no decir los dos pilones que había y que acumulaban un grosor de hielo de entre 5 y 10 centímetros, al igual que las charcas de las dehesas, por lo que había que ingeniárselas para dar de beber al ganado.

Mientras tanto, los demás teníamos que ir al regato o al río, según le cayera más cerca a cada uno, por supuesto que ese regato estaba congelado y había que tirar varios pedruscos para partir el hielo, y separando los trozos de carámbano se iban llenado los cantaros para, luego, llenar la tinajas de cada casa, no sin antes y después pasarlas canutas, ya que el frío se metía por los huesos. Antes de esa tarea ya habían preparado y atizado las mujeres los braseros para ponerlos en la camilla e ir calentando el comedor, al mismo tiempo que la casa se calentaba con la lumbre que por aquel entonces en casi todas las casas se hacía en el suelo, con unos buenos tizones.Tambien se cogían algunas brasas para meterlas en una lata de chicharrillos vacía, a la cual se había acoplado un alambre haciendo las funciones de asa, y eso es lo que llevábamos los niños a la escuela, si bien es cierto que no duraba encendida ni hora y media como mucho.

Inviernos duros donde los hubiera teníamos en Ledema, agravándose por la falta de ropa de abrigo y es que, por entonces, carecíamos de cualquier comodidad y otros enseres que hoy, tan espontáneamente y sin ningún reparo, se tiran a la basura. Que dirían nuestros padres, y sobre todo nuestros abuelos si levantaran la cabeza.Tomemos ejemplo y no gastemos alegremente en vano lo que con tantos esfuerzos nos ha costado ganar el dinero. Solo es un apunte por mi parte. Gracias amigos.

Texto y foto: Monette González

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