Vivir bien, alcanzar el bienestar y ser felices son diferentes maneras de expresar, aunque sea de forma imprecisa, nuestro deseo más compartido, porque nos sentimos motivados por la vida, la salud y el bienestar. Esta fuerza vital la compartimos con todos los seres vivos. Preservar la vida es una condición necesaria, mantener la salud una prioridad y sentirnos bien, disfrutar de la vida y encontrar sentido al vivir es una aspiración radical del ser humano.
En esta columna no vamos a hablar directamente de asuntos que tengan que ver con la supervivencia; pero sí con aquellos más relacionados con el bienestar y la felicidad. Me refiero a noticias y asuntos que tengan que ver con la sexualidad, los afectos, la intimidad, las emociones, los amores y los desamores, porque los humanos somos una especie genéticamente necesitada del contacto íntimo y de vinculaciones afectivas. Dependemos de los demás para sobrevivir, especialmente en la primera infancia y, a veces, en la vejez o cuando estamos enfermos, y solo alcanzamos el bienestar cuando nos vinculamos a la familia de origen, a la pareja y familia que formamos, si fuera el caso, y a los amigos y amigas. Somos seres para le contacto íntimo y la vinculación, gozamos con los amores y sufrimos con los desamores.
Si no resolvemos bien estas relaciones sufriremos de soledad emocional, soledad social y soledad sexual y amorosa. La soledad emocional, el carecer de personas incondicionales que nos cuiden (figuras de a las que podamos apegarnos, vincularnos con seguridad), es muy destructiva durante la infancia y muy dura a lo largo de toda la vida. La soledad social, no tener amigos y amigas, una red social con la que entenderse, divertirse, disfrutar de la vida, sentirse apoyado hace la vida aburrida, provoca sentimientos de marginación y aislamiento. La soledad sexual y amorosa no es tampoco fácil de sobrellevar porque nos priva de uno de los gozos mayores (la actividad sexual está premiada por la naturaleza con uno de los placeres más intensos) y de los afectos sexuales (Deseo, Atracción y el Enamoramiento) que facilitan la comunicación, la ternura, la intimidad y la formación de nuevos vínculos de apego, si se trata de una pareja estable, que nos cuida y cuidamos.
De estos asuntos tan vitales vamos a hablar. Me gustaría hacerles pensar, a discutir en pareja, con los amigos o la familia. Les invito a proponer temas, hacer preguntas y, por supuesto, a pensar por sí mismos.
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